El pueblo cántabro (en latín, cantăber) son un conjunto de pueblos que habitó parte de las actuales provincias de Cantabria, Vizcaya, Palencia, Burgos y Asturias. Fueron probablemente descendientes de tribus celtas que se instalaron cerca del litoral. Fue muy dificil su romanización, ya que hasta el año 19 a.C. Cantabria no queda incorporada definitivamente a Roma.
Los cántabros habitaron en castros de montaña amurallados y en zonas boscosas, un tipo de poblamiento característico de pueblos de economía pastoril. Dentro de la provincia de Burgos se localizan asentamientos en la zona de Amaya, Los Ordejones y Humada. También a lo largo de los grandes ríos, especialmente en torno al eje del Ebro y sus afluentes de la margen izquierda, como Cidad, Arnedo, Orbaneja del Castillo y Barrio de Bricia. En la cuenca del Nela ubicamos los castros de Mazuela, Momediano, Quintanalacuesta y Quintanilla Valdebobres. En el Rudrón, Gredilla de Sedano y Valdelateja. En el río Losa, San Pantaleón y Villaluenga de Losa. Por último, en el Omecillo, San Zadornil.
La mayor parte de estos yacimientos no han sido excavados, si bien podemos destacar la presencia de algunas necrópolis con enterramientos tumulares en Quintanilla Sobresierra y el Castro de Icedo que permiten aproximarnos al mundo de las creencias y de espiritualidad de los cántabros.
De los relatos de Estrabón se desprende que los Cántabros tenían una economía primitiva pues "...vivían durante las dos terceras partes del año de bellotas que secaban y machacaban y después molían para hacer tortas, que conservaban durante largo tiemo...".
De esta información se deduce la escasa importancia de la agricultura en la economía de los cántabros, tarea que corría a cargo de las mujeres, según Estrabón, y la cebada era el cultivo principal. Esto se completaría con la recogida de frutos naturales, castañas, nueces, avellanas, proporcionadas por los bosques de su territorio. La ganadería, por el contrario, era la actividad más importante, y la que el medio físico favorece. Entre los restos de animales domesticados se localizan cabras, cerdos, ovejas y bóvidos. El complemento de la caza fue indispensable para equilibrar la dieta: en los poblados se encuentran huesos de jabalíes, ciervos y conejos.
conservaban jamones que los romanos no conocian este hábito
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