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sábado, 3 de octubre de 2020

-El asedio al Castillo de Burgos en un click.

 Enlace: https://www.burgosconecta.es

El Castillo de Burgos está rehabilitado y es visitable./Ricardo Ordóñez | ICAL La Universidad de Liverpool ha desarrollado la aplicación móvil 'The Siege of Burgos' que permite a sus usuarios conocer más acerca el asedio al Castillo de Burgos, que tuvo lugar entre el 19 de septiembre y el 21 de octubre de 1812. Esta aplicación, que se lanzó al mercado hace unos años, está disponible únicamente en inglés, y para los dispositivos con un sistema operativo iOS.

Para el desarrollo de esta aplicación, el Departamento de Servicios Informáticos de la Universidad de Liverpool se basó en el trabajo de campo y las investigaciones llevadas a cabo por el profesor Charles Esdaile, y el doctor Phillip Freeman, ambos de la Universidad de Liverpool. A través de este proyecto, buscaban dar a conocer este evento, permitiendo a los usuarios «explorar el lugar» tanto de manera virtual como física durante su tiempo libre.

La aplicación incluye tres recorridos interactivos por el lugar del asedio, a través de los cuales se detallan los sucesos ocurridos durante este enfrentamiento, así como conocer cuáles fueron las rutas que siguieron los soldados de ambos bandos. Asimismo, se describen diferentes puntos de interés del lugar, como son la Torre de San Gil, la iglesia de San Román o el cerro de San Miguel.

Además, los usuarios de la aplicación pueden encontrar en inglés audios que explican todas estas zonas, contextualizando su importancia durante este evento. Otra de las características de esta aplicación son las superposiciones interactivas, a través de las cuales, los visitantes pueden ver la ubicación original de las defensas del castillo en 1812, y conocer de primera mano algunos de los relatos sobre el asedio.

Dispone también de un mapa ilustrado, que explica en detalle las tácticas y el recorrido que siguieron cada uno de los dos bandos. A través de esta iniciativa, los turistas que visiten el castillo pueden conocer los antecedentes que sitúan el asedio del castillo, los sucesos que ocurrieron durante los más de 30 días que duró la contienda, al mismo tiempo que visitan físicamente estas zonas. Se trata de una iniciativa que permite también fomentar el turismo en el castillo burgalés.

En 1812, en pleno desarrollo de la Guerra de la Independencia española, periodo durante el cual España estuvo ocupada por las tropas francesas, el ejército anglo-portugués, dirigido por el general Arthur Wellesley, más conocido como duque de Wellington, se decidió a capturar el castillo de Burgos. Debido a la privilegiada posición geográfica en la que se encontraba la ciudad, esta se convirtió en un importante territorio durante esta contienda.

El duque de Wellington confiaba en que la toma del castillo sería una empresa fácil, por lo que planificó varios asaltos con el fin de hacerse con la fortaleza. Sin embargo, el ejército francés opuso una fuerte resistencia al ataque, logrando mantener fuera a las fuerzas del general inglés, que ordenó la retirada el 21 de octubre de 1812, perdiendo a su vez el terreno ganado en Valladolid y Salamanca.

La aplicación desarrollada por la Universidad de Liverpool explica detalladamente a sus usuarios el desarrollo de este hecho, a través de una cronología, relatando por días los sucesos más importantes del enfrentamiento. Asimismo, cabe destacar que desde la propia Universidad ponen en valor los restos de la fortaleza que aseguran que son «realmente impresionantes», y la describen como el Machu Pichu español.

miércoles, 3 de julio de 2019

-Pancorbo recupera el castillo de la villa como recurso turístico.

Fuente: http://www.elcorreodeburgos.com/

Entre las mejoras realizadas se ha colocado algunas estructuras metálicas para faciliar el acceso. - G. G.La política de recuperación como atractivos turísticos del patrimonio de la villa pancorbina continúa adelante, tras finalizar un ambicioso proyecto destinado a la puesta en valor del castillo. Así, ya es posible visitar los restos de la milenaria fortaleza. Iniciativa en la que se ha logrado conjugar la necesidad de contar con un acceso seguro para los visitantes con un mínimo impacto visual en el entorno, para lo que se han utilizado solo elementos metálicos y una pequeña reconstrucción de uno de los arcos.
Pese a conservarse pocos elementos originales de este castillo, el recorrido permite apreciar elementos claves del mismo, compartiendo incluso espacio las actuales escaleras con las labradas en la roca por los constructores originales hace más de un milenio.
Cabe recordar que, hasta el momento, esta construcción defensiva es muy poco conocida por los visitantes, pese a su importancia histórica y patrimonial.

Actualmente los restos del castillo se encuentran bajo la protección de la declaración genérica de 1949 y la Ley de Patrimonio histórico Español de 1985. Se trata de una de las fortalezas más antiguas de la comarca burebana, fijándose su fecha de construcción en el siglo IX en una cresta rocosa sobre el casco urbano de la villa.
Según los datos históricos el castillo fue construido por orden del conde Diego Porcelos poco antes del 882 pero dada la presencia previa de romanos en el enclave se considera muy probable la existencia de alguna construcción defensiva anterior. Y su fin era dominar la entrada del desfiladero de Pancorbo, proporcionándole una utilidad estratégica de primer orden.
El castillo pancorbino fue, además, una pieza clave en las luchas entre los ejércitos cristianos y musulmanes en su conquista de la Península Ibérica. Destaca así su papel en el asedio de las tropas del príncipe Al-Mundir, al mando de un ejército con 80.000 hombres. Tras tres días de lucha en 882 los musulmanes se dieron cuenta de lo inexpugnable de la fortaleza y levantaron el campamento.
La fortaleza pancorbina fue restaurada a la vez que se ejecutaban las obras de la fortaleza de Santa Engracia, en la última década del siglo XVIII. Pero el arreglo de sus defensas no duró mucho, pues fue quemado el 10 de agosto de 1835 por los enemigos de Isabel II, durante la I Guerra Carlista.

domingo, 20 de abril de 2014

-El abandono hace mella en el Centro de Interpretación de la Horadada.

El Centro de Interpretación de la Horadada, cerrado desde el verano, no abrirá en Semana Santa. A.C.El Centro de Interpretación Arqueológica del Desfiladero de la Horadada, ligado a la fortaleza de Tedeja (S.VI), la iglesia paleocristiana de Santa María de Mijangos (S.V) y los eremitorios de Tartalés de Cilla de  abrió sus puertas en septiembre de 2002. Una inversión de 416.692 euros, aportados en su gran parte por la Junta de Castilla y León y los fondos europeos que gestiona el Ceder Merindades, hizo realidad el centro y la consolidación de los tres yacimientos. Casi doce años después, el abandono y la falta de dinero del Ayuntamiento de Trespaderne hacen mella en este recurso turístico que desde el pasado mes de enero tiene toda la zona expositiva situada al aire libre desprotegida al haberse caído por completo los veinte metros del vallado de madera que la separaban del exterior.

Pese al tiempo transcurrido, la alcaldesa, Isabel López, aseguró ayer a DB que desconocía este hecho y que no hay ninguna decisión tomada sobre su arreglo, a pesar de que los elementos del antiguo poblado romano y visigodo están expuestos a robos y ataques vandálicos.

López admite que «el Centro de Interpretación de la Horadada es un recurso que no podemos afrontar desde el Ayuntamiento de Trespaderne en la situación económica actual». El centro permanece cerrado desde el pasado verano. La alcaldesa señala que «la gestión directa es imposible por falta de dinero». La contratación de una persona que abra el centro está completamente descartada por el equipo de gobierno que desde el pasado verano tampoco ha dado pasos en busca de una fórmula para su reapertura.
La alcaldesa anuncia que «la previsión es sacarlo a concurso para intentar reabrirlo en verano» con gestión privada, pero añade que «la falta de tiempo ha impedido a la secretaria municipal redactar el pliego de condiciones».  Así pues, estos días de Semana Santa, los de mayor afluencia de visitantes a la comarca, y el resto de la primavera permanecerá cerrado.


El Centro de Interpretación de la Horadada fue atendido entre 2002 y julio de 2010 por una persona contratada por el Ayuntamiento, cuyo salario subvencionaba la Junta de Castilla y León. Con la desaparición de las subvenciones, el centro fue cerrado a cal y canto la pasada legislatura y así permaneció dos años, hasta que en julio de 2012, el Ayuntamiento firmó un contrato de servicios menores con dos emprendedoras, que tenían que abonar 1.000 euros al año y el 5% de las entradas recaudadas. Sus ingresos fueron ínfimos, porque en los cinco meses que abrieron, de junio a noviembre de 2012, recibieron 2.100 visitantes que pagaron en su mayoría una entrada rebajada de 1,5 euros. En 2013, el centro solo abrió durante el verano y recibió 500 visitantes.


Fuente:  http://www.diariodeburgos.es/noticia/ZD5C2434B-FA2E-6AEF-B0B2C640950E2BCA/20140410/abandono/hace/mella/centro/interpretacion/horadada



domingo, 4 de noviembre de 2012

-El Castillo de Poza de la Sal.

La fortaleza que construyó a finales del siglo IX el conde Diego Rodríguez Porcelos para facilitar la repoblación de Poza ha cumplido con creces su papel defensivo para el que fue levantado.
Unas poco conocidas excavaciones arqueológicas encaminadas a conocer con exactitud la historia del castillo depararon sorpresas inesperadas a los investigadores.

Éstas permitieron comprobar la existencia de restos de la Edad del Bronce, estructuras romanas e industria de la Alta Edad Media, todos ellos vinculados a la pieza fundamental del patrimonio de la villa como son las salinas.
Así se constató que la antigua ‘Salionca’ autrigona ocupó el mismo lugar que la fortaleza dando el relevo con el paso de los siglos a la ‘Flavia Augusta’ romana hasta que la lucha contra los musulmanes lo dejó desierta. Con sus primeras piedras, hace un milenio, la fortaleza pozana protegió este legado oculto del pasado burebano que de forma esporádica cede a los arqueólogos.
Hoy en día, el castillo no es el original ya que su papel en numerosos conflictos bélicos a lo largo de la historia lo han transformado puntualmente.

Así, en el siglo XIV la familia Rodríguez de Rojas construyó el actual sobre su predecesor con el añadido de una sólida muralla que protegía la villa.
Finalmente fue rehabilitado en 1808 por las tropas francesas y soportó continuos ataques de guarniciones burgalesas hasta el fin de la Guerra de la Independencia.
Su última actuación, que le ha salvaguardado de una ruina constatada, fue realizada por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León que lo incluyó en su lista de intervenciones.
Actualmente es uno de los reclamos turísticos de la villa salinera ya que desde su posición se divisa una enorme extensión de La Bureba así como el complejo salinero que durante siglos protegió.

Fuente: www.elcorreodeburgos.com

jueves, 14 de mayo de 2009

-Recuperación del castillo de Castrojeriz.

Encumbrado en un cerro que vigila el Camino de Santiago, el castillo de Castrojeriz avanza en su consolidación como fortaleza más representativa de la provincia, dispuesta a que la historia allí vivida traspase sus muros. Y en esta ocasión, tras una modesta intervención en 1989, lo hace de la mano de la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, que restaurará y revalorizará este edificio militar mediante una inyección inicial de 600.000 euros en la que participará Adeco Camino y el Ayuntamiento de la villa castreña, que a su vez se encargará de gestionar las visitas turísticas.

Las tres entidades han firmado un convenio para hacer realidad un proyecto incluido en el plan de recuperación de elementos de arquitectura militar de la provincia, puesto en marcha en 2003 y con ejemplos ya culminados como la torre de Hoyales de Roa y el castillo de Poza de la Sal. En el caso de la fortaleza de Castrojeriz, la Fundación ha planteado estabilizar y conservar las estructuras que permanecen en pie para después facilitar su visita de forma segura y didáctica; de tal forma que el visitante pueda comprender cómo era en su momento de más auge.
La entidad que agrupa a las seis cajas de ahorros de la región proyecta realizar estudios previos de carácter geotécnico y arqueológico, que incluyan también el tratamiento e integración de las estructuras que puedan aparecer. Así, fuentes de la Fundación precisan que los primeros trabajos a realizar consistirán en «excavaciones que contribuyan a redactar un proyecto adecuado a las necesidades de restauración, además de aportar datos interesantes para el conocimiento de la evolución histórica del edificio».

Una vez ejecutados los trabajos previos, se procederá a recuperar y consolidar los elementos más significativos del castillo, como las tres torres que integran su cuerpo principal. De igual forma, se definirá el perímetro y el volumen de las defensas exteriores de la fortaleza y se procederá al desescombro del patio y de otros espacios para acondicionarlos a las futuras visitas. Finalmente, se instalarán señales con información para explicar el papel que tuvo en la historia este ‘complejo’ medieval.

Las dos primeras fases requieren una inversión de 600.000 euros, que serán aportados en un 80% por la Fundación y el resto por el Ayuntamiento y Adeco Camino. La entidad regional se encargará de supervisar y ejecutar la intervención para después entregar la obra al Consistorio, que será el responsable de gestionar las visitas turísticas y facilitar el acceso a los investigadores. Las excavaciones se quieren iniciar este año, aunque la actuación puede prolongarse durante los dos siguientes.
Se trata de la segunda intervención que se realiza en la fortaleza, tras una inicial de consolidación de las ruinas e instalación de una plataforma para contemplar desde el cerro las vistas del valle del Odra. Una actuación realizada en entre los años 1989 y 1991 con el trabajo de los miembros de una escuela taller.

El castillo de Castrojeriz tiene gran valor histórico y arquitectónico, aunque su estado es de ruina progresiva, con lo que cada vez se ha hecho más difícil el accesos y las visitas. Se trata de un edificio complejo compuesto por diversos cuerpos y con singular ubicación, al encontrarse en un cerro que antes fue ocupado por poblaciones prehistóricas, que domina los trazados de las calzadas romanas del entorno del campamento de Sasamón. Su construcción más primitiva es romana, aunque después se fue ampliando con elementos visigodos y medievales. Fue levantado como tal por los árabes en el siglo IX y reformado por los cristianos en el XV.

Fuente: diariodeburgos.es

lunes, 7 de julio de 2008

-Castillo de Roa de Duero.


Sin duda sus orígenes se remontan a la época de la Repoblación. Las crónicas y anales dan esta noticia: "En el año 912 poblaron los condes Nuño Nuñez, Roa; Gonzalo Téllez, Osma y Gonzalo Fernández, Aza, Clunia y San Esteban, junto al Duero". En el siglo XV lo menciona el noble viajero León de Rosmithal de Blatna. Posteriormente, en alguna ocasión fue alcaide de la fortaleza el propio corregidor de la villa.

La primera descripción de el nos la da el mencionado Gutiérrez de San Miguel en 1712 al decir que la villa "tiene un castillo muy grande y fuerte con una soberbia torre, con su plaza de armas y junto a el, un Palacio Real". Juan Lopérraez Corbalán en 1788 escribe que "tiene la villa a su mediodía (sur) una fortaleza y castillo bien conservados, con contramuralla y foso, construido todo casi al estilo moderno".

Por otra parte, el anónimo autor de un manuscrito fechado en 1808 cuenta que "a su mediodía, un fortísimo castillo, en el que, sin embargo de hallarse totalmente arruinado, manifiesta lo fuerte e inexpugnable que era con respecto a los tiempos de su construcción y (si fuera permitido repararle) aún de los presentes. Le custodiaban fosos de bastante profundidad, varios revelines y antemurales. Su plaza de armas era cuadrada, espaciosa y en ella se ven vestigios que muestran lo cómodos que fueron sus cuarteles y habitaciones; tiene dos puertas que las cerraban fuertes castillos y estaban defendidas de cubos caballeros; la una miraba al mediodía y la otra al norte, sobre la que se ve el escudo de armas reales de Castilla y de León; se sitúa, al lado, dentro de esta puerta, una elevada torre que le sirve de atalaya y fue prisión de personajes de distinción, de modo que en caso de sitio podía encerrar con bastante comodidad hasta el número de mil soldados y defenderla de cualquier invasión asedio, por no carecer ni aún de aljibes, que mantuviesen las aguas con la preservación posible para usarlas en tales casos".

Finalmente, Madoz (1849) añade que "en el hay un pozo tan profundo que no ha podido encontrársele el suelo, creyéndose reciba las aguas del Duero por medio de algún conducto subterráneo. [...]Desde aquí partían las murallas que circuncidaban la villa".No es extraño, pues, que con motivo de diversas obras hayan aparecido, entre otras cosas, un cañón de artillería pequeño, balas de piedra para lanzar con catapulta, así como un anillo de oro.

jueves, 26 de junio de 2008

-Torre de Carazo.

Un peñasco, un amplio collado herboso, otra cima menor y un castillo. Todo esto y memorias de antiguos pobladores desde la Edad del Hierro está en la peña de Carazo, dominando la amplia geografía de las riberas del Arlanza burgalés. En una de sus torres de roca se eleva aún la ruina de piedra del viejo torreón medieval del castillo de Carazo.
Las ruinas de la fortaleza de Carazo se sitúan sobre la estrecha meseta de San Carlos, que forma parte del singular relieve de las Peñas de Carazo. Se trata de un relieve estructural de morfología tabular sobre los materiales plegados que conforman la parte suroriental de la Sierra de la Demanda. En él se distinguen dos elementos destacados, las mesas de San Carlos y Soncarazo. La primera es de menor extensión, pero su carácter de inexpugnable baluarte natural favoreció la continua ocupación humana en el pasado.

La historia de esta torre arranca en el siglo X, cuando al parecer, Gonzalo Téllez desalojó a los moros de este lugar. Lo que sí está documentado es su existencia en tiempos de Fernán González. Entre 1047 y 1054, aparece como tenente de la fortaleza Don Nuño Álvarez. En 1083, pertenecía a Don Gonzalo Núñez de Navarra, lo cual demuestra el valor estratégico que tuvo esta fortaleza durante los años de lucha entre los reinos navarro y castellano. En 1380, las Peñas de Carazo pasaron a formar parte de las posesiones de los Castañeda, por concesión del rey. La fortaleza tenía como objetivo controlar el paso del alfoz de Lara por el suroeste. En 1458, el conde de Haro era su propietario.

Durante la I Guerra Carlista volvió a tener importancia estratégico-militar. La ubicación de esta fortaleza, en un lugar prácticamente inaccesible, así como su alejamiento de un centro urbano importante, la convierten en un ejemplar único dentro de la provincia de Burgos. Los restos se hallan cerca de uno de los pocos accesos a la mencionada meseta de San Carlos. En la actualidad, tan sólo quedan un cubo aislado al noreste, dos en el lado opuesto, unidos por un paramento del que se conserva buena parte, y otros dos al oeste, también unidos por un lienzo. Junto a éstos debió encontrarse la entrada, de manera que el ángulo del suroeste se completó con una gran torre cuadrada y diversas obras adyacentes. En todos los restos conservados se empleó sillarejo con relleno de cal y canto.

Fuente: Turismoburgos.org

lunes, 23 de junio de 2008

-Castillo de Lara de los Infantes

La localidad de Lara de los Infantes, se inserta dentro de la histórica zona conocida como “Tierras de Lara”. Los importantes restos de épocas pasadas encontrados en sus alrededores hacen pensar en este lugar como un destacado punto neurálgico en el territorio. En lo alto de la Sierra de Peñalara hay un castro de la Edad de Hierro, defendido con doble muralla, y en el mismo espigón rocoso se han encontrado vestigios de otra población. Asimismo, son numerosos los restos romanos hallados y existe una calzada que transcurre próxima a este municipio.
Se cree que Lara de los Infantes fue fundada en el año 902. Su fortaleza ya existía en tiempos de Fernán González, convirtiéndose en un hito fundamental para la historia del territorio castellano. Dicho personaje fue nombrado conde de Castilla en el año 932, y, a partir de ese momento, logró articular institucional y políticamente un vasto territorio que incluyó las provincias de Burgos, Vizcaya, y parte de Álava, Guipúzcoa, Cantabria, La Rioja, Palencia y Soria. También cabe señalar su arrojo guerrero contra los musulmanes, en especial, contra Abderramán III.
Este castillo estuvo en manos de la prestigiosa casa de los Lara. Las constantes disputas entre la realeza y los nobles durante el siglo XIII provocaron que esta construcción estuviera en algunos momentos en manos de la corona y en otros en manos de esta familia. En el siglo XV, los Cartagena pasaron a detentar la alcaidía de Lara, pero con la llegada de los Reyes Católicos, este cargo recayó en los corregidores de Burgos, cuyo concejo ostentaba el señorío sobre la villa de Lara desde 1255. A principios del siglo XVI, las noticias que se tienen acerca del castillo indican que éste ya se encontraba en ruinas.

La fortaleza, en estado de evidente ruina, se alza en un extremo del denominado Picón de Lara, elemento distintivo sobre la comarca de Tierras de Lara. En dicho emplazamiento todavía quedan restos de la cerca asentada directamente sobre la roca; tras ella, se puede apreciar el foso. El único paramento conservado pertenece, probablemente, al del oeste de la torre del homenaje, construida con granito y cal forrados con excelente sillarejo. Al norte se aprecian restos de una construcción abovedada de apariencia muy posterior, realizada en piedra y ladrillo.

El castillo de Lara de los Infantes experimentó diversas reparaciones a lo largo de los siglos. Gracias a las diferentes noticias sobre estas intervenciones, es posible conocer algunos datos sobre su aspecto en el pasado. La fortaleza estaba compuesta por seis torres, más la del homenaje, que contaba con cuatro pisos. Asimismo, existía un puente desde las murallas exteriores a la puerta de la torre. A finales del siglo XVI, y gracias a un informe elaborado por el maestro Pedro de Castañeda, se sabe que el lugar estaba en un estado ruinoso, que requería de una inmediata reparación.
Fuente: Turismoburgos.org

lunes, 16 de junio de 2008

-El castillo de Treviño

El pueblo de Treviño nació en lo alto de la loma en la que se ubica el castillo, al lado del doblamiento actual, en el siglo VIII, hace 1.300 años. Así, el de Treviño es el primer castillo de la Alta Edad Media datado en la Comunidad con criterios rigurosos. Los especialistas han hallado en la parte superior de la colina, junto a las antenas de telefonía, los restos más antiguos. Los expertos han analizado fotografías aéreas, algunas tomadas en 1957 y otras más recientes realizadas para la propia investigación. En las imágenes se puede apreciar sin dificultad un trazado de alrededor de medio kilómetro de muralla que rodea la altiplanicie. También han descubierto un foso de mucha profundidad. Las obras que se han efectuado en la zona para habilitar caminos no han logrado alterar en gran medida el conjunto.


Los arqueólogos han comenzado a desentrañar la secuencia de una ocupación continua durante muchos siglos, que explica cómo se funda y cómo evolucionan el castillo y el pueblo. De las fases del siglo VIII se conservan cocinas de hogares asociados a algunos agujeros en la roca, que servían para encajar los postes que sostenían la estructura de la vivienda; unos restos que suelen ser muy difíciles de localizar y de interpretar. En el todavía hoy conocido como Cerro del Castillo se instalaron grupos de campesinos que centraron su actividad en la agricultura y en la ganadería y que explotan un territorio muy amplio.

En torno al año 1.000 se produce un importante cambio con la apertura de grandes silos en los que caben alrededor de 60 toneladas de cereal, unas dimensiones enormes para la época. La conclusión a la que han llegado los investigadores es que en la zona ya reside en esta época una autoridad que recoge parte de la cosecha en forma de rentas. Este dato es fundamental porque acredita su condición como cabecera territorial. En los silos han encontrado materiales de deshecho poco frecuentes como cerámicas vidriadas de área islámica: «Es como haber hallado el último aparato súper tecnológico en el sitio más extremo del mundo», aclara.

A partir del siglo XII llega a la zona la monarquía navarra y funda la villa de Treviño, aunque no se conserva el documento fundacional. Sin embargo, haciendo una lectura de una lápida de 1251 que se conserva en la iglesia de San Juan, han descubierto que el texto narra cómo en 1161 el rey navarro funda la villa. Es a partir de ese momento cuando el pueblo comienza a desplazarse desde lo alto de la colina hacia abajo. A partir del siglo XIII, Treviño cae bajo la influencia castellana y comienza la refundación del pueblo. La fortaleza queda arrasada a comienzos del XVI por los propios habitantes de la villa, que sólo tienen que arrastrar hacia abajo las piedras para construir sus casas.
Fuente: Diariodeburgos.es

martes, 1 de abril de 2008

-Torreón de Doña Urraca de Covarrubias.


La torre, adosada al recinto amurallado del interior de la villa, es conocida como Torreón de
Fernán González o de Doña Urraca porque, según la leyenda, esta infanta fue asesinada en él.
Hasta finales del siglo XVI, Covarrubias estuvo defendida por murallas que cercaban por completo la población, y en su interior quedaron emplazados el Torreón y el palacio abacial.
Los detalles sobre el proceso constructivo del torreón son desconocidos. Parece tratarse de una torre vigía situada en la misma ribera del Arlanza, cuya finalidad sería la de defender la villa junto a la desaparecida torre medieval que se levantaba en el puente de entrada al pueblo. Para la mayoría de investigadores, esta torre pudo ser construida en el tránsito del siglo IX al X.
Prueba de ello sería su puerta de acceso, típicamente mozárabe. No obstante, parece que su forma actual se debe a la reedificación que habría llevado a cabo Fernán González, conde de Castilla, en pleno siglo X, después de alguna de las devastaciones ocasionadas en la villa por los ejércitos musulmanes de Córdoba. Posteriormente, durante los siglos XIV, XV y XVI, experimentó diversas restauraciones, y en el siglo XVIII sufrió desperfectos por el incendio del palacio abacial que se alzaba en sus proximidades. Lo cierto es que su singular valor la hizo merecedora de ser declarada monumento histórico-artístico en 1931.

El edificio es por sí mismo una obra única en este tipo de fortalezas. Se trata de una torre de forma piramidal truncada, con una amplia base rectangular que se va estrechando a medida que se asciende. Asimismo, esta irregularidad queda acentuada por la diversidad del aparejo empleado: grandes piedras sin labrar, en la parte inferior, seguidas de una zona de sillarejo con sillares rectangulares en las esquinas y el resto del paramento con sillería. Para acceder a la torre existía una escalera móvil que comunicaba con una puerta de arco de herradura, situada hacia la mitad de la altura, en la cara sur. De esta manera, en caso de peligro, se retiraba y la fortaleza quedaba como un lugar inexpugnable, perfectamente defendido.
Tras diferentes reformas, hoy es posible entrar a la torre por una escalera perpendicular a la misma.
El Torreón está dividido en cuatro plantas. La inferior o entresuelo constituye una sala
rectangular bastante elevada a la que se accedía desde arriba por una trampilla de madera. Por esta razón, probablemente, fue utilizada como almacén, escondite o prisión. La puerta de entrada a la torre conduce a la primera planta, en la que aparece un pequeño zaguán cubierto con falsa bóveda desde el que se accede a la sala más noble, cubierta con bóveda de cañón. En ella, llama poderosamente la atención un pequeño recinto materialmente incrustado en la pared que cuenta con una ventana y un canal de desagüe al exterior.
Según la tradición, fue en este lugar donde estuvo encerrada doña Urraca, hija de Fernán González. Al parecer, fue por culpa de algún amor oculto y contrario a los planes del matrimonio de conveniencia que su padre tenía pensado para ella , lo que provocó que la infanta fuera emparedada. El segundo piso presenta, en una de sus paredes, un pequeño nicho de arco de herradura que da salida a una saetera, el único vano original de este piso.
La tercera planta es la más luminosa, y en ella destacan los matacanes y saeteras colocados en el siglo XIV. La torre debía terminar en un adarve almenado, hoy sustituido por un tejado. También los vanos originales han sido sustituidos por ventanas rectangulares.

lunes, 25 de febrero de 2008

-La Torre de Castrobarto.



Edificada sobre una colina estratégica, con amplia visibilidad sobre el terreno circundante, la construcción siempre ha generado numerosas discusiones sobre su origen, aunque gracias a un testimonio escrito de 1753 se puede colegir que en esa fecha ya se encontraba deshabitada. De planta casi cuadrada ( 13,50 X 11 m.), sus muros tienen una anchura de más de un metro, encontrándose originariamente la puerta de entrada situada al este. Se conservan numerosas saeteras adinteladas.


Las teorías sobre su origen la hacen remontarse a los tiempos de los foramontanos, cuando se hacía necesaria una vigilancia por parte de esos primitivos asentamientos cristianos ante las frecuentes incursiones sarracenas. Con el devenir de la Historia la torre pasa a propiedad de la familia García de Salazar, una de las más importantes y belicosas de la historia de las Merindades. Como consecuencia de las constantes luchas con otras familias rivales, la edificación pasa de una mano a otra, quedando como testimonio dos pequeños escudos de armas pertenecientes a la familia Velasco, y que en la actualidad se pueden contemplar sobre el vano de dos ventanales.

lunes, 18 de febrero de 2008

-Castillo de Ubierna.


A dieciocho kilómetros al norte de Burgos, en el camino de Santander y cobijado entre
abruptos relieves rocosos, se encuentra el pintoresco pueblo de Ubierna. El nacimiento de esta localidad se produjo en el año 884 por iniciativa del Conde Diego Porcelos, fundador también de la ciudad de Burgos. El castillo es mencionado con ocasión de las frecuentes luchas que Castilla y Navarra sostuvieron en las décadas centrales del siglo XI, por el control de estas tierras. En esos momentos se convierte en un punto muy disputado por su gran valor estratégico. Tras la batalla de Atapuerca (1054), Ubierna y su comarca se incorporan definitivamente al reino castellano.

El castillo de Ubierna se encuentra un tanto separado del pueblo en el sitio llamado “el Castro”. Se alza sobre una colina defendida al suroeste por las rocas cortadas a pico. Tiene forma alargada , no regular por adaptarse sus cimientos a las líneas sinuosas del cerro.
Es de grandes dimensiones: unos 47 metros por 13 de anchura media. Los muros miden 1,55 metros de grosor. En el frente sur quedan algunos restos que pertenecieron a un elemento defensivo (prolongación del castillo) de dimensiones parecidas a éste, pero más irregular.

Alrededor del cerro pueden apreciarse diferentes trabajos hechos en el terreno. Las defensas burgalesas de los siglos VIII y IX parecen tener en común que son continuación de antiguos castros, dominan pasos importantes, aprovechan el terreno quebrado para enriscarse y que al ser escasas hubo que completarlas con lugares de refugio situados en difíciles posiciones que se redujeron a simples cuevas. Por tanto el castillo de Ubierna es un claro ejemplo de lo dicho, pues además cuenta con cuevas situadas a menos de dos kilómetros al norte de dicha fortificación, concretamente en el barrio de San Martín de Ubierna.


Y es que en los primeros momentos de la reconquista las peñas y cuevas fueron defensas y refugio seguro que con el tiempo debió de levantarse edificaciones elementales o castillos roqueros. Es muy poco lo que se mantiene en pie, sólo escasos trozos de lienzo, todos de mampostería con relleno de piedra y canto rodado mezclado con cal, - la piedra que pertenecía al castillo fue comprada y utilizada por una familia del pueblo para realizar un construcción privada.

A mediados del siglo XVIII se describía como " casa fortaleza con sus cercos y muros , sita en la cuesta de la Barresas… la cual por hallarse medio arruinada y sin puertas ni tejado, no hay quien de a renta por ella cosa alguna ".
Bastantes años después se decía de él: Ubierna " no tiene murallas, pero a la parte del regañón se conserva hasta hoy un castillo encima de una peña alta por la parte de atrás hace un fuerte espaldón de peña viva y por delante tiene su foso y a los lados unas torrecillas ya todo muy antiguo y arruinado por muchas partes y al ábrego y cierzo conserva en su interior dos portadas, los cañones de artillería no permanecen en él , no obstante se hallan en una casa que es del Duque de Hixar, conde Salinas, un cañón de a 22, otro largo pequeño y dos morteros de yerro muy antiguos, que son de los que antes estaban en el castillo, el cual Castillo es de propiedad de los Estados de dicho Duque de Hixar y de él se ve muy bien el castillo de Burgos…".


http://www.ubierna.org/