lunes, 21 de junio de 2010

-Aniversario de una historica inundación en Burgos.

Sucedió de madrugada. Primero se levantó el viento y después se desató una furibunda tormenta de agua y granizo. El diluvio se prolongó toda la noche. Al alba, Burgos era Venecia. El Vena y el Pico se habían desbordado con inmensa facilidad, convirtiendo en muy poco tiempo el centro de la ciudad en una laguna con calles como torrenteras. Como relata el historiador Pablo Mendéz en su imprescindible Burgos siglo XX. Cien años de luces y sombras (Berceo), «entre las casas de los bomberos y la antigua plaza de toros (actual avenida del Cid), el agua hacía su aparición de forma arrolladora. Las calles Sanz Pastor y Santander, la plaza de Santo Domingo y la plaza Mayor quedaron sumergidas en breves y dramáticos segundos. La calle de la Moneda sirvió de cauce para anegar sus inmediaciones. San Juan y La Puebla por un lado y la plaza del Rey San Fernando por otro, se inundaban rápidamente ante el ímpetu de las dos fuentes principales de entrada: la que corría por la Moneda y la que circulaba por la de Santander. Parte de la calle Vitoria corrió la misma suerte».

La situación de la ciudad en las primeras horas de la mañana era de perplejidad y desolación. Por fortuna, el Arlanzón no se salió de su cauce, y las mejoras introducidas años antes en el sistema de alcantarillado y desagüe evitó que el nivel de los rebosados Vena y Pico causara males mayores. Aunque la otra gran inundación de la ciudad (registrada en 1874) había alcanzado más altura, la de aquel 1930 fue la mayor de la historia. El agua irrumpió con furia en casas y comercios, anegando y destrozando todo tipo de enseres, incomunicando a los vecinos que, sobrecogidos e impotentes, tuvieron que refugiarse en sus hogares atemorizados porque sus vidas podían correr peligro si osaban combatir aquella plaga.
Hasta el edificio del Ayuntamiento, de cuyos responsables se esperaba una reacción, quedó anegado, alcanzado el agua hasta el undécimo peldaño de sus escaleras principales. En algunos de los comercios del centro el agua llegó a ocultar los mostradores, lo que da fe de la increíble cantidad de agua que se concentró en el corazón de la ciudad. «A las cuatro y media de la tarde empezó a decrecer el flujo, cesando apenas media hora después. Eso significa que durante más de siete horas el centro de la ciudad fue recibiendo caudal ininterrumpidamente. El desastre se había consumado pero el pánico todavía continuó durante algunas horas más, pues a media tarde volvió a llover con intensidad y desde Villímar llegaban noticias de que el Arlanzón bajaba con una crecida considerable», escribe Méndez.
Los militares trataron de abrir zanjas en el Espolón para intentar que la crecida desembocase en el Arlanzón, pero fue en vano, ya que el paseo se encuentra a mayor altura que la plaza Mayor, como explica el historiador en su obra. Desde el Consistorio se multiplcaron las órdenes: que los bomberos desalojaran los sótanos inundados y achicaran el agua con bombas; que la Panificadora Burgalesa abriera hasta bien tarde; que la Casa Refugio de San Juan hiciera comida para todos aquellos que no podían acceder a sus casas; que se intentara ayudar a quienes habían quedado atrapados en los suyas; que se tratara de arreglar el sistema elétrico averiado; que se repartiera cemento entre los comerciantes damnificados para hacer diques en las puertas de sus negocios...

Por suerte, antes de la llegada de la noche la lluvia cesó y las aguas, como si se hubiera abierto un enorme sumidero, desaparecieron de las calles como por ensalmo. Pero el aspecto que ofrecía la ciudad era dantesco: centenares de enseres yacían entre el barro y el fango como restos varados de un naugfragio. La catástrofe se hizo más visible cuando los afectados consiguieron sacar de las viviendas y comercios sus propiedades, como en un rastrillo ruinoso. Para fortuna de los burgaleses, el desastre generó entre los políticos el debate sobre el encauzamiento del Vena. Pocos días después de aquel 5 de junio de hace 80 años, la Dirección de Obras Públicas, a petición del Ayuntamiento, dio luz verde al inicio del estudio para encauzar este peligroso afluente del Arlanzón.    

Fuente: diariodeburgos.es

domingo, 20 de junio de 2010

-Más de 5.550 yacimientos arqueológicos en Burgos eclipsados por Atapuerca.

No son Atapuerca, pero toda la geografía provincial está salpicada de yacimientos paleontológicos y arqueológicos que también aportan su granito de arena al conocimiento de la evolución humana y que, desde hace años, viven a la sombra de los hallazgos que han dado la vuelta al mundo porque a día de hoy son los que más han aportado al conocimiento de la especie humana. En la provincia hay localizados e inventariados unos 5.500 yacimientos prehistóricos, desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad Moderna, aunque según los expertos la cifra puede llegar hasta los 7.000 porque el catálogo se hizo con prospecciones aleatorias y crece todos los años.

Buena parte de esos yacimientos pertenecen a asentamientos romanos y despoblados medievales, aunque en esta provincia se puede estudiar cualquier época. «Tenemos yacimientos de todas las edades y momentos, hay valles que son muy ricos en ocupaciones prehistóricas y zona como Monasterio de Rodilla que son muy ricos en yacimientos romanos, al igual que Tardajos; Arce Mirapérez (Miranda), las necrópolis de la Sierra, las ermitas rupestres o los dólmenes de Sedano. Hay mucho de todo», apunta desde el Servicio Territorial de Cultura.

Ese catálogo, que es un instrumento de conocimiento y de protección que permite a la Administración regional tutelar y conservar ese patrimonio, se actualiza diariamente y por ello se van incorporando todos aquellos yacimientos que aparecen al ejecutar obras públicas o particulares. «En muchos municipios la normativa urbanística incorpora la obligación de hacer intervenciones arqueológicas y en función de las mismas se va incrementando el inventario con un buen número de enclaves», apunta desde el Servicio Territorial de Cultura. «Los años que se ha trabajo mucho en evaluaciones de impacto ambiental y proyectos urbanístico, que llevan vinculadas intervenciones arqueológicas, lógicamente el volumen de yacimiento ha sido mayor, pero este año debido a la crisis se ha reducido el nivel de trabajo y se han identificado menos, pero es un inventario que normalmente está en evolución», manifiestan desde el Servicio Territorial de Cultura, a la vez que reiteran que lo importante es «tenerlos catalogados y documentados».

En ese catálogo se incluyen yacimientos de todas las zonas de la provincia, aunque cada una de ellas es rica en restos de determinadas épocas. En Las Merindades, donde las ocupaciones prehistóricas se identifican peor porque existe mucha vegetación, predominan los yacimientos medievales, mientras que en la comarca de La Bureba hay una elevada densidad de yacimientos romanos y la Ribera del Duero guarda un número importante de enclaves prehistóricos que van desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce. «Toda la ocupación prehistórica del valle de río Gromejón, de la ribera del Duero, en la Edad del Bronce Calcolítica es impresionante, «hablar de uno o varios yacimientos en la provincia es difícil», indican desde la Administración regional.

A pesar de esa dificultad, y por la importancia de sus restos arqueológicos y paleontológicos, hay declaradas y protegidas dieciséis zonas arqueológicas en la provincia, es junto a León la que más yacimientos arqueológico tiene inventariados. Entre esos tesoros destacan Atapuerca, Clunia, Peña Amaya, la Ulaña y Ojo Guareña, aunque también son dignos de resaltar los dólmenes de Sedano, la cueva de Valdegoba (Huérmeces) o Penches (Barcina de los Montes), Tedeja (Trespaderne), la Cueva del Puente (Villalba de Losa) o las necrópolis de Quintanar de la Sierra, así como los restos de dinosaurios e icnitas de la zona de Salas de los Infantes, entre otros.

Eclipsados por los grandes descubrimientos que aporta la Sierra de Atapuerca, la mayor parte de estos yacimientos permanecen en el anonimato y excepto en un par de casos, como son la ciudad romana de Clunia y el de los dinosuarios en la zona de Salas de los Infantes, en los últimos años, en parte por falta de subvenciones, no se han realizando en ellos ni excavaciones ni proyectos de investigación, aunque este año se volverá a trabajar en media docena. «El investigador que tiene interés presenta una solicitud en la Dirección General de Patrimonio y allí se decide si se financia o no», indican de la Junta, a la vez que aseguran que «el número de peticiones han descendido mucho y el motivo por el que se cerró la línea de subvenciones es porque luego faltaban muchas memorias, se excavaba mucho y luego no había resultados, solo se hacía el trabajo de campo».

Además de esos en los que ya se han realizado algunos trabajos, hay cientos de enclaves que permanecen ocultos -muchos de ellos se encuentran en terrenos cultivados- que esperan su oportunidad para mostrar la riqueza que atesoran y que permanece enterrada porque nadie ha mostrado interés por sacarla a la luz.
Contrariamente a lo que pudiera pensarse, el boom mediático que han logrado los yacimientos de Atapuerca no ha generado un mayor interés por la arqueología en al provincia y se puede afirmar que Atapuerca no ha sido en ese sentido un revulsivo, aunque lo que sí se han incrementado son las peticiones que realizan los ayuntamientos para poner en valor su yacimientos como un recurso turístico más. En algunos casos, como por ejemplo el de los dinosaurios de Salas o la ciudad romana de Clunia, estos yacimientos se han convertido en el principal reclamo para un turismo que va en aumento y que crecerá aún más cuando entre en funcionamiento el próximo mes el Museo de la Evolución Humana.

Con un legado patrimonial tan importante y disperso, garantizar su protección es tarea casi imposible y todos los años se presentan numerosas denuncias por los expolios que muchos de ellos sufren. En muchos casos, los que nos cuentan con vigilancia, la agresión es permanente sin que se puedan articular medidas de protección eficaces para todos ellos porque es difícil valorar su potencial.
Pero también en los que cuenta con guardas o vigilantes se producen robos. En lo que va de año, según indican desde el Servicio Territorial de Cultura, se han denunciado cuatro o cinco robos en la ciudad romana Clunia y Peña Amaya, dos lugares donde la Junta tiene guardas y por lo tanto se sabe que los dueños de lo ajeno han estado, pero uno se pregunta qué no estará pasando en los que no hay ningún tipo de vigilancia.

Fuente: diariodeburgos.es 

miércoles, 16 de junio de 2010

-Comienza una nueva campaña de excavaciones en Atapuerca.


La persistente lluvia no impidió que ayer comenzará la campaña número 32 en los yacimientos de la Sierra Atapuerca, que será conservadora al no abrirse ningún yacimiento nuevo.
Durante este mes de junio 50 investigadores trabajarán en los yacimientos situados en la Trinchera del Ferrocarril, especialmente en Gran Dolina y Sima del Elefante, al haber aportado los fósiles de la primera especie europea, el Homo antecessor, datada en 1,3 millones de años.
En el caso de la Sima del Elefante, no se podrá trabajar en extensión bajo el camino al no haberse construido el puente que habían demandado los codirectores de las excavaciones. Las fuertes inversiones que está acometiendo la Junta en otras infraestructuras han impedido llevar a cabo este proyecto. «Al haber aparecido tres fósiles de un homínido de hace 1,2 millones de años teníamos intención de excavar en extensión este yacimiento porque sabemos que debajo hay niveles más antiguos al del que aparecieron estos restos. Pensamos que podemos llegar a los 1,5 ó 1,6 millones de años», subrayó Eudald Carbonell, codirector de la excavaciones junto a Juan Luis Arsuaga y Eudald Carbonell.

En este sentido, el científico apuntó que la idea es llegar a la base de la secuencia estratigráfica para tener certeza de la cronología. El hallazgo de fósiles humanos de 1,3 millones retrasó la llegada del Homo antecessor, hasta ese momento datada en 800.000 años, y además se confirmó que practicaba canibalismo.
Por lo que se refiere a Gran Dolina, se seguirá trabajando en los niveles superiores, donde existen numerosos restos de industria lítica de la época hachelense (Paleolítico Inferior). Hasta que no se sigan bajando niveles no se excavará en extensión en el TD6, donde aparecieron los primeros fósiles de antecessor en 1994.
Finalmente, se retomará la excavación en el yacimiento Galería-Covacha de los Zarpazos. La idea es seguir trabajando en su consolidación para que pueda ser visitada por el público.  
Fuente: diariodeburgos.es

lunes, 14 de junio de 2010

-Benigno Barbadillo

Benigno Barbadillo nació en Covarrubias en 1783. Cruzó el océano y se instaló en México. Con el dinero que hizo regresó a España en 1821 y fundó una bodega en Sanlúcar de Barrameda. Hoy es un imperio que lidera el mercado de la manzanilla.

Habrá que imaginar a Tomás Barbadillo, el tío de América, describiendo a la familia de Covarrubias por qué México era una tierra de promisión, un lugar en el que, en pocos años, él mismo había amasado una verdadera fortuna. Y habrá que figurarse al joven Benigno Barbadillo, el sobrino más resuelto, leyendo aquellas cartas que venían de ultramar y soñando con poder cruzar un día el océano. No debió ser muy diferente, porque en cuanto se hizo un joven de provecho se fue al reclamo de su tío llevándose con él a su primo del alma, Manuel López Barbadillo. Ambos recalaron en México y trabajaron en los negocios del tío Tomás, que eran de lo más variopinto: ventas de inmuebles, boticas, préstamos e importación de vinos españoles.
Benigno, que había nacido en Covarrubias en 1783, hizo fortuna y aprendió mucho en aquellos años, sobre todo en lo referente a vinos. El burgalés tuvo que combatir contra los insurrectos aztecas, por eso, cuando en 1821 se decretó la independencia de México del imperio español, estimó concluida su etapa americana. Benigno y su primo Manuel regresaron a España ese mismo año, pero estos indianos burgaleses no se instalaron en su Covarrubias natal, sino en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda. No perdieron el tiempo: antes de fin de año adquirieron una bodega y desde ese momento iniciaron la elaboración de vinos.
De carácter emprendedor, y con un gran olfato para los negocios, Benigno estableció pronto contactos que le acabarían reportando enormes beneficios. Su empresa comenzó a vender vino a la familia Osborne, y desde el primer instante exportaron sus caldos al extranjero. Sólo cinco años después de poner en marcha la bodega, Londres y Filadelfia conocieron el vino de jerez que los burgaleses fabricaban. Fue entonces, a mediados de la década de los 20, cuando apareció por primera vez la denominación de ‘Manzanilla’ en uno de los vinos de Barbadillo. El éxito del caldo fue enorme. Sin embargo, Benigno no pudo disfrutarlo por muchos años: falleció en 1837. Pero para entonces la proyección de la bodega era ya imparable. Su primogénito, de nombre Manuel, tomó las riendas del negocio, ampliándolo con importantes alianzas.

Ya en 1863, el nieto del burgalés fundador de la primera bodega, llamado Antonio, bautizó el incipiente imperio vinícola con el apellido familiar: Bodegas Barbadillo, con el que ha llegado hasta nuestros días. Y es que el sueño del indiano burgalés sigue siendo hoy una realidad que goza de una excelente salud.

Lidera con una cuota de existencias superior al 50 por ciento el mercado de las manzanillas; es propietaria de más de 500 hectáreas de viñedos y controla todos los procesos desde la viña, crianza, embotellado y distribución. Y desde el año 2002 cuenta con el Museo Barbadillo de la Manzanilla, donde se exhibe el riquísimo patrimonio bodeguero, a la sazón uno de los más importantes de España. Sus bodegas rodean el Castillo medieval de Santiago y ocupan una superficie total de más de 75.000 metros cuadrados con capacidad para 35 millones de litros, lo que la convierte en la mayor de la zona. En la actualidad, Bodegas Barbadillo está presente en más de 50 mercados, entre los que se encuentran Reino Unido, Alemania, Bélgica, Holanda, Dinamarca y Estados Unidos. Casi dos siglos después de que la fundara el burgalés, sigue siendo una empresa familiar.

Barbadillo elabora en la actualidad el primer vino blanco de Andalucía y el más vendido en España, que lleva el nombre de Castillo de San Diego. En el año 2000 inició un fuerte proceso de diversificación que ha llevado a Bodegas Barbadillo a la internacionalización de las principales marcas, al desarrollo de un tinto Andaluz, Gibalbín, así como la apertura a otras denominaciones de origen y proyectos directamente relacionados con su actividad empresarial, tal es el caso de la incorporación de Bodegas y Viñedos Vega Real de la D.O. Ribera del Duero, la de Sierra de Sevilla, comercializadora de productos procedentes de cerdos Ibéricos criados en el Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla - ambas empresas pertenecientes a Barbadillo al 100% - y más recientemente, en 2007, la adquisición del 76% del accionariado de Bodega Pirineos en la Denominación de Origen Somontano.  
Fuente: www.diariodeburgos.es R. Pérez Barredo

domingo, 13 de junio de 2010

-Ojo Guareña, nuevo Itinerario Cultural Europeo.

Las cuevas burgalesas de Ojo Guareña son uno de los 14 elementos singulares de Castilla y León que el Comité Director de Cultura del Consejo de Europa ha reconocido como nuevo Itinerario Cultural Europeo. Este organismo, con sede en Estrasburgo (Francia), resolvió durante una sesión celebrada esta semana la concesión del carácter de Itinerario Cultural a la candidatura ‘Caminos de Arte Rupestre Prehistórico’. Esta ruta agrupa al conjunto de lugares visitables con manifestaciones rupestres prehistóricas de España, Portugal, Francia, Italia, Irlanda, Suecia y Noruega, reunidos en la Asociación Internacional ‘Caminos de Arte Rupestre Prehistórico’.

En el territorio de la Comunidad se han integrado manifestaciones de arte rupestre de diferentes cronologías, entre las que destaca especialmente la de Siega Verde en Salamanca, uno de los mayores conjuntos con grabados paleolíticos al aire libre de la Península Ibérica, propuesto para su inclusión en la Lista de Patrimonio Mundial como ampliación del conjunto del Valle del Côa en Portugal. Además, seleccionados por sus características técnicas y por el hecho de que se encuentren abiertos a la visita de forma habitual, se incluyen junto a Ojo Guareña los abrigos rupestres del Risco La Zorrera y las pinturas de Muñopepe (Canto del Cuervo y La Atalaya) en Ávila; Ojo Guareña en Burgos; el Ídolo de Tabuyo del Monte en el Museo de León; los Abrigos rupestres de Las Batuecas y los grabados de la muralla de Yecla de Yeltes en Salamanca; el conjunto de Domingo García, los abrigos del Duratón, la Cueva de los Enebralejos en Segovia y las placas grabadas de Estebanvela en el Museo de Segovia; los Abrigos de Valonsadero, Abrigo de Peña de los Plantíos en Fuentetoba en Soria y la Placa de Villalba en el Museo Numantino.

Con su aprobación, Europa pone en marcha el primer Itinerario Cultural del Consejo de Europa basado en destinos arqueológicos de la Prehistoria europea, reconociendo de esta forma que las primeras expresiones artísticas desarrolladas por el Homo sapiens en cuevas, abrigos, afloramientos rocosos y estructuras megalíticas, constituyen un referente de su pasado común. Esta propuesta tiene los objetivos de conservar, conocer, difundir y facilitar la visita al legado cultural e histórico de los primeros pobladores prehistóricos del continente europeo, con sus manifestaciones rupestres como principal eje temático.

El nuevo Itinerario ‘Caminos de Arte Rupestre Prehistórico’ agrupa a prácticamente todos los grandes destinos turísticos europeos basados en la Prehistoria y su Arte Rupestre (en su mayor parte declarados Patrimonio de la Humanidad), los cuales se concentran en el sudoeste de Europa (Francia y Península Ibérica) y en determinadas áreas de Irlanda, Escandinavia y el norte de Italia.

Fuente: www.diariodeburgos.es