sábado, 23 de agosto de 2025

-Nueva campaña arqueológica en Quintanilla de las Viñas.

 Enlace: www.diariodeburgos.es 

La ermita de Quintanilla de las Viñas, uno de los templos más singulares y fascinantes de la provincia, fue el sábado escenario del arranque de una segunda campaña arqueológica con la aplicación de un georradar, técnica que permite detectar estructuras u objetos bajo tierra sin necesidad de realizar actuación invasiva alguna. Bajo la dirección de Cronos Arqueología, responsable también de la primera campaña, esta nueva fase (financiada por la Diputación y el Ayuntamiento de Mambrillas de Lara) esta intervención se centrará en el análisis del subsuelo, donde todo apunta que hay un yacimiento. «Queremos saber qué estructuras puede tener el edificio previas o asociadas al propio edificio; dependencias que no se han conocido porque desaparecieron en época medieval o necrópolis, por ejemplo», explican desde Cronos Arqueología.

 

Los resultados del georradar se analizarán y estudiarán en los meses que vienen, en los que también se llevará a cabo una pequeña excavación «en función de la información que nos arroje el georradar», subrayan. «Lo que estamos viendo en estos edificios tardoantiguos y visigodos es que las necrópolis tienen una orientación muy particular: en lugar de tener la orientación canónica -este/oeste, que es la cristiana, tienen orientación sur/norte. Es una pauta que estamos viendo repetida en varios edificios y queremos comprobar si en Quintanilla de las Viñas es así. Eso podría estar hablándonos de otros rituales, de si este templo fue un monasterio (que es lo más probable) etc... Esto es lo que queremos comprobar en esta campaña, antes de que termine el año».

Todos estos estudios, apuntan desde Cronos Arqueología, están orientados a poner en valor el lugar. «Podríamos estar excavando cincuenta años. Pero su parte esencial es la arquitectónica y su contexto histórico». A la espera de la publicación del estudio realizado por este equipo multidisciplinar en tan maravillosa ermita, todo apunta a que esta construcción es del siglo VII, esto es, visigótica, y no altomedieval (al menos dos siglos posterior, como afirma otra corriente historiográfica), tal y como avanzaron sus responsables el pasado 15 de junio en unas jornadas abiertas en el propio templo de tierras de Lara y recogió este periódico en su edición del día siguiente. La primera campaña se centró en las partes arquitectónicas conservadas del edificio, el ábside cuadrangular y el crucero, haciendo hincapié en analizar en profundidad lo conservado y evitar conjeturas sobre cómo pudo ser el edificio a partir de lo no conservado. Asimismo, se informó de que el estudio histórico que forma parte de la investigación había sacado a la luz documentos inéditos, aclarado errores arrastrados por la historiografía, errores reproducidos por diversos autores «que con el tiempo se acabaron convirtiendo en falsas verdades».

En este sentido, una semana más tarde, otro reportaje publicado en estas páginas recogía la otra tesis y citaba fuentes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); a este respecto, este organismo ha declinado toda responsabilidad en la autoría de las opiniones que en ese artículo se vertían para argumentar que el templo burgalés es altomedieval. «Las declaraciones que se vertían en ese reportaje retratan el desconocimiento que el informante tiene sobre la técnica, al tiempo que deja fuera de cobertura científica decenas de publicaciones en revistas del CSIC, como Arqueología de la Arquitectura, Archivo Español de Arqueología, Gladius, etc., en las que publicamos; también a la labor que ha venido realizado el Laboratorio de Geocronología del Instituto de Química Física 'Rocasolano' del CSIC, el primer laboratorio de datación por carbono 14 creado en España, con el que nuestro equipo ha venido colaborando», abundan desde Cronos. 

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