Cerca de la localidad de Pérex, en el Valle de Losa, se encuentra una de las loberas mejor conservadas de la provincia de Burgos. Desde antiguo, el lobo fue uno de los animales más temidos por las gentes de estas comarcas.
Las loberas tienen una arquitectura muy característica, formada por dos paredes de piedra convergentes, de casi tres metros de altura, que conforman un embudo que desemboca en un foso. Dicho hueco debía ser lo suficientemente profundo para que el animal no pudiera escapar.
Tradicionalmente los lobos eran conducidos a las loberas por perros y cazadores. Una vez allí, el lobo era golpeado desde unos pequeños refugios de piedra, para evitar que retrocediera. Cuando los animales caían en el foso, eran sometidos a una especie de juicio por las extorsiones causadas a la comunidad. Luego eran sacrificados y sus cadáveres se exponían a la vista de todos.
Se cree que las loberas existían ya en época prehistórica. Han sido utilizadas hasta bien entrado el siglo XX.
Otros restos de estas curiosas construcciones se encuentran en pueblos como Berberana, Castrobarto, Espinosa de los Monteros, Villabasil, Río de Losa y Huidobro.
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