jueves, 8 de noviembre de 2007

-Primeros reyes cántabro-astures.



El primer documento castellano que ha llegado a nosotros, es un diploma de 24 de abril de 759, que hace referencia a la fundación del monasterio de San Miguel de Pedroso, cercano a Belorado. A este acto a orillas del río Tirón, acude el rey Fruela I, hijo de Alfonso I, junto con el obispo Valentín, prelado de Oca, y la fundadora del monasterio, la abadesa Nuña Bella. Se trata de una ceremonia inaugural y la consiguiente profesión monástica de 28 religiosas. Fruela I reinaría desde el año 757 hasta el 768.
En la primavera de 791, bajo el reinado del emir Hisham I, hijo de Abd al Rahman I, éste envía dos ejércitos contra el reino cántabro-astur de Vermudo II. Uno de éstos ejércitos comandado por Abu Utman Ubayd Allah avanza desde Córdoba por Toledo, Zaragoza y aguas arriba del Ebro hasta la marca oriental del territorio cristiano formado por Alava y al-Qila (Los Castillos). Este ejército, según las crónicas árabes, aplastó toda resistencia en los montes y valles, cortando hasta 9.000 cabezas cristianas.
Se repite aceifa al año siguiente, ya al mando de otro comandante, reinando ya Alfonso II, llamado el Casto, en el reino cántabro-astur. Sendos ataques se repetirán en 794, 795 y 796 hasta la muerte de Hisham I el 21 de abril de 796. Durante éstos años los cristianos retroceden para refugiarse tras los Montes Obarenes, y los páramos de Masa y la Lora, construyendo fortificaciones para defenderse de las futuras incursiones musulmanas.

Tras las guerras civiles que tuvo que afrontar el siguiente emir Al Hakam I en sus primeros años de reinado, en 801 envía un ejército bajo el mando de su hermano Muawiya contra las tierras alavesas y de los Castillos, siendo derrotados estrepitosamente por las fuerzas cristianas.
En el 803 se produciría la última expedición importante de Al Hakam I contra la futura comarca castellana, ya que parece que durante casi 20 años no se tienen noticias de otras aceifas contra las tierras orientales del reino de Alfonso II.

Durante el reinado de Abd al Rahman II, sucesor de Al Hakam I, la región llamada Los Castillos, por las fuentes árabes, o Bardulias por las fuentes cristianas, tuvo que sufrir los más duros y terribles ataques. Así, en 823 y 826, incursiones musulmanas destruyen cosechas y hacen botín. En 838 penetran hasta el valle de Sotoscueva, y en 839 se sufre un doble ataque desde Córdoba y Zaragoza, consiguiendo resistir la embestida con notables bajas.
Alfonso II disfrutará de cierta paz en los dos últimos años de su reinado, ya que el emir de Córdoba se centró más en aceifas contra Cataluña y Narbona.
El rey “Casto”, después de 52 años de reinado, desde 792 hasta 843, fallecería en marzo de 843, consiguiendo mantener la integridad territorial y el bastión defensivo frente a las aceifas musulmanas. Consiguió consolidar su reino desde Gallaecia hasta las tierras alavesas, y durante su reinado comenzó el incipiente movimiento foramontano desde las montañas cántabras para reforzar las defensas del territorio del norte de Burgos.
Con éste rey quedará extinguida la línea procedente de Pelayo, quedando vinculada a partir de entonces a la línea sucesoria del duque Pedro de Cantabria.

Ramiro I será su sucesor, debiendo antes subyugar la rebelión de Nepociano, cuñado de Alfonso II, que quiso apoderarse del trono ante la ausencia de Ramiro. Durante los siete años de su reinado, solo nos consta un ataque contra el territorio castellano en el año 850.

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