El armamento usado por los hispanos era simple y ligero, adecuado a su estilo de combate. En las contiendas, que entendían de forma peculiar, no se exponían frente al enemigo en grandes ejércitos, que tampoco poseían, sino que utilizaban el sistema de guerrillas, con gran movilidad, lanzándose al combate en tropel, saltando según su costumbre.
Con mayor frecuencia que las espadas, puñales o cualquier otro elemento bélico, en las fuentes clásicas se hace mención a las armas arrojadizas, lo que viene a indicar que eran las más utilizadas por los hispanos, hecho que está conforme con su sistema de lucha en guerrillas.
Como armas ofensivas usaban las siguientes:
-Espada.
La más comúnmente usada por las tribus celtiberas era la espada de antenas recta y corta. El puño tiende a ser redondeado, siendo el extremo superior del mismo de frontón o antenado, desde dos antenas diversificadas, hasta pequeños cuernos o bolas que aparecen en el inicio de la empuñadura. La ornamentación del puño es muy variada. Se conseguía por medio de placas de hueso, madera labrada, marfil o bien mediante repujado a base de hilos de plata, realizando, a veces, magníficos dibujos geométricos a base de círculos, espirales, meandros. Esta espada fue muy efectiva para la lucha cuerpo a cuerpo. Las vainas debían ser de cuero o madera, con los rebordes laterales de hierro, así como la parte superior. Frecuentemente llevaba una decoración semejante a la de la empuñadura.
- Puñal.
Diodoro (5, 33) dice: «se sirven también para el cuerpo a cuerpo de puñales con una longitud de nueve pulgadas». Fue usado en términos generales para rematar. Puede ser de hoja triangular muy ancha en la guarda de la empuñadura. O bien puede ser, y es éste el caso más frecuente, afalcatado. Los puñales afalcatados llevan el mango adornado con hueso, madera o bien en metal, o en algunos casos, como en las espadas, repujado con hilos de plata. A veces la vaina de las espada lleva adosado un puente en la parte alta para dejar hueco a la vaina del puñal.
- Lanza.
Fue muy utilizada por todos los pueblos hispanos. Las más frecuentes puntas de lanza tienen una nervadura central y cono de enmangue circular. La lanza está formada por tres partes, la punta de hierro, el asta de madera y el regatón o contera también de hierro, cuya
punta afilada permitía hincarla en tierra. Podía usarse en el combate cuerpo a cuerpo o ser lanzada como una jabalina.
punta afilada permitía hincarla en tierra. Podía usarse en el combate cuerpo a cuerpo o ser lanzada como una jabalina.
-Falárica.
Es una arma arrojadiza, muy común en el armamento ibérico cuya
asta era de abeto y redonda en toda su extensión, excepto en el extremo,
donde se colocaba el hierro: éste, estaba rodeado de una estopa empapada en pez. El hierro era largo, de tres pies, para poder traspasar la armadura y el cuerpo. Pero aún en el caso de quedar clavado en el escudo y no penetrar en el cuerpo, llenaba de terror, pues como se lanzaba encendida la estopa y su carrera avivaba su llama, obligaba al soldado a despojarse de sus armas y exponerse indefenso a los golpes siguientes.
asta era de abeto y redonda en toda su extensión, excepto en el extremo,
donde se colocaba el hierro: éste, estaba rodeado de una estopa empapada en pez. El hierro era largo, de tres pies, para poder traspasar la armadura y el cuerpo. Pero aún en el caso de quedar clavado en el escudo y no penetrar en el cuerpo, llenaba de terror, pues como se lanzaba encendida la estopa y su carrera avivaba su llama, obligaba al soldado a despojarse de sus armas y exponerse indefenso a los golpes siguientes.
-Soliferreum.
Es una larga barra de hierro, engrosado en la parte
media, para empuñarla cómodamente. Uno de los extremos acaba en punta cónica, mientras que el otro acaba en punta de lanza, con pequeñas barbas en forma de anzuelo, lo que origina su nombre griego de «saunion» ganchudo.
media, para empuñarla cómodamente. Uno de los extremos acaba en punta cónica, mientras que el otro acaba en punta de lanza, con pequeñas barbas en forma de anzuelo, lo que origina su nombre griego de «saunion» ganchudo.
- Flecha.
Las puntas de flecha, generalmente están hechas en hierro. Suelen tener un fuerte nervio central y aletas más o menos marcadas.
En cuanto a elementos defensivos, los hispanos no se protegían, en general, el cuerpo con piezas metálicas. La mayor parte solían emplear corazas de lino, aunque algunos utilizaban cotas de malla, y otros grandes discos, denominados faleras, que defendían pecho, espalda y hombros. A veces se protegían las piernas con perneras.
El énfasis de la defensa personal se cifraba en el escudo y en la pericia de su manejo. Entre las tribus hispanas se emplearon dos tipos de escudos: la «caetra», circular y cóncava, el más común, y el «scutum», oblongo, rectangular, que cubría las dos terceras partes del cuerpo.
El énfasis de la defensa personal se cifraba en el escudo y en la pericia de su manejo. Entre las tribus hispanas se emplearon dos tipos de escudos: la «caetra», circular y cóncava, el más común, y el «scutum», oblongo, rectangular, que cubría las dos terceras partes del cuerpo.
Los cascos más usualmente utilizados eran los de cuero o tejidos de nervios. También, para proteger la nuca, peinaban el cabello con trenzas que recogían atrás. Algunos indígenas llevaban cascos de triple cresta.
El hierro con el que estaban fabricadas las armas hispanas era, en general, de excelente calidad. Polibio escribe que los celtíberos sobresalen en mucho entre los demás pueblos en la fabricación de espadas. Armas hispanas como la espada y el puñal fueron usadas por las legiones romanas, a causa de su eficacia. Pero si pudieron imitar la forma, nunca lograron alcanzar la calidad del hierro y la perfección de la factura.
Gracias a Diodoro (5, 33, 3-4) se conoce el modo de fabricar las espadas: «los celtíberos... tienen un modo muy particular de preparar las armas... meten bajo tierra las láminas de hierro y allí permanecen hasta que, con el tiempo, la parte débil del hierro se consume por la herrumbre
y se separa de la parte más dura; de ésta se sacan magníficas espadas y otros instrumentos guerreros. No hay espada, ni casco, ni hueso que resista a su golpe».
Para probarlas, agarraban con la derecha la empuñadura y con la otra mano la punta, colocaban luego la hoja transversal sobre la cabeza, tiraban luego para abajo de ambas extremidades hasta que se tocaban con los hombros y luego las soltaban. La hoja permanecía recta, aunque esta prueba se repitiera varias veces. Esta flexibilidad se debía a que el hierro era muy puro y estaba bien trabajado al fuego. Se forjaba en frío y no a martillazos, combinando la acción del fuego y del frío.
y se separa de la parte más dura; de ésta se sacan magníficas espadas y otros instrumentos guerreros. No hay espada, ni casco, ni hueso que resista a su golpe».
Para probarlas, agarraban con la derecha la empuñadura y con la otra mano la punta, colocaban luego la hoja transversal sobre la cabeza, tiraban luego para abajo de ambas extremidades hasta que se tocaban con los hombros y luego las soltaban. La hoja permanecía recta, aunque esta prueba se repitiera varias veces. Esta flexibilidad se debía a que el hierro era muy puro y estaba bien trabajado al fuego. Se forjaba en frío y no a martillazos, combinando la acción del fuego y del frío.
....La madre que te p.... Tómese con celtíbero afecto.
ResponderEliminarMuy bueno. Está en discusión la celticidad de lo que también se llama falcata. Las espadas de antenas son las descendientes de las espadas de la Tenè, pero muy modificadas y mejoradas. Se descarta también el origen ibérico. Son quizá una mezcla un poco de todo, sin clarificar su origen y algunos historiadores otorgan una fabricación muy localizada en aldeas y castros importantes.
Sin embargo, sí se ha encontrado relación con el mundo céltico centroeuropeo en las vainas de cuero.
La importancia que otorgaron los romanos a estas espadas ha sido utilizada durante el siglo XX por sectores políticos de corte rancio y patriótico, haciendo mucho daño a la historia. Es ahora cuando los investigadores y científicos hablan con el énfasis exclusivo de la investigación, desmitificando esas gestas infladas por la ideología retrógrada. Por aquí lo dejé caer en mi blog.
Enhorabuena. Muy buena entrada.
Sabía que mi celtíbero preferido iba a entrar al trapo, así que le dejé el honor de ser el primero.
ResponderEliminarMuy buena entrada.
Gracias, Pedro. Ha sido un honor ser el primero. Se me antoja muy golosa esta entrada.
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