domingo, 14 de octubre de 2007

-Monasterio de Taranco de Mena.


Es en el año 800 cuando va a aparecer por primera vez la palabra Castilla escrita en un documento. Se trata de la fundación del monasterio de San Emeterio y San Celedonio de Taranco de Mena (15-IX-800).
Estudiando la carta de fundación se pueden reproducir un poco la historia de la repoblación del territorio del Valle de Mena, en aquel tiempo diferenciado del territorio de Castilla, que comprendía la zona en torno a Espinosa de los Monteros. La fundación del monasterio de San Emeterio de Taranco es llevada a cabo por el abad Vítulo y su hermano Ervigio.

Parece ser que los padres de ambos, Levalus y Momadonna ya había realizado la repoblación en la zona de Burceña a fines del siglo VIII. Pero es ahora cuando sus hijos van a asentar su dominio en la zona.
Primeramente construyen con sus propias manos la iglesia de San Esteban en Burcenia (Burceña), realizando también presuras alrededor y recuperando varios molinos. Desde allí pasan el río Ordunte camino de Taranco de Mena donde fundan el monasterio de San Emeterio y realizan presuras alrededor incluyendo los núcleos de Fauzes (Hoz de Mena) y Ordelione (Ordejón de Ordunte) entre otros.

Posteriormente se encaminan siguiendo la vía romana que va entre Iulobriga (Reinosa) y Flaviobriga (Castrourdiales) hacia el territorio de Castilla, pasando el monte Cabrío encuentran las ruinas de una antigua población romana llamada Area Patriniani, posiblemente al actual pueblo de Agüera. Allí levantan la iglesia de San Martín, realizan presuras en los campos de alrededor y construyeron molinos en el río.
El centro de este núcleo de repoblación será el monasterio de San Emeterio de Taranco. A este monasterio donan Vítulo y Ervigio todas las tierras que han recuperado en la carta del 15-IX-800.
Un documento del 11 de noviembre de 807 nos informa acerca de la adhesión de las iglesias de San Andrés y San Félix situadas en el territorio de Area Patriniani, entre Pando y Nozeto (Noceco) al monasterio de San Emeterio y San Celedonio de Taranco. Estas iglesias habían sido reconstruidas por el presbítero Eugenio y sus socios Belastar y Gersius el Nonna.

En el año 812 el abab Vitulo ya había muerto. Regía la comunidad su hermano Ergivio. Se unieron a la comunidad los presbíteros Armentario, Íñigo, Sisenando, Apre y Pedro, que tenían posesiones en Taranco, Hoz, Villasana y otros lugares del valle de Mena. Los tres primeros fueron abades posteriormente.
Lamentablemente el antiguo monasterio ha desaparecido, no conociendose que haya dejado siquiera ruinas que hayan llegado hasta nosotros.



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