La ermita de Santa Cecilia (Virgen martirizada en Roma alrededor del
año 230, y cuya fiesta se celebra el 22 de noviembre con una romería),
se asienta en pleno Valle de Tabladillo, a la vera del río Mataviejas,
en un bello, espectacular y recóndito paraje amenizado por el manso
fluir del río cercano, y significado por el risco sobre el que se
yergue.
Junto a este noble monumento perduran los restos restaurados del
viejo puente (que puedo ser romano), sobre el que circulaba la calzada
romana que atravesaba el valle procedente de la lejana Clunia.
La ermita se levanta sobre un asentamiento de época romana, cuyos
vestigios aparecen en los rebajes artificiales en la roca, a modo de
habitáculos. En las excavaciones que aquí tuvieron lugar, se encontaron
numerosos restos de cerámica y otros elementos que aseguran un
asentamiento romano desde la época alto-imperial, hasta la tardo-romana.
La primera noticia documental de este edificio data del 29 de
septiembre del 924. Nos encontramos en plena época de la repoblación,
momento en que vienen a esta zona mozárabes que emigran de Andalucía, en
busca de seguridad y defensa. La actual ermita sirvió de iglesia
parroquial al pueblo de Tabladillo, y fue asistida de continuo por un
monje del vecino monasterio de San Juan de Tabladillo. A finales del s. X
sufrió las incursiones de Almanzor: es entonces cuando la ermita queda
anexionada a San Pedro de Arlanza (1041). Desde el año 1125 pasó a
depender jurídicamente de Silos, y así siguió hasta la desamortización
del año 1835.
El tempo de Santa Cecilia es una construcción erigida,
fundamentalmente, en dos fases. El templo perteneces a las últimas
decadas del s. IX o comienzos del X, mientras que el pórtico y la puerta
de acceso se añadieron en época románica. Se trata de una construcción
de una sola nave de planta, de salón rectangular, muros de sillería muy
irregular, cubierta de armazón de madera. En el muro sur existían dos
portadas, quizás tapiadas cuando se abrió la actual de acceso. En este
mismo muro se abren dos sencillas ventanas de tipo aspillera en arco de
herradura (s. X). Se completa el conjunto con el santuario, un ábside
cuadrado, al que se accede desde el arco de herradura (retallado con
posterioridad para convertirlo en medio punto). Dicho ábside, que mira
al Oriente, se cubre con cúpula sobre pechinas y en el testero se
practica un vano con celosía.
Sobre el ábside y el arco triunfal se levanta la torre de planta
cuadrada. Al exterior, el santuario muestra un curioso vano con forma de
cruz griega cuyos extremos se abren en círculo. El conjunto de templo y
ábside responde a las formas constructivas herederas del pasado
tardorromano o hispanovisigodo. Se trata de una de las veintiuna
iglesias mozárabes diseminadas por la Península.
Se completa el conjunto con una hermosa galería porticada adosada al
muro meridional, románica. La función del pórtico, elemento típico del
románico español, era cobijar y ser lugar de encuentro del Ayuntamiento o
del Concejo Abierto. Este pórtico consta de cinco arcos de medio punto,
sin capiteles, sobre pilastras en lugar de columnas. El mayor y central
sirve de acceso. Los otros, dos de cada lado, más pequeños, están
ligeramente peraltados. En la parte exterior, una pequeña cenefa
ajedrezada va formando arquivoltas de medio punto en perfecta
correspondendia con los arcos.
La portada es un bello ejemplar románico elaborado con esmero, pero
de relieve casi plano. Consta de un sencillo arco de medio punto
moldurado y arquivolta con entrelazo de mimbres que cobija la rosa de
los vientos (de características similares al cimacio de los capiteles de
la tumba de San Garía de Arlanza). El anillo exterior de la arquivolta
es el más elegante y lleva esculpidas lindas palmetas. Tanto la galería
como la portada pueden datarse de la primera mitad del S. XII. El
interior está totalmente vacío de imágenes y objetos.
Fuente: www.arlanza.com
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