sábado, 29 de marzo de 2008

-Eremitorio de Cueva Andrés.


En uno de los parajes más bellos del alto Arlanza, muy próximo a la necrópolis de Cuyacabras, se esconde el eremitorio mozárabe de Cueva Andrés. El paraje, dotado de una
inusitada belleza, conserva aún la tranquilidad que buscaban en este lugar los antiguos anacoretas del siglo X para entregarse a la contemplación y a la penitencia.
De lo que fue el primitivo eremitorio se conserva la covacha que sirvió de habitación al eremita. Conserva unas dimensiones de 4,4 m de longitud, 1,25 m de anchura y una altura desde el suelo rocoso de 1,7 m en la zona de entrada.
En ella se pueden observar tres oquedades que fueron utilizadas como alacenas. Debido a que los pastores han utilizado el lugar como refugio, su pared y techo se encuentran ennegrecidos por el humo de la lumbre.

En la cara meridional de la segunda peña se ve, en relieve, un arco de herradura. El arco es de 1,35 m. de alto y 0,65 m de ancho máximo. En su interior hay esculpida una gran cruz patada, que presenta una oquedad circular en el cruce de los brazos, donde posiblemente se incrustara una cruz de metal. En la parte redondeada del arco hay una inscripción de difícil lectura, en la que se puede descifrar la palabra Alonso.

Asimismo, en la parte superior de la roca se ven varios encajes profundos para las vigas de la techumbre de la iglesia. La existencia de ésta es evidente, si bien por su total destrucción es imposible trazar su planta en la actualidad. En la base de esta segunda peña hay dos nichos horizontales excavados en la roca con borde abultado, correspondientes a compañeros del eremita fundador o a continuadores suyos.
A la hora de datar el eremitorio, el único elemento de que disponemos es el arco de herradura, de estilo mozárabe y del tipo cerrado califal, propio del siglo X. Por su parte, la cruz patada inscrita en su interior se puede relacionar con el arte prerrománico asturiano.

En lo que respecta a la necrópolis, se han registrado media docena de sepulturas excavadas en la roca. Sobre la cueva en la que moró el eremita se ha encontrado una sepultura, y en la cara E de la segunda peña se han documentado dos nichos horizontales excavados en la roca ( del mismo tipo que los de Cuyacabras).

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