domingo, 16 de marzo de 2008

-Paseo del Espolón.


Es el paseo más emblemático de la ciudad. La construcción de la nueva Casa Consistorial, en
1783, sobre el solar de la antigua puerta de Carretas, dio lugar al derribo de la vieja muralla y al diseño de una serie de jardines a orillas del Arlanzón, entre las puertas de San Pablo y Santa María.

La ciudad medieval, hasta ese momento encerrada y constreñida intramuros, rompía la muralla para mirar hacia fuera, con una línea de nuevos y modernos edificios paralela al río. El encargado de diseñar este paseo fue Fernando González de Lara, que utilizó parte de las piedras de la muralla en la canalización del río Arlanzón, en un intento de evitar las periódicas inundaciones que vivía la ciudad.

El actual Paseo del Espolón es fruto de las diversas transformaciones que ha sufrido a lo
largo del tiempo. En el centro, por detrás del Ayuntamiento, sobresalen cuatro estatuas donadas por el rey Carlos III, en 1788, procedentes de la balaustrada del Palacio Real de Madrid, talladas por escultores cortesanos, que representan a Fernán González (obra de Juan de Villanueva), Fernando I (de Luis Salvador Carmona), Alfonso XI (de Felipe Boistou) y Enrique III (de Antonio Dumandré). Se colocaron en 1795.
Más tarde, en ambos extremos del paseo, se añadieron otras cuatro, donadas por Isabel II en 1868. Representan a Wamba, Alfonso VI, Juan II y San Millán, y fueron realizadas en el siglo anterior en los talleres del Palacio Real por Juan Domingo Olivieri y Felipe del Corral. Un busto en bronce, realizado por el artista burgalés Félix Alonso, fue instalado en la zona central de los jardines, en homenaje a Marceliano Santa María (1866-1952), considerado el más importante pintor burgalés del siglo XX.
Muy singular es el templete de música. El que hoy contemplamos es una obra moderna que
reproduce, casi miméticamente, la traza del primitivo. El original fue instalado en 1897, siendo su arquitecto Saturnino Martínez. A lo largo de su historia se convirtió en el centro de las actividades musicales y lúdicas que tuvieron como centro a este Paseo.
Una serie de edificios singulares tienen su emplazamiento a lo largo del Paseo. Además de la
Casa Consistorial (1783) y la Casa del Consulado del Mar (1794) destacan, en uno de sus
extremos, el Palacio de la Diputación Provincial (1864) y el Teatro Principal (1853). Igualmente es notable el Palacio de la marquesa de Vilueña (1818) y, como remate del paseo, el Arco de Santa María (1536).

Estatuas y esculturas, estanques, fuentes y jardines se suceden hoy en armonía bajo la
sombra de acacias, tilos y castaños de indias, de álamos blancos y, sobre todo, de dos hileras de
plátanos bellamente unidos por sus ramas. Aún sigue siendo uno de los principales centros de
encuentro de los burgaleses, alcanzando sus momentos de máximo apogeo en los periodos estivales.

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