Villafranca-Montes de Oca tuvo una gran importancia en otros tiempos. Por aquel entonces era la ciudad autrigona de Auca. Más tarde romanos y visigodos dejaron sus huellas aquí. Su denominación deriva de los numerosos francos que, atraídos por los privilegios reales, se asentaron a su vera.
Hito fundamental en la configuración del Camino de Santiago, era etapa intermedia entre Santo Domingo de la Calzada y Burgos, en la que los peregrinos se preparaban para afrontar el peligroso paso de los Montes de Oca, el “Lemus Oque”, citado por Aymeric en 1143.
Villafranca Montes de Oca surgió como punto clave del Camino de Santiago, por estar en medio del trayecto Santo Domingo-Burgos, y como base de partida para atacar el cruce de los montes, boscosos y llenos de bandidos. La población responde a ese origen, tanto por su forma alargada como por la bondad de su hospital, más generoso en comida que en ropa de cama, a juzgar por el refranero. Villafranca Montes de Oca, alta de camas y pobre de ropa.
El templo parroquial de Santiago(siglo XVII) sustituyó a una antigua iglesia levantada sobre el solar de la catedral. Muy cerca se encuentra el Hospital de San Antonio Abad, valioso y mal conservado, fundado por la esposa de Enrique II en 1.380, centro que en recuento del siglo XVIII contaba con 36 camas.
Villafranca heredó de la romana Auca su prestigio histórico y fue sede episcopal hasta 1.075, cuando pasó a Burgos. A la salida de la pequeña población está la Ermita de la Virgen de Oca, paraje evocador donde -según la tradición- fue martirizado San Indalecio, discípulo de Santiago y primer obispo de Auca.
El bosque actual de la zona es en buena parte resultado de repoblaciones, pero aún hay enclaves de valor ecológico, con interesantes robledales. Más al sur perduran hayedos y abedulares, en soledades verdes por las que aún corren los corzos y lobos, y en cuyas aguas frías se escurren las nutrias. Si el viajero no tiene prisa puede realizar alguna excursión por la sierra de la Demanda, hasta las estribaciones del San Millán. Si se conforma con un pequeño paseo, resulta agradable acercarse al desfiladero del rio Oca, aguas arriba de la ermita. El Camino sigue entre montes.
Es terreno apto para el bandidaje, como lo prueban las citas históricas que hablan de asaltos a peregrinos. Aún hoy, es frase conocida en Castilla: Si quieres robar, vete a Montes de Oca, con la que se protesta por cualquier precio abusivo. En las cercanías del Camino estaba el poblado de Valdefuentes, con priorato y hospital cisterciense, fundado en el siglo XII. Hoy no queda nada, salvo el ábside de la iglesia de Santa Magdalena, en medio de un valle solitario.
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