miércoles, 12 de marzo de 2008

-Iglesia de San Lesmes


Extramuros de la ciudad medieval, frente a la puerta de San Juan y pasando el río Vena, se alza la iglesia de San Lesmes, cuya importancia se acentúa por el patronato que sobre Burgos tiene su titular.

La iglesia se comenzó a construir a finales del siglo XIV en un lugar próximo al que había ocupado la capilla de San Juan Evangelista, erigida en 1074 por Alfonso VI. El francés Adelelmo o Lesmes, que había sido abad de La Chaise-Dieu, en Auvernia, vino a España, a instancias de la reina Constanza, para elevar el tono espiritual de la corte de Alfonso VI, de la que se retiró pronto para dedicarse al cuidado de los peregrinos jacobeos que pasaban por la ciudad de Burgos. Falleció en 1097 y fue enterrado en la capilla de San Juan, que pasó a tomar su nombre y a depender del vecino monasterio de San Juan, del que fuera primer prior el citado santo.

La capilla fue demolida en 1382 a instancias del rey Juan I, y con su ayuda se erigió un nuevo edificio, que a finales del siglo XV sufrió una importante transformación. El actual templo se corresponde, en esencia, con la obra realizada a finales de esa centuria. Consta de tres naves, crucero ligeramente destacado en planta, profundo presbiterio y cabecera poligonal. Las naves están cubiertas con bóvedas de crucería con terceletes. En la segunda mitad del siglo XVI se rehicieron los soportes de las bóvedas.

El exterior de la iglesia es sobrio y austero. La fachada principal, que se abre a la plaza de San Juan, constituye un bellísimo ejemplo del último gótico burgalés. Está enmarcada por dos contrafuertes rematados por pináculos. Bajo la cornisa hay un fino festoneado corrido. En la esquina de los contrafuertes se pueden observar las estatuas de la Virgen y la Anunciación, protegidas por destacados doseles. La portada, con arcos apuntados abocinados, se remata con arco conopial decorado con cogollos. Su composición y ornamentación presentan las características del taller de los Colonia.

La fachada de los pies es muy sencilla. La portada consiste en un arco abocinado entre contrafuertes y un rosetón encima. Rematando el conjunto hay una monumental espadaña del siglo XVII, de tres cuerpos con remates de pirámides, levantada por los maestros Domingo Alvitiz y Ruiz Cagigal.
En el interior de la iglesia se conservan importantes obras artísticas. En la cabecera de la nave de la epístola se encuentra la capilla de los Salamanca, de planta cuadrangular y cubierta con bóvedas de crucería. Contiene un sobresaliente retablo de madera, con fina labra, traído de los Países Bajos hacia 1500.

El retablo mayor, que permanece sin policromar, es una gran obra barroca del siglo XVIII y fue costeado por el rico burgalés don Félix Sánchez de Valencia. Muy notable es el sepulcro con la imagen yacente de San Lesmes, realizada en alabastro por el llamado “maestro de Covarrubias” a finales del siglo XV.
En el muro meridional del presbiterio se suceden tres sepulcros góticos de principios del siglo XVI, correspondientes a Fernando Medina, Diego del Campo y la familia Valladolid.
En la nave septentrional se encuentra el sepulcro de Ortiz de Espinosa, que en el pasado se encontraba frente a los anteriores.

Sin duda alguna, en esta iglesia se encuentra el mejor púlpito de piedra de la ciudad. Su autor fue Juan de Salas, discípulo de Diego de Siloe. Tiene una columna abalaustrada por pie y el ambón decorado con medallones de la Virgen y el Niño, San Juan Bautista y San Juan Evangelista. Muy destacado es el antepecho del coro, obra plateresca de fina labra.
En la cabecera, en el lado del Evangelio, se construyó, a finales del siglo XVI, la capilla de Ruiz de Camargo, que en la actualidad sirve de museo parroquial. Aquí se conserva un magnífico conjunto de pinturas de los siglos XVI al XVIII y el interesante retablo de los Gumiel, traído de la iglesia de San Esteban, que fue labrado por Felipe Vigarny, a comienzos del XVI, y que tiene tablas pintadas de León Picardo.

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