martes, 12 de febrero de 2008

-Tobera


El río Molinar rasga con su curso los Montes Obarenes y después de abrirse paso a través de un desfiladero adornado de vegetación se precipita hacia el Ebro, entre Tobera y Frías, por unos rápidos aprovechados desde el siglo trece para mover molinos, batanes, pisones y demás artilugios hidráulicos. Estos molinos surtían de papel a las acreditadas prensas burgalesas del siglo XVI.
En lo más estrecho de la hoz encontramos las ermitas góticas ( s. XIII ), de Santa Maria de la Hoz, el humilladero del Santo Cristo y el puente medieval que cruza el río.


El paso del puente muestra un tramo de la calzada romana que comunicaba Briviesca con Orduña y los puertos del Norte. Sus orillas, entre Tobera y Frías, se adornan de frutales y huertas cultivadas con mimo. Colgada de las rocas, por las que suben los peldaños de acceso, se encuentra la ermita de Nuestra Señora de la Hoz. No hay que discurrir mucho para llegar a la conclusión de que nos encontramos en un lugar secularmente sagrado en el que los templos góticos sustituyeron a otros anteriores. Una senda pegada a las rocas conduce el paseo hasta el mirador situado sobre la caída del Molinar en su entrada a Tobera. Luego la senda desciende hasta cruzar el río y retorna aguas arriba para observar el vuelo de la cascada desde su lecho.

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