En las inmediaciones de Villanueva Soportilla y escondida entre un denso bosque de encinas y quejigos se descubre una de las más señaladas y extensas necrópolis altomedievales de toda la provincia de Burgos. Fechada entre los siglos IX y XII, consta de un insólito edículo rodeado de numerosas tumbas, principalmente antropomorfas, excavadas en la roca.
Durante la segunda mitad del siglo IX, estas tierras burgalesas inmediatas al Ebro, que estaban protegidas de las razzias y aceifas de los musulmanes por el propio curso del río, las escarpadas sierras de los Montes Obarenes y el cercano paso de Lantarón, fueron repobladas, bajo el auspicio de los monarcas astures, por gentes foramontanas llegadas de las montañas situadas más al norte. A esa oscura época de la historia de la Castilla más primitiva, de la que apenas existen documentos escritos, pertenece el conjunto arqueológico de Villanueva Soportilla.
Consta de un poblado –del que se han descubierto muy pocos restos– con su campo para el ganado y de una extensa necrópolis –situada sobre un alargado montículo rocoso–, a la que se accedía desde la zona habitada por una escalera tallada en la roca. El recinto sagrado está presidido por un edículo excavado en un peñón rocoso que, antes de servir de iglesia a las gentes del poblado y de la necrópolis altomedieval, pudo ser un antiguo eremitorio visigodo.
Estuvo rodeado de cuatro recintos ceremoniales –sus vigas de madera se encajaban en la roca del edículo– y de un sencillo baptisterio. También cumplió una misión de carácter defensivo para los habitantes del poblado ya que su plataforma superior servía de lugar de vigilancia de un extenso territorio.
La necrópolis ocupa toda la extensión del promontorio rocoso –setenta metros de largo por unos veinticinco en su parte más ancha– y presenta 279 tumbas de distintas formas, tipos de construcción y cronología. Las excavadas en la piedra son las de bañera y las antropomorfas. Las primeras son las más antiguas, siglos IX y X, y están situadas más cerca del edículo y las segundas constituyen la tipología más abundante. En el extremo del cementerio, fuera ya de la mole rocosa, aparecen las más modernas, que fueron construidas con lajas de piedra durante los siglos XI y XII. De los 279 enterramientos descubiertos, 180 pertenecen a personas adultas, 37 a jóvenes y 62 a niños. También se puede contemplar en el centro de la necrópolis, rodeada de tumbas y medio tallada en la roca, la base de una pequeña iglesia, que tenía ábside, nártex y posible iconostasis.
Debido al extraordinario valor histórico del enclave arqueológico de Villanueva Soportilla su visita debe ser exquisitamente respetuosa.
Fuente: Enrique del Rivero
Excelente comentario. Después de contemplar las cuevas y necrópolis de las cercanas localidades alavesas de Pinedo y Corro nos aconsejaron (en Pinedo) visitar la necrópolis de esta zona. Lo haremos en breve.
ResponderEliminar" ... escondida entre un denso bosque... " ??????
ResponderEliminarSiempre buscando iglesias en los enterramientos, pues no hay. ... edículo ... eremitorio visigodo ... ?, de ese tamaño ... ? ¿Por qué no os planteáis, al menos la duda, de que es posible que dicho edículo y el resto del enterramiento son de épocas distintas (el edículo anterior, por ejemplo)?