La iglesia de San Esteban forma parte de la ciudad medieval de Burgos, cuyos restos,
actualmente desperdigados e inconexos, continúan teniendo un extraordinario valor histórico-artístico.
Se halla situada en la parte alta de la ciudad, enclavada en la ladera del cerro del castillo. A finales de la Edad Media y durante el siglo XVI, esta parroquia fue la más prestigiosa de Burgos por la alta condición social de muchos de sus parroquianos.
actualmente desperdigados e inconexos, continúan teniendo un extraordinario valor histórico-artístico.
Se halla situada en la parte alta de la ciudad, enclavada en la ladera del cerro del castillo. A finales de la Edad Media y durante el siglo XVI, esta parroquia fue la más prestigiosa de Burgos por la alta condición social de muchos de sus parroquianos.
Este templo se vio afectado negativamente por la guerra de sucesión al trono de Castilla, entre Isabel la Católica y Juana La Beltraneja, ya que, por su cercanía al castillo, sufrió múltiples desperfectos durante el asedio a la fortaleza en 1475.
Asimismo, con la voladura del castillo en 1813 por las tropas napoleónicas, esta construcción volvió a vivir los efectos negativos de un enfrentamiento bélico.
Se trata de un edificio construido en estilo gótico a comienzos del siglo XIV, probablemente
sobre otro anterior románico que se menciona en la bula del Papa Alejandro III dirigida al Obispo de Burgos en 1163. Al exterior presenta un aspecto sobrio. La magnífica portada principal ofrece claras afinidades con la puerta catedralicia de la Coronería. Consta de tres arquivoltas decoradas con ángeles y santos, y un tímpano dedicado a Cristo Señor y al martirio del santo titular. Sobre ella se sitúa un gran rosetón calado reconstruido a finales del siglo XV.
sobre otro anterior románico que se menciona en la bula del Papa Alejandro III dirigida al Obispo de Burgos en 1163. Al exterior presenta un aspecto sobrio. La magnífica portada principal ofrece claras afinidades con la puerta catedralicia de la Coronería. Consta de tres arquivoltas decoradas con ángeles y santos, y un tímpano dedicado a Cristo Señor y al martirio del santo titular. Sobre ella se sitúa un gran rosetón calado reconstruido a finales del siglo XV.
En el interior consta de tres naves, de cinco tramos, cubiertas con bóveda de crucería simple. A sus pies se encuentra el coro, obra de Simón de Colonia, de principios del siglo XVI, que, junto con la arcada que sustenta el órgano y el sepulcro de los Gumiel, levantados en estilo plateresco hacia 1520, constituyen las obras más espectaculares del templo.
Es la única parroquia que tiene claustro y sala capitular, conocida tradicionalmente como Capilla de Todos los Santos, adosados al muro occidental de la iglesia. En el interior se conservan notables obras funerarias de la baja Edad Media y del Renacimiento.
En la actualidad, esta iglesia alberga en su interior el Museo Diocesano del Retablo, único en España, que surgió para evitar el deterioro y desaparición de los distintos retablos que en iglesias y ermitas de la provincia de Burgos se guardaban. con retablos, pinturas y piezas de orfebrería de diferentes localidades de la provincia.
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