domingo, 13 de abril de 2008

-Briviesca

En el corazón de la comarca de La Bureba se encuentra Briviesca. Localizada a orillas del río Oca, ocupa el centro del corredor natural que desde el Alto de la Brújula se prolonga hasta el esfiladero de Pancorbo. Su situación privilegiada ayuda a explicar la antigüedad del poblamiento.
El nombre de Briviesca parece ser de origen protoindoeuropeo y significa “cabeza ó capital de región”. Su existencia como núcleo importante está ya documentada a comienzos de la era cristiana. Está fuera de toda duda que existió una “mansio” fortificada y organizada al estilo campamental en el llano y que doña Blanca de Portugal, al tornar en el siglo XIV la villa a su antiguo emplazamiento, no hizo sino seguir en el llano la pauta de la traza romana; no pertenece por tanto a un trazado posterior la geométrica distribución actual de calles y plazas. Antes bien, la Briviesca actual es urbanísticamente el eco del campamento romano que rodeó la “mansio”, aún conservando el reducto inexpugnable y elevado en el monte llamado de San Juan al que daba acceso el destruido Puente Palomar.



Nacida como capital del pueblo prerromano de los autrigones, la Virovesca romana, en la que confluían dos importantes calzadas, sigue siendo hoy en día un núcleo en expansión que refuerza su proyección comarcal. Su actual emplazamiento data de finales del siglo XIII o comienzos del XIV. Durante la época romana y visigoda se encontraba en colinas cercanas, buscando una mejor defensa.


Cuando la población se trasladó desde los cerros contiguos, se dispuso a lo largo de cuatro grandes ejes longitudinales y de otros cuatro perpendiculares a éstos, dejando en el centro una amplia plaza. Este trazado llama la atención, ya que lo habitual en las ciudades de la Castilla medieval fueron las estructuras urbanas irregulares. Por la originalidad de su trama urbana, Briviesca fue, durante siglos, conocida como “la bien trazada”. Su singular y armónico trazado sigue siendo hoy elogiado por su claridad y racionalidad en manuales de arquitectura y geografía urbana.




Las fuentes documentales visigodas otorgan a Virovesca el título de ciudad (la “Veroviscentium civitatis” que aparece en la leyenda de la actual bandera de la ciudad). Con la invasión musulmana se produjo el desmoronamiento final del reino visigodo y con ello las últimas referencias a Virovesca, como núcleo urbano, datando del 714 su capitulación ante Muza, quien lo convierte en un bastión más del “limes interior” que los bereberes instauraron para controlar los pasos difíciles que comunican La Rioja con la Bureba.





En el siglo X, Briviesca era cabecera de alfoz. Por ella discurrió un ramal del Camino de Santiago. En la composición medieval de la villa de Briviesca destaca la comunidad hebrea por su importancia económica y posiblemente demográfica, al constituirse en una de las más importantes aljamas burgalesas. La presencia de judíos en Briviesca puede relacionarse con momentos altomedievales centrados a partir del s.XI, cuando el movimiento migratorio fue más intenso en relación con el Camino de Santiago y las rutas comerciales.




La primera fecha que se conoce con seguridad en la historia briviescana es la del 26 de diciembre de 1123, día en el que Alfonso VII otorgó a la villa su primer fuero. Dicho documento ofrecía una serie de privilegios y exenciones que aseguraban su autonomía y buscaban incentivar el asentamiento en la misma.
Pocos son los datos que tenemos del siglo XIII. El siglo XIV se inaugura con la venta de la villa a doña Isabel de Portugal, nieta de Alfonso X el Sabio. Tal vez se deba a ella el traslado de Briviesca a su emplazamiento actual. Ella es quien concedió a la villa y a su término el famoso Fuero de 1313, el más extenso de los fueros de Castilla tras el Fuero Real. Doña Blanca indica en su testamento su deseo de que“Briviesca no sea nunca de otro señor sino del Rey”. Pese a ello, Enrique II, el de las mercedes, la entregó, en 1366, a la poderosa familia de los Velasco, que fueron sus señores hasta que en el siglo XIX quedaron abolidos los señoríos.




Pedro Fernández de Velasco, nacido en 1415 y muerto en 1492, fue el miembro más destacado de esta familia. De su matrimonio con Mencía de Mendoza nació Mencía de Velasco y Mendoza, que fundó el Monasterio de Santa Clara de Briviesca con expreso deseo de ser enterrada en él.


La celebración en Briviesca, en otoño de 1387, de las Cortes Generales de Castilla y León, convocadas por el rey Juan I, constituye un momento culminante en la historia de la villa. Juan I quiso emprender un camino de reformas que fortaleciera y desarrollara su reinado, como harían
posteriormente los Reyes Católicos.


A lo largo de la Edad Moderna, la localidad fue lugar de asentamiento de importantes familias nobles. De entre ellas destaca la de los Soto y Guzmán, algunos de cuyos miembros alcanzaron notables cargos en Madrid y en las Indias, desarrollando una gran actividad de mecenazgo artístico en la población.


La visita a Briviesca puede empezar en la Plaza Mayor. A ella se asoma el Palacio de Soto
Guzmán, del siglo XVII, hoy Ayuntamiento, y la Iglesia de San Martín, que tiene un magnífico retablo barroco. Al inicio de la calle Medina, uno de los grandes ejes de la Briviesca histórica, se encuentra la Casa de Martínez España, recientemente convertida en sede de una entidad bancaria. Preside la fachada un balcón sostenido por angelotes en los ángulos y una figura mitológica al gusto rococó, que se apoya, a su vez, en otras figuras más pequeñas. La decoración se completa con escudos de los Martínez España y de los Ordoño Rosales.


Avanzando un poco, se puede contemplar, al otro lado de la misma calle, el Palacio de los Torre, contemporáneo del edificio consistorial, presidido por un magnífico escudo y rematado con una torre rectangular, en la que se abren dos pequeños vanos. Se cubre con un gran alero, sostenido por trabajados modillones.


En la calle Marqués de Torresoto se emplaza la Casa de Cultura y, muy próxima a ella, el Conjunto Monumental de Santa Clara, la principal aportación de Briviesca al arte del Renacimiento.
Muy cerca se encuentra la iglesia-colegiata de Santa María, el más espacioso de los templos briviescanos. A la salida de esta iglesia, en la esquina de las calles Santa María Encimera y Juan Cantón Salazar, se encuentra la Casa de los Salamanca, edificio del siglo XVI, reconstruido en su mayor parte a comienzos del siglo XX en estilo modernista. En el cubo de piedra que refuerza suesquina puede verse el escudo de esta familia.
Junto a la Briviesca artística y señorial hay una Briviesca que ha recuperado y ampliado, en los últimos años, su espacio verde. Destaca el renovado Paseo de la Taconera, o el joven y extenso Parque de la Florida, inaugurado por el Príncipe de Asturias en 1988.



El Paseo del Oca es una senda urbanizada que acompaña al río, a lo largo de un kilómetro, hasta el Puente y Paseo del Epitafio. Si se quiere disfrutar de una visión panorámica de la ciudad, se puede subir al mirador del Monte de los Pinos. También es agradable acercarse a La Vega para conocer el Parque de la Magdalena. En el entorno de la ciudad hay también múltiples paseos para elegir.


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