Ya lo habían apuntado en
el transcurso de la investigación y lo confirman ahora, en el libro El
cimborrio de la Catedral de Burgos: historia, imagen y símbolo, la más
completa publicación sobre una de las principales joyas del templo
burgalés: que no fue Felipe Vigarny quien diseñó la espectacular cúpula
sino Juan de Langres, escultor francés, el que obró el milagro de
confeccionarla de nuevo después de que en 1539 la original, obra de Juan
de Colonia, se hundiera para siempre.
Aunque a lo largo de los siglos han sido numerosos los historiadores
que han adjudicado al borgoñón Vigarny la autoría del nuevo cimborrio,
desde Melchor Prieto hasta Eugenio Llaguno, los investigadores
burgaleses se cargan de un plumazo la que hasta ahora ha sido versión
oficial. Si bien es cierto que, cuando se produjo el hundimiento, el
Cabildo se aprestó a convocar a los principales artistas del momento
para tratar de reconstruir esta estructura central del templo, siendo
Vigarny uno de ellos (además de Diego de Siloe, Rodrigo Gil o Juan de
Ragunes), y siendo probable que Felipe Vigarny pudo visitar el templo e
incluso realizar algún esbozo -aunque en aquella época trabajaba a
machamartillo en Toledo-, los historiadores burgaleses no han encontrado
ninguna referencia documental al respecto «después de largas
pesquisas».
Sin embargo, sí que han encontrado, en tan intensa
búsqueda, que a finales del año 1539 Juan de Langres cobró la cantidad
de 82.061 maravedís por distintas tareas, entre ellas varias actuaciones
en las sillas del coro y por presentar un modelo para la ejecución del
cimborrio, trabajo valorado en 7.000 maravedís. Juan de Langres,
explican en el libro los historiadores, era un escultor francés cercano a
Vigarny, llegado a Burgos años antes del hundimiento de la cúpula, y
autor, según referencias documentales, de trabajos de escasa entidad en
la propia catedral.Aunque no era considerado un gran maestro, sí que era
«un delicadísimo escultor y ensamblador que diseñó algunas importantes
obras retablísticas de trazado singular y exquisito», señalan Payo
y Matesanz
Así pues, según ambos historiadores, lo más probable es que los
capitulares recabaran un diseño tridimensional en madera «a un maestro
que había heredado el prestigio y la clientela de su maestro, el
borgoñón, y que, aunque se dedicaba a trabajos en madera, estaba
acostumbrado a realizar diseños arquitectónicos. Aprobada esta maqueta
se entregaría como modelo a los canteros de la obra para que la llevaran
a efecto».
Con todo, los investigadores concluyen que, como en tantas obras, y
aunque es seguro que Langres sea el autor de la maqueta tridimensional,
el del crucero fue una obra coral en la que participaron canónigos como
Torquemada y Pesquera y sobre la que muy probablemente Vigarny hiciera
sus aportaciones.
Otro de los descubrimientos del libro, publicado por la Institución
Fernán González, es que la cúpula diseñada por Langres y ejecutada por
Juan de Vallejo se hizo a imagen y semejanza de la primitiva, obra de
Juan de Colonia.
Fuente: http://www.diariodeburgos.es/noticia/ZFE9E0570-D1C8-BDBD-52B4D562FA02F36D/20130919/juan/langres/quita/vigarny/autoria/cimborrio/catedral
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