lunes, 18 de octubre de 2010

-Capilla de San Olav en Covarrubias.

Ampliar las miras comerciales de su Reino empujó a Haakon IV de Noruega a entregar al linaje de los reyes de Castilla, concretamente al hermano de Alfonso X, Felipe, uno de sus bienes más preciados: su hija Kristina. Felipe, que había sido abad de la Colegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias, se instaló en Sevilla, pero la leyenda cuenta que la distancia y la pena mataron a Kristina en 1262, cuatro años después de contraer matrimonio. El infante decidió dar sepultura a su esposa en el templo que otrora gobernó, y allí fue donde se redescubrió su sepulcro, abierto para testar su contenido a finales de los 70.

Fue entonces cuando las relaciones entre Noruega, y más concretamente de las ciudades de Tonsberg y Bergen, y la villa rachela se estrecharon hasta crear un vínculo que ha trascendido hasta nuestros días y que tiene en el ciclo cultural ‘Notas de Noruega’ su máximo exponente. Ayer, como en los últimos quince años, San Cosme y San Damián acogió un concierto de lírica nórdica al que puso voz la soprano Isa Katharina Gericke y música el pianista Trygve Broske. Era el acto central de un día de hermanamiento completado con un mercadillos, exposiciones y la presencia, muy notable, de una representación de ciudadanos noruegos llegados hasta Covarrubias gracias a los autobuses fletados a tal efecto por la Embajada de Noruega.

Ocurre que a nadie sorprende ya ver a una familia noruega pasear por la villa como quien camina por su barrio. «Aquí se dice que no hay día sin noruegos», cuenta el alcalde, Miguel Ortiz. El regidor, acompañado por el recién estrenado embajador noruego ante España, Torgeir Larsen, presidió la ofrenda floral a la Princesa que, por vez primera, se hizo ante su sepulcro antes de repetir a los pies de la estatua que evoca su existencia frente a la Colegiata.

Hoy, la dama es querida por los vecinos de Covarrubias como una ‘patrona’ más y añorada por los noruegos, que llegan hasta tierras burgalesas siguiendo las rutas que organizan bajo el nombre de ‘los pasos de Kristina de Noruega’. Pronto tendrán un nuevo espacio de peregrinación: la capilla de San Olav (patrón de Noruega) que Felipe prometió a su esposa que construiría en Covarrubias. Su construcción se inició el año pasado y «estará terminada en primavera de 2011», calcula Ortiz, sabedor de que el cumplimiento de una anciana promesa amplificará la historia de la princesa que murió de pena.    

Fuente: www.diariodeburgos.es

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