La milenaria presencia humana en la zona que actualmente conforma el
término municipal de Briviesca, que incluye los barrios y pedanías, ha
dejado tras de sí una amplia cifra de yacimientos arqueológicos.
Actualmente, se encuentran catalogados 66 de estos incluidos los más
recientes localizados en 2004 y 2008 en la zona de Cerro Blanco.
Otro
dato que resulta interesante es que los periodos que abarcan estos
yacimientos constatan la presencia de humanos desde el Neolítico hasta
la considerada etapa moderna. En su mayoría se encuentran dispersos por
una amplia extensión de terreno, respondiendo al modo de vida de los
pobladores según su época excepto en zonas muy concretas de larga
presencia humana.
Entre estos se encuentra el denominado San Juan I
en el que se han catalogado restos desde la segunda Edad del Hierro,
hasta el periodo moderno pasando por el romano, alto y bajomedieval. Por
número y antigüedad destacan los yacimientos de Quintanillabon y
Revillagodos, donde se localizan yacimientos del Neolítico y Calcolítico
así como de las primera Edad del Hierro.
Pese a esta gran variedad
de yacimientos prácticamente todos permanecen sin ser estudiados de
forma continuada ya que, una vez catalogados, fueron cubiertos
nuevamente. De hecho, y a excepción de la protección administrativa
asignada a estos yacimientos, no se les ha vuelto a estudiar ya que
muchos se encuentran en zonas de cultivo. Incluso algunos que podrían
ser susceptibles de investigación, por estar en zonas no usadas por la
agricultura, carecen de aprovechamiento para investigadores o como
atractivo turístico.
Los especialistas consideran que en la zona
existen aún una cifra interesante de yacimientos arqueológicos sin
descubrir dados los amplios periodos temporales de presencia humana
constatados.
Yacimientos sin descubrir
Esa opinión se ve
confirmada por el descubrimiento de dos nuevos yacimientos en 2004 y
otros cuatro en 2008 en el Cerro Blanco próxima a Santa Casilda. Una de
las peculiaridades de la capital burebana que ha permitido mantener
intactos muchos de estos yacimientos es el cambio de ubicación del casco
urbano impulsado por Doña Blanca de Portugal en el siglo XIV.
Así,
en lugar de construir sobre los asentamientos más antiguos éstos fueron
abandonados tras decenas de siglos ocupados, lo que hace pensar que una
excavación adecuada permitiría su estudio. Lógicamente hay zonas en las
que apenas quedarían restos por obras y actuaciones realizadas antes de
la catalogación, pero su alto número permite suponer que se conservan
aún muchos de ellos.
Fuente: www.elcorreodeburgos.com
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