miércoles, 24 de abril de 2013

-Yacimientos arqueológicos catalogados cerca de Briviesca.

La milenaria presencia humana en la zona que actualmente conforma el término municipal de Briviesca, que incluye los barrios y pedanías, ha dejado tras de sí una amplia cifra de yacimientos arqueológicos.  Actualmente, se encuentran catalogados 66 de estos incluidos los más recientes localizados en 2004 y 2008 en la zona de Cerro Blanco.
Otro dato que resulta interesante es que los periodos que abarcan estos yacimientos constatan la presencia de humanos desde el Neolítico hasta la considerada etapa moderna. En su mayoría se encuentran dispersos por una amplia extensión de terreno, respondiendo al modo de vida de los pobladores según su época excepto en zonas muy concretas de larga presencia humana.

Entre estos se encuentra el denominado San Juan I en el que se han catalogado restos desde la segunda Edad del Hierro, hasta el periodo moderno pasando por el romano, alto y bajomedieval. Por número y antigüedad destacan los yacimientos de Quintanillabon y Revillagodos, donde se localizan yacimientos del Neolítico y Calcolítico así como de las primera Edad del Hierro.
Pese a esta gran variedad de yacimientos prácticamente todos permanecen sin ser estudiados de forma continuada ya que, una vez catalogados, fueron cubiertos nuevamente. De hecho, y a excepción de la protección administrativa asignada a estos yacimientos, no se les ha vuelto a estudiar ya que muchos se encuentran en zonas de cultivo. Incluso algunos que podrían ser susceptibles de investigación, por estar en zonas no usadas por la agricultura, carecen de aprovechamiento para investigadores o como atractivo turístico.
Los especialistas consideran que en la zona existen aún una cifra interesante de yacimientos arqueológicos sin descubrir dados los amplios periodos temporales de presencia humana constatados.
Yacimientos sin descubrir
Esa opinión se ve confirmada por el descubrimiento de dos nuevos yacimientos en 2004 y otros cuatro en 2008 en el Cerro Blanco próxima a Santa Casilda. Una de las peculiaridades de la capital burebana que ha permitido mantener intactos muchos de estos yacimientos es el cambio de ubicación del casco urbano impulsado por Doña Blanca de Portugal en el siglo XIV.

Así, en lugar de construir sobre los asentamientos más antiguos éstos fueron abandonados tras decenas de siglos ocupados, lo que hace pensar que una excavación adecuada permitiría su estudio.  Lógicamente hay zonas en las que apenas quedarían restos por obras y actuaciones realizadas antes de la catalogación, pero su alto número permite suponer que se conservan aún muchos de ellos.

Fuente: www.elcorreodeburgos.com

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