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Es el octavo año de campañas arqueológicas en Sasamón y Olmillos de Sasamón, iniciadas en 2017. Se retoman las excavaciones en el corazón de Sasamón, a los pies de la Colegiata de Santa María La Real (Sasamón) con el objetivo de ampliar el conocimiento sobre la ciudad romana de Segisamo y sus posteriores fases medieval y moderna. La campaña arqueológica tendrá lugar entre los días 14 y 27 de julio.
Continuarán las prospecciones geofísicas en Santa Olalla (Olmillos de Sasamón), donde se localizó un gran complejo vilicario y los restos de una posible iglesia.
El equipo de arqueólogos dirigidos por Jesús García Sánchez (Instituto de Arqueología, Mérida-CSIC-Junta de Extremadura) y José Manuel Costa-García (Universidad de Salamanca) retoma la investigación arqueológica en la comarca segisamonense. Esta intervención, financiada por la Diputación de Burgos, el ayuntamiento de Sasamón y la Junta Vecinal de Olmillos de Sasamón, tiene como objetivo estudiar el poblamiento romano en la zona desde sus inicios en el siglo I a.C. hasta época tardoantigua (siglos IV-VII d.C.). Como ocurrió en 2023, la campaña desarrollará en dos espacios prioritarios: las inmediaciones de la colegiata de Santa María la Real (Sasamón) y el yacimiento de Santa Olalla (Olmillos de Sasamón).
Desde que en 1970 José Antonio Abásolo excavase en el corazón de la antigua Segisamo, no se habían vuelto a plantear intervenciones arqueológicas proyecto con una finalidad netamente investigadora. En 2023, la apertura de dos sondeos en LaErapermitió volver a estudiar de primera mano la compleja historia de Sasamón mediante el análisis de los restos todavía existentes en el subsuelo de la localidad.
Las excavaciones arqueológicas en espacios urbanos son siempre difíciles, ya que aquí se acumulan las evidencias de quienes poblaron estos lugares desde tiempos remotos hasta nuestros días. Los arqueólogos deben identificar, documentar y estudiar minuciosamente las distintas fases de esplendor, declive, abandono, expolio y reocupación para poder recomponer el complejo rompecabezas de quienes nos antecedieron.
La campaña de 2023 permitió registrar el uso de este espacio como era para la trilla en tiempos recientes y como camposanto de la iglesia algo antes, entre los siglos XVIII y XIX. Bajo estos niveles se atestiguó la existencia de estructuras de época medieval y romana, aunque muy afectadas por el continuado uso de las ruinas como cantera. Los numerosos fragmentos de cerámicas, metales, vidrios o huesos evidencian el carácter cosmopolita de la ciudad antigua, aunque algunas piezas son resultado de la tradición turmoga preexistente.
Las excavaciones arqueológicas ampliarán el área de actuación durante la campaña de 2024 con el cometido de definir con precisión el momento de fundación de la ciudad romana. Se iniciarán los trabajos además en un nuevo sector para calibrar los resultados previamente obtenidos mediante georradar.
Hallazgos excepcionales gracias a las nuevas tecnologías
Precisamente, el equipo de arqueólogos ha hecho uso de distintas técnicas innovadoras durante los últimos años con el objetivo de identificar y estudiar restos arqueológicos sin necesidad de excavarlos. La detección remota desde el aire –mediante drones– o la prospección geofísica –en particular, el georradar, gracias a la colaboración del Laboratorio de Arqueología de Mínima Invasión del IAM-CSIC– permiten obtener planimetrías precisas de las ruinas todavía existentes en el subsuelo de la comarca. De este modo, es posible reconocer las trazas del antiguo callejero o las plantas de algunas edificaciones romanas sin necesidad de excavarlas.
En el lugar de Santa Olalla, en Olmillos de Sasamón, la fotografía aérea había permitido documentar las estructuras de un gran complejo que parece corresponderse con una gran villa de época tardorromana (siglos III-V d.C.). En el marco de su trabajo, investigadores del Instituto de Arqueología, Mérida (IAM-CSIC) lograron realizar en 2023 un hallazgo excepcional: un posible edificio de culto o iglesia de época tardoantigua (Ss. V-VII d.C.).
Durante la campaña de este año continuará la documentación del gran complejo, del que se conocen ya al menos 13 edificios. Entre estos destaca una mansio, edificio destinado al reposo, alimentación y cambio de caballos en relación con la vía que comunicaba Segisamo con Clunia (Coruña del Conde, Burgos). También se han podido diferenciar estructuras destinadas al almacenamiento en conexión con un gran complejo residencial construido en torno a un gran peristilo o patio de 1200 m2.
Una consolidada iniciativa de divulgación
El colectivo de investigación romanarmy.eu reúne a un conjunto de arqueólogos profesionales e investigadores de diversas instituciones (Universidades de Salamanca, Oviedo, Exeter y Minho; institutos de investigación como el Incipit-CSIC o el IAM) que estudian las transformaciones que provocó la llegada de Roma en estos territorios. En los últimos años, el colectivo ha descubierto y estudiado numerosos yacimientos arqueológicos, lo que le ha permitido ofrecer visiones innovadoras sobre este proceso.
A través de una iniciativa centralizada en la web romanarmy.eu y en las redes sociales vinculadas, se lleva a cabo una tarea de difusión y visibilización de los nuevos hallazgos y análisis sobre estas evidencias arqueológicas. A diario, los arqueólogos darán cuenta de las novedades de la campaña a través de los canales de comunicación del colectivo investigador Romanarmy.eu en Facebook, X (antiguo Twitter) e Instagram.
Se organizarán visitas a las zonas de excavación y charlas con el fin de dar a conocer a la población local los resultados obtenidos y concienciarla de la necesidad de su conservación para generaciones futuras. Ante el auge del detectorismo ilegal y el expolio de yacimientos arqueológicos en la zona, los arqueólogos advierten de que los restos materiales solo tienen valor y permiten reconstruir los eventos del pasado por el contexto donde aparecen. Cualquier extracción no profesional supone la destrucción irreversible de estos depósitos y de la información que contienen.
Durante esta campaña se presentará asimismo el estudio de los restos óseos de varios individuos exhumados en pasadas intervenciones en el castro de Cerro de Castarreño. El estudio de estos individuos, fechados en los siglos VIII-VII a.C., permitirá comprender mejor a las primeras poblaciones que ocuparon los castros la comarca Odra-Pisuerga. El trabajo de investigación ha sido elaborado junto al laboratorio Evoadapta de la Univerdad de Cantabria, dirigido por Ana Belén Marín Arroyo.
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