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El IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social)
(Catalunya, España) ha acogido recientemente una reunión científica
centrada en las investigaciones de la cueva de El Mirador (Atapuerca),
organizada por Ethel Allué (IPHES-URV), Patricia Martín (Universitat de
Barcelona) y Josep Maria Vergès (IPHES -URV). El objetivo era favorecer
el debate entre los y las asistentes y establecer futuras colaboraciones
para avanzar en el conocimiento sobre los inicios de las prácticas
agrícolas y ganaderas en la Meseta.
La reunión científica dio cabida a 13 comunicaciones en las que
participaron 57 coautores y coautores, procedentes de 14 instituciones
nacionales e internacionales. De esta manera se pudo abordar un amplio
abanico de problemáticas enmarcadas en un total de 21 disciplinas. Cabe
destacar la presencia de personal investigador del IPHES y de la URV
(Universitat Rovira i Virgili de Tarragona), como Palmira Saladié (IPHES
URV), Marina Lozano (IPHES URV), Isabel Expósito (IPHES) y Miquel
Guardiola (IPHES). Tambien contribuyeron con sus aportaciones,
doctorandos y estudiantes del Master Erasmus Mundus en Arqueología del
Cuaternario y Evolución Humana, que imparte la URV gracias a la
investigación que desarrolla el IPHES, algunos de los cuales realizan
parte de su investigación sobre la cueva de El Mirador.
Entre los ámbitos de estudio que se analizaron estaban presentes la
contextualización paleoclimática y del paleoambiente, proporcionada por
diferentes estudios interdisciplinarios; las prácticas agrícolas y
ganaderas, que se abordan a través de estudios arqueobotánicos,
zooarqueológicos y micromorfológicos, de química analítica y tafonómicos
sobre la formación de la secuencia de fumier (excrementos quemados que
se acumulan en las cuevas).
También fueron objeto de interés el uso de la cueva como espacio
funerario y el estudio de los restos humanos. Se trataron temas como la
dieta de los individuos, sus patologías, genética o las prácticas
rituales como el canibalismo. Entre todos los datos obtenidos se ha
podido avanzar en el conocimiento de los grupos humanos que habitaron la
cueva entre hace 7.000 y 3000 años aproximadamente. Sobre su cultura
también se habló sobre su tecnología y la cerámica que elaboraban.
La cueva de El Mirador se excava desde el año 1999 y ha proporcionado
una secuencia con niveles pleistocenos y holocenos imprescindible para
comprender especialmente los inicios de la incorporación de las
prácticas agrícolas y ganaderas en la Meseta. Esta cavidad fue
principalmente utilizada para la estabulación de ovejas y cabras. Los
excrementos de estos animales se acumulaban en su interior y eran
periódicamente quemados para reducir su volumen y desparasitar la
cavidad. Este proceso forma los llamados depósitos de fumier, siendo el
de El Mirador uno de los más amplios y mejor conservados. Cabe destacar
también que, durante el Calcolítico la cueva fue utilizada como sepulcro
colectivo.
Las personas participantes procedían de diversas instituciones
algunas integradas en el Proyecto Atapuerca como Jaime Lira (UCM-ISCIII)
y Ángel Carrancho (Universidad de Burgos) y otros colaboradores como
Ana Polo (University of Sheffield), Iñigo Olalde (Universidad Pompeu
Fabra) Javier Iglesias (Universidad Complutense). La reunión contó con
la presencia del conocido genetista Carles Lalueza-Fox (Universidad
Pompeu Fabra) quien impartió una magistral conferencia. La reunión
científica incluyó también una exposición de materiales ("El Mirador: 20
años de investigaciones) y dos series fotográficas ("El Mirador: 20
años en 10 imágenes" y "El Mirador: una mirada a través del
Microscopio"). (Fuente: IPHES/DICYT)