jueves, 21 de enero de 2016

-La iglesia de Santiago de Pancorbo.


El amplio catálogo de pinturas, esculturas y los históricos retablos de la iglesia de Santiago de la villa pancorbina no dejan indiferente a los que la visitan tanto por su variedad como calidad histórico-artística. La iglesia, situada a pie de la ruta jacobea de la Vía de Bayona, en la entrada norte de Pancorbo es en sí misma un museo donde se pueden ver piezas sacras, algunas vinculadas a la ruta jacobea, e incluso colecciones de fósiles de los Obarenes. Como elementos destacados cabe mencionar una extensa muestra artística compuesta principalmente por la pintura y los grabados del artista local Delfín Gómez, sacerdote, formado artísticamente en Madrid, que ha donado sus colecciones La Visión de Juan o Apocalipsis, La palabra, un apostolado y unas colecciones sobre Job.
La iglesia se ubica en la ruta de Bayona por lo que es paso obligado de peregrinos. - G.G.Le sigue la obra de José María Díaz Mozaz, sacerdote navarro, con buenos cuadros de profundo simbolismo religiosos, y dos cuadros del desfiladero de Pancorbo, con dos visiones distintas de dos peregrinos. A las piezas pictóricas se suman las de María Luz Torralba Montalvo quien aporta a la muestra la visión femenina con una colección de esculturas sobre la mujer en su triple dimensión de madre, espíritu y belleza.
Por su parte Adolfo G. Winternitz, austriaco, acerca su Apocalipsis en forma de vidrieras y Carmelo de la Fuente expone sus escenas de la vida rural en sus cuadros forjados de forma peculiar, en lo que se ha dado en llamar ‘arte fontino’.
Cierra el apartado de creaciones artísticas Fidel Izquierdo Merino con treinta terracotas de escenas de la vida campesina y una colección de tallas, realizadas en la escuela taller, que la Fundación Iglesia de Santiago ha creado y mantiene en Zimbawe.
Además del arte en la iglesia se halla una interesante muestra de la flora de los Obarenes, recopilada por Isaac Rubio, y una colección de fósiles del mismo ámbito geográfico, recogida y clasificada por Lucio Pinto.
Aunque tanto las piezas artísticas como las colecciones son de gran interés los visitantes también podrán disfrutar de elementos directamente vinculados al aspecto religioso del histórico tempo jacobeo.
Así su retablo mayor, obra del artista mirandés Juan Bautista Galán que lo elaboró entre 1650 y 1658, muestra un interesante estilo prebarroco en el que se encuentran tallas realizadas por prestigiosos artistas de la época.
Cabe destacar que este templo, que perdió su condición de parroquial en 1928, se salvó de una ruina cierta gracias a la voluntad de los pancorbinos encabezados por el sacerdote Delfín Gómez.
Tras ser alojamiento habitual de tropas en tres guerras la Fundación Cultural Iglesia de Santiago de Pancorbo impulsó una década de trabajos para su restauración.

Fuente: http://www.elcorreodeburgos.com/noticias/provincia/joya-sobrevive-tres-conflictos-belicos_115126.html

-Yacimiento neolítico del Alto del Reinoso, en el Puerto de la Brujula.


En el Puerto de la Brújula, situado en la provincia de Burgos en la carretera N-1, se asentó una comunidad humana alrededor del año 3700 a.C. Entre Monasterio de Rodilla y Fresno de Rodilla, en línea recta, se encuentra el Alto del Reinoso donde se ha estado trabajando, entre 2006 y 2007, en un yacimiento funerario neolítico. Los resultados de este estudio internacional se conocen ahora y se publican en la revista científica PLOS ONE.
Este yacimiento funerario del Alto del Reinoso contiene los restos de una comunidad local con estrechos vínculos de parentesco que permaneció unida tanto en la vida como en la muerte, ya que los estudios e investigaciones realizados con los restos óseos han demostrado que la mayoría de ellos estaban emparentados. Aquí reside parte de la importancia de este estudio, según Manuel Rojo, de la Universidad de Valladolid y director del equipo arqueológico, «es una de las primeras veces que en España se realiza un estudio tan completo de los restos a nivel genético, de isótopos o estroncio sobre una tumba concreta. La importancia son las relaciones familiares que se han extraído de estos análisis», explica Rojo. El estudio ha sido liderado por Kurt W. Alt, de la Universidad Privada del Danubio (Austria), director del equipo de Antropología Física y Genética; Manuel Rojo Guerra, de la Universidad de Valladolid y director del equipo arqueológico; y Rafael Garrido-Pena, de la Universidad Autónoma de Madrid.


A través de este estudio, los investigadores examinaron la tumba megalítica del Alto del Reinoso y han proporcionado una interpretación general sobre la comunidad que la usó como sepulcro comunal. Para ello han empleado diversas técnicas arqueológicas y genéticas así como análisis de isótopos, entre otros estudios. Los investigadores han identificado al menos 47 individuos, tanto adultos como adolescentes, que fueron enterrados en esta tumba durante un periodo de, al menos, 100 años. A partir de los datos genéticos y de isótopos, los autores sugieren que la sepultura contuvo los restos de una comunidad con estrechos vínculos familiares. Como apunta el docente e investigador Rojo, la tumba consta de dos niveles diferentes, «en el primer nivel encontramos unos 10 individuos casi completos y depositados en conexión anatómica, por el ADN mitocondrial sabemos que estos tenían relaciones de parentesco por vía materna. En la parte inferior estaban más estrechamente relacionados entre sí, hasta el punto de haberse documentado algunos que se entierran juntos», explica el investigador. Incluso algunos de los inhumados aparecen abrazados y muestran fuertes lazos de parentesco entre ellos.
Además, por los análisis de estroncio realizados, concluyeron que esta comunidad debió de vivir cerca de la tumba y bastante aislada de otros asentamientos. «De los 47 individuos que hemos identificado solo dos debieron de desarrollar su vida más alejados de allí, por lo que indican los niveles de estroncio», reflexiona Rojo.
Este docente también explica que los esqueletos de la parte superior mostraban signos de manipulación, como partes del esqueleto que faltaban, «se han encontrado más cráneos en relación con el resto de huesos», lo que sugiere que se extrajeron restos óseos para entrar a más individuos.
Entre los individuos hay una escasa presencia de infantiles. El estudio de isótopos apunta hacia la presencia de una dieta muy homogénea y se ha concluido que presentaban un número moderado de patologías como artrosis, fracturas curadas, traumas craneales y una baja frecuencia de caries. Dado que no se han documentado restos de cimentación o zócalo, los investigadores creen que la estructura que rodeaba o señalaba el enterramiento sería una especie de choza vegetal, similar a las frágiles cabañas que tendrían sus asentamientos.
Los investigadores afirman que este puede ser el primer estudio que proporcione una imagen tan a fondo de esta comunidad en la vida y en la muerte.

Fuente: http://www.diariodeburgos.es/noticia/ZCDDA1255-EE1C-5EA8-3D806360ABCD0007/20160121/comunidad/neolitica/alto/reinoso/siguio/unida/muerte