Un rincón para conocer la historia, la naturaleza de Burgos y la magia de los Yacimientos de la Sierra de Atapuerca.
martes, 31 de julio de 2012
lunes, 30 de julio de 2012
-Sumergiéndose en la Sima de los Huesos.
Adentrarse en la Sima de
los Huesos es mucho más que sumergirse en las entrañas de la Sierra de
Atapuerca. Es retrotraerse en el tiempo, al menos 500.000 años. Un lugar
mágico, que guarda los tesoros más preciados de la Evolución Humana, al
ser el mayor yacimiento de fósiles humanos de la historia. Un tesoro
que descansa a 60 metros de profundidad durante todo el año. Todo el año
salvo el mes de julio, que coincide con la campaña de excavaciones de
los investigadores. Durante esas pocas semanas, la Sima de los Huesos
recibe a unos moradores que, siempre, por estas fechas, miman cada
centímetro de tierra en busca de los hallazgos más preciados. En esta
ocasión, la pequeña cavidad perdida en el fondo de la Cueva Mayor ha
tenido la visita de unos desconocidos. Unos privilegiados como un
redactor y un fotógrafo de Diario de Burgos, que el pasado martes
estuvieron acompañados del equipo que encabeza el codirector de los
yacimientos de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga. Dos miembros del periódico
que conocieron, de primera mano, el tesoro mejor guardado y más
inaccesible.
Acompañamos durante una mañana a las ocho personas que cada día descienden a la Sima de los Huesos, un lugar escondido que nos convierte, más que en meros observadores, en medio aventureros o medio exploradores. La ropa para acceder a ese lugar inhóspito nos delata. Buzos, ropa de abrigo, botas de agua, guantes, cascos provistos de luz y un cinturón de arnés. En un primer momento, cuando comienza el recorrido desde el Portalón, estos aparejos parecen excesivos, pero al poco tiempo están más que justificados. Todo es poco, cuando «entramos en otro mundo», en palabras de Arsuaga, y pasamos un umbral que nos adentra en la cueva, a donde no llega la luz natural.
A lo largo de cerca de una hora y por un camino de un kilómetro, transitamos junto al codirector de los yacimientos de Atapuerca, Ana Gracia y Arantza Aramburu. Contemplamos atónitos cada una de las galerías que forman el complejo de galerías denominado Cueva Mayor, uno de los más largos de la Cuenca del Duero. La oscuridad es total e impide ver nada si no es con ayuda de las linternas instaladas en los cascos. Tras un angosto paso -el primero de muchos-, nos topamos con la Sala del Coro, una caverna enorme con unos techos altísimos. Luego vendrán las galerías de las Estatuas y del Silo, con agujeros en el suelo que servían para acumular el grano durante muchas épocas históricas. Entre medias, algunas paradas para las explicaciones. Tal vez, no solo para eso sino también para que nuestros cuerpos, poco acostumbrados a ese hábitat, se familiaricen con el medio. Un medio donde, en las entrañas de la Sima de los Huesos, escasea el oxígeno.
La pregunta es inevitable en un lugar así: ¿qué piensa uno mientras se dirige al principal yacimiento de Europa? Arsuaga reconoce que en el camino que lleva hasta la Sima suele pensar en otro tipo de cosas que no están relacionadas con el trabajo que va a desempeñar. Él y los otros componentes de la ‘expedición’ se conocen cada palmo de la galería, aunque la luz -incluso para ellos- se hace imprescindible para moverse en el complejo kárstico, muy resbaladizo por la humedad.
Recorremos las galerías medio agachados, en cuclillas o de rodillas, pero llega uno de los puntos más problemáticos para el redactor y el fotógrafo. Toca franquear una estrecha gatera, donde en un primer momento uno duda que pueda pasar una persona. Seguimos las instrucciones de nuestros guías por un día y procedemos a tirarnos al suelo y abrazar con la barriga, en sentido literal, la piedra. El corazón se contrae por un momento y el cuerpo experimenta una sensación desconocida de agobio y claustrofobia. Surgen dudas por si habrá más ‘trampas’ o nos tocará sortear pasos diminutos similares pero se disipan al instante al acceder a una sala enorme, Cíclopes. Además, no hay vuelta atrás porque nos dicen que ya queda menos para llegar a la Sima, que podríamos llamar la Capilla Sixtina del yacimiento y que se perfila como el primer enterramiento de la Humanidad.
Cíclopes fue un lugar escogido por los osos para hibernar, que pertenecían a una especie que se extinguió hace más de 120.000 años. Tenemos a la vista, gracias a la luz eléctrica, el pasillo que se dirige a la Sima de los Huesos aunque toca ser paciente. La espera se hace eterna pero sirve para recordar los inicios de Juan Luis Arsuaga y su equipo en Atapuerca.
El codirector llegó al yacimiento burgalés en 1983 y no fue hasta 1985 cuando bajó a la Sima. «Las primeras campañas fueron duras porque nos dedicamos a sacar en mochilas piedras, roca caliza y sedimentos alterados de su interior», precisa. Era la única manera de realizar, después, una excavación sistemática y rigurosa para acceder a los niveles que podían estar intactos. De ahí que Arsuaga pose feliz y sonriente sobre «nuestra» montaña de piedra que está junto a la Sima de los Huesos.
No solo hay recuerdos del trabajo arduo, que agotaba a unos jóvenes investigadores, sino que vienen a la mente las dudas sobre el trabajo que realizaban en esa cueva de Atapuerca. «Los expertos miraban escépticos a las galletas -pequeños restos de fósiles humanos- que habíamos rescatado del yacimiento. Pensaban que éramos unos ‘frikis’ cuando algunos arqueólogos y paleontólogos nacionales e internacionales bajaron a la Sima de los Huesos», reconoce.
Asegura que había algo que les obligaba a seguir trabajando en ese lugar. «Teníamos fe en que íbamos a encontrar restos importantes», precisa el hoy codirector de Atapuerca. Añade que los científicos tienen mucho de exploradores. «Nuestra labor consiste en experimentar», afirma. Y el experimento resultó.
Hasta 1990, habían encontrado cerca de 400 fósiles humanos, pero eran fragmentos muy pequeños -dientes y falanges- donde apenas podía extraerse información. Pese a ello, suponía una barbaridad al ser un número que superaba a cualquier yacimiento de su época. Pero la ‘explosión’ llegó en 1992, con la aparición de dos cráneos -el 4, bautizado como ‘Agamenón’ y, sobre todo, el 5, ‘Miguelón-, que permitió colocar a Atapuerca y a Burgos en la actualidad científica mundial.
Explicaciones que nos impacientan, aún más, por conocer ‘in situ’ el lugar de donde salieron esas joyas. Todo se hace desear porque estos tesoros están en una pequeña galería ciega, en cuyo extremo se encuentra una sima de 4 metros de diámetro y de 14 metros de profundidad. El último escollo es el descenso, en el que hay que hacer uso de los arneses para bajar por una minúscula escalera de metal.
El primero en ‘sumergirse’ es Arsuaga, al que le sigue el fotógrafo del periódico, el redactor y, por último, Ana Gracia. La bajada añade más emoción y nervios a la visita. En breve, todo se disipa ante un escenario mágico pese a que se trata de una sala de apenas 7 metros de largo por 3 de ancho. Por fin, estamos y podemos pisar -con mucho cuidado- el mayor yacimiento de fósiles humanos.
La luz de los cascos ya no es necesaria porque hay luz eléctrica. En la Sima de los Huesos está el estadounidense Rolf Quam, que está a la entrada de la cueva y en la zona alta, pero unos pasos más adelante nos esperan Alejandro Bonmatí y Noemí Gala, que estudian la estratigrafía de una parte del yacimiento. La visita con Arsuaga se detiene en ese punto, intrigado por los restos que están a la vista. Saca su puntero láser y se mete de lleno en su labor de paleontólogo. Al codirector le intrigan los diferentes colores de arcilla, mientras que uno centra su atención en los huesos de oso que sobresalen de la tierra y donde unos días atrás apareció una cabeza de esa especie.
Una vez en su interior, uno se siente un privilegiado. Un lugar donde Diario de Burgos es testigo de los vestigios de la Historia, bueno, la Prehistoria. Desde finales de los años 80 del siglo pasado, ningún medio había visitado la Sima de los Huesos. La semana pasada, el montañero Jesús Calleja rodó en su interior el programa de televisión de Cuatro ‘Desafío Extremo’.
También se entiende el empecinamiento de los codirectores en impedir el acceso a la Sima de los Huesos. No hay espacio para moverse ni para estar de pie y los desplazamientos son posibles gracias a unos tablones que hacen las veces de una plataforma suspendida sobre unos andamios.
El tiempo, qué curiosidad en un lugar donde hay tantos millones de años acumulados, pasa muy deprisa allí abajo y uno se pierde absorto ante tanto detalle. Detalles que no pasan desapercibidos para los arqueólogos, biólogos o paleontólogos que allí trabajan un mes. Allí, pasan una media diaria de entre 4 y 5 horas, que les cunde poco. Es lo que tiene estar en un yacimiento que conserva los fósiles mejor conservados del Homo heidelbergensis y que toda persona puede contemplar en el Museo de la Evolución.
Llega el momento de dejar la Sima de los Huesos y mientras subo por la escalera, enganchado a una cuerda, pienso en el maravilloso lugar elegido para descansar 500.000 años.
Fuente: www.diariodeburgos.es
Acompañamos durante una mañana a las ocho personas que cada día descienden a la Sima de los Huesos, un lugar escondido que nos convierte, más que en meros observadores, en medio aventureros o medio exploradores. La ropa para acceder a ese lugar inhóspito nos delata. Buzos, ropa de abrigo, botas de agua, guantes, cascos provistos de luz y un cinturón de arnés. En un primer momento, cuando comienza el recorrido desde el Portalón, estos aparejos parecen excesivos, pero al poco tiempo están más que justificados. Todo es poco, cuando «entramos en otro mundo», en palabras de Arsuaga, y pasamos un umbral que nos adentra en la cueva, a donde no llega la luz natural.
A lo largo de cerca de una hora y por un camino de un kilómetro, transitamos junto al codirector de los yacimientos de Atapuerca, Ana Gracia y Arantza Aramburu. Contemplamos atónitos cada una de las galerías que forman el complejo de galerías denominado Cueva Mayor, uno de los más largos de la Cuenca del Duero. La oscuridad es total e impide ver nada si no es con ayuda de las linternas instaladas en los cascos. Tras un angosto paso -el primero de muchos-, nos topamos con la Sala del Coro, una caverna enorme con unos techos altísimos. Luego vendrán las galerías de las Estatuas y del Silo, con agujeros en el suelo que servían para acumular el grano durante muchas épocas históricas. Entre medias, algunas paradas para las explicaciones. Tal vez, no solo para eso sino también para que nuestros cuerpos, poco acostumbrados a ese hábitat, se familiaricen con el medio. Un medio donde, en las entrañas de la Sima de los Huesos, escasea el oxígeno.
La pregunta es inevitable en un lugar así: ¿qué piensa uno mientras se dirige al principal yacimiento de Europa? Arsuaga reconoce que en el camino que lleva hasta la Sima suele pensar en otro tipo de cosas que no están relacionadas con el trabajo que va a desempeñar. Él y los otros componentes de la ‘expedición’ se conocen cada palmo de la galería, aunque la luz -incluso para ellos- se hace imprescindible para moverse en el complejo kárstico, muy resbaladizo por la humedad.
Recorremos las galerías medio agachados, en cuclillas o de rodillas, pero llega uno de los puntos más problemáticos para el redactor y el fotógrafo. Toca franquear una estrecha gatera, donde en un primer momento uno duda que pueda pasar una persona. Seguimos las instrucciones de nuestros guías por un día y procedemos a tirarnos al suelo y abrazar con la barriga, en sentido literal, la piedra. El corazón se contrae por un momento y el cuerpo experimenta una sensación desconocida de agobio y claustrofobia. Surgen dudas por si habrá más ‘trampas’ o nos tocará sortear pasos diminutos similares pero se disipan al instante al acceder a una sala enorme, Cíclopes. Además, no hay vuelta atrás porque nos dicen que ya queda menos para llegar a la Sima, que podríamos llamar la Capilla Sixtina del yacimiento y que se perfila como el primer enterramiento de la Humanidad.
Cíclopes fue un lugar escogido por los osos para hibernar, que pertenecían a una especie que se extinguió hace más de 120.000 años. Tenemos a la vista, gracias a la luz eléctrica, el pasillo que se dirige a la Sima de los Huesos aunque toca ser paciente. La espera se hace eterna pero sirve para recordar los inicios de Juan Luis Arsuaga y su equipo en Atapuerca.
El codirector llegó al yacimiento burgalés en 1983 y no fue hasta 1985 cuando bajó a la Sima. «Las primeras campañas fueron duras porque nos dedicamos a sacar en mochilas piedras, roca caliza y sedimentos alterados de su interior», precisa. Era la única manera de realizar, después, una excavación sistemática y rigurosa para acceder a los niveles que podían estar intactos. De ahí que Arsuaga pose feliz y sonriente sobre «nuestra» montaña de piedra que está junto a la Sima de los Huesos.
No solo hay recuerdos del trabajo arduo, que agotaba a unos jóvenes investigadores, sino que vienen a la mente las dudas sobre el trabajo que realizaban en esa cueva de Atapuerca. «Los expertos miraban escépticos a las galletas -pequeños restos de fósiles humanos- que habíamos rescatado del yacimiento. Pensaban que éramos unos ‘frikis’ cuando algunos arqueólogos y paleontólogos nacionales e internacionales bajaron a la Sima de los Huesos», reconoce.
Asegura que había algo que les obligaba a seguir trabajando en ese lugar. «Teníamos fe en que íbamos a encontrar restos importantes», precisa el hoy codirector de Atapuerca. Añade que los científicos tienen mucho de exploradores. «Nuestra labor consiste en experimentar», afirma. Y el experimento resultó.
Hasta 1990, habían encontrado cerca de 400 fósiles humanos, pero eran fragmentos muy pequeños -dientes y falanges- donde apenas podía extraerse información. Pese a ello, suponía una barbaridad al ser un número que superaba a cualquier yacimiento de su época. Pero la ‘explosión’ llegó en 1992, con la aparición de dos cráneos -el 4, bautizado como ‘Agamenón’ y, sobre todo, el 5, ‘Miguelón-, que permitió colocar a Atapuerca y a Burgos en la actualidad científica mundial.
Explicaciones que nos impacientan, aún más, por conocer ‘in situ’ el lugar de donde salieron esas joyas. Todo se hace desear porque estos tesoros están en una pequeña galería ciega, en cuyo extremo se encuentra una sima de 4 metros de diámetro y de 14 metros de profundidad. El último escollo es el descenso, en el que hay que hacer uso de los arneses para bajar por una minúscula escalera de metal.
El primero en ‘sumergirse’ es Arsuaga, al que le sigue el fotógrafo del periódico, el redactor y, por último, Ana Gracia. La bajada añade más emoción y nervios a la visita. En breve, todo se disipa ante un escenario mágico pese a que se trata de una sala de apenas 7 metros de largo por 3 de ancho. Por fin, estamos y podemos pisar -con mucho cuidado- el mayor yacimiento de fósiles humanos.
La luz de los cascos ya no es necesaria porque hay luz eléctrica. En la Sima de los Huesos está el estadounidense Rolf Quam, que está a la entrada de la cueva y en la zona alta, pero unos pasos más adelante nos esperan Alejandro Bonmatí y Noemí Gala, que estudian la estratigrafía de una parte del yacimiento. La visita con Arsuaga se detiene en ese punto, intrigado por los restos que están a la vista. Saca su puntero láser y se mete de lleno en su labor de paleontólogo. Al codirector le intrigan los diferentes colores de arcilla, mientras que uno centra su atención en los huesos de oso que sobresalen de la tierra y donde unos días atrás apareció una cabeza de esa especie.
Una vez en su interior, uno se siente un privilegiado. Un lugar donde Diario de Burgos es testigo de los vestigios de la Historia, bueno, la Prehistoria. Desde finales de los años 80 del siglo pasado, ningún medio había visitado la Sima de los Huesos. La semana pasada, el montañero Jesús Calleja rodó en su interior el programa de televisión de Cuatro ‘Desafío Extremo’.
También se entiende el empecinamiento de los codirectores en impedir el acceso a la Sima de los Huesos. No hay espacio para moverse ni para estar de pie y los desplazamientos son posibles gracias a unos tablones que hacen las veces de una plataforma suspendida sobre unos andamios.
El tiempo, qué curiosidad en un lugar donde hay tantos millones de años acumulados, pasa muy deprisa allí abajo y uno se pierde absorto ante tanto detalle. Detalles que no pasan desapercibidos para los arqueólogos, biólogos o paleontólogos que allí trabajan un mes. Allí, pasan una media diaria de entre 4 y 5 horas, que les cunde poco. Es lo que tiene estar en un yacimiento que conserva los fósiles mejor conservados del Homo heidelbergensis y que toda persona puede contemplar en el Museo de la Evolución.
Llega el momento de dejar la Sima de los Huesos y mientras subo por la escalera, enganchado a una cuerda, pienso en el maravilloso lugar elegido para descansar 500.000 años.
Fuente: www.diariodeburgos.es
R. Travesí / Burgos - domingo, 29 de julio de 2012
domingo, 29 de julio de 2012
-Los vecinos de Peñaranda exigen la reapertura del Palacio de Avellaneda.
Los vecinos de Peñaranda
aparcaron ayer la indumentaria festiva de cada una de las peñas del
municipio para cambiarla por unas sencillas camisetas blancas en las que
se podía leer ‘¿Dónde están las llaves?’, nombre de la plataforma
ciudadana que se ha creado para exigir la reapertura del Palacio de
Avellaneda, y ‘Ábrelo’ por detrás, como petición sencilla y directa a
las autoridades competentes.
En torno a 400 personas recorrieron las calles peñarandinas coreando eslóganes que también se podían leer en las múltiples pancartas que portaban, como ‘Peñaranda el palacio demanda’, ‘Sin palacio avanzaremos despacio’ o entonando la canción infantil cuyo estribillo da nombre a la plataforma. Durante el transcurso de la manifestación, que se desarrolló a lo largo de más de una hora, los vecinos llegaron a cortar durante un cuarto de hora la travesía de la carretera CL-111, sin que esa situación fuese foco de conflicto con los conductores que tuvieron que esperar para continuar su trayecto.
Los promotores de la plataforma mostraron su sorpresa por la amplia respuesta obtenida en esta su primera convocatoria y recordaron que su intención es luchar por que se reabra el principal atractivo turístico del municipio, no ir en contra de ninguna administración. «Lo que pretendemos son dos cosas, por un lado, es más bonito las penas llevarlas entre todos y, en segundo lugar, no entendemos muy bien lo que está pasando porque creemos que no se hace todo lo que se debe hacer», apuntó Vicente Arranz, portavoz de la plataforma.
Después de esta importante respuesta a su convocatoria, los vecinos esperan que se reactiven las negociaciones entre Ayuntamiento y Junta para alcanzar algún acuerdo. «Lo que nos gustaría que pasara es que, sabiendo que hay una mayoría de la gente que quieren que se haga algo, que se preocupen por dar una viabilidad para que abran porque se ha producido una caída de todo el proyecto turístico de la zona», comentó Arranz, poniendo como ejemplo que las más de 100 plazas hoteleras que hay en la localidad están prácticamente vacías desde que se cerró el palacio y que si antes recibían a un centenar de visitantes diarios, esa cifra ha caído hasta la decena.
Fuente: www.diariodeburgos.es
En torno a 400 personas recorrieron las calles peñarandinas coreando eslóganes que también se podían leer en las múltiples pancartas que portaban, como ‘Peñaranda el palacio demanda’, ‘Sin palacio avanzaremos despacio’ o entonando la canción infantil cuyo estribillo da nombre a la plataforma. Durante el transcurso de la manifestación, que se desarrolló a lo largo de más de una hora, los vecinos llegaron a cortar durante un cuarto de hora la travesía de la carretera CL-111, sin que esa situación fuese foco de conflicto con los conductores que tuvieron que esperar para continuar su trayecto.
Los promotores de la plataforma mostraron su sorpresa por la amplia respuesta obtenida en esta su primera convocatoria y recordaron que su intención es luchar por que se reabra el principal atractivo turístico del municipio, no ir en contra de ninguna administración. «Lo que pretendemos son dos cosas, por un lado, es más bonito las penas llevarlas entre todos y, en segundo lugar, no entendemos muy bien lo que está pasando porque creemos que no se hace todo lo que se debe hacer», apuntó Vicente Arranz, portavoz de la plataforma.
Después de esta importante respuesta a su convocatoria, los vecinos esperan que se reactiven las negociaciones entre Ayuntamiento y Junta para alcanzar algún acuerdo. «Lo que nos gustaría que pasara es que, sabiendo que hay una mayoría de la gente que quieren que se haga algo, que se preocupen por dar una viabilidad para que abran porque se ha producido una caída de todo el proyecto turístico de la zona», comentó Arranz, poniendo como ejemplo que las más de 100 plazas hoteleras que hay en la localidad están prácticamente vacías desde que se cerró el palacio y que si antes recibían a un centenar de visitantes diarios, esa cifra ha caído hasta la decena.
Fuente: www.diariodeburgos.es
jueves, 26 de julio de 2012
-Nuevos hallazgos en la Sima de los Huesos.
La familia de hasta 30 individuos, de los cuales hasta 17 ya cuentan con
restos craneales recuperados en los últimos 30 años, podrían incorporar
piezas de dos nuevos miembros del clan de Miguelón. Se trata del
occipital y la mandíbula que el equipo de investigación presentó en la
pasada rueda de prensa de balance de resultados.
Durante esta semana, todavía se realiza trabajo de campo en el complejo de Cueva Mayor (Portalón, Galería de las Estatuas y Sima de los Huesos), y se han recuperado pequeños restos que unidos a los que ya tenían se han ido incorporando a las piezas. «Durante la tarde vamos montando estas piezas con nuevos trocitos que aparecen y vamos encajando los restos», apunta el codirector, Juan Luis Arsuaga. Si en otras campañas las piezas parecen casar de inmediato en este caso «de memoria no somos capaces de asociarlos a piezas que hemos recuperado estos años», apunta. Los restos extraídos en la Sima pertenecen, según se van completando con esas pequeñas piezas, con un individuo joven en el caso del occipital mientras que la mandíbula parece un ejemplar más viejo. «La mandíbula, en principio, yo creo que no se corresponde con algo que tenemos por el desgaste que presenta en los dientes y el occipital diría que tampoco, en principio», apunta el paleontólogo. Los estudios anatómicos definitivos se realizarán ya en el laboratorio del Instituto de Salud Carlos III de Evolución y Comportamiento Humanos de Madrid que dirige Arsuaga.
En esta última semana el equipo en la Sima ha realizado trabajos geológicos, «menos bonitos que encontrar fósiles pero necesarios para conocer mejor el yacimiento». Pero el equipo se ha sorprendido con los yacimientos recuperados en fases más modernas como en Portalón de Cueva Mayor.
Fuente: www.elcorreodeburgos.es
Durante esta semana, todavía se realiza trabajo de campo en el complejo de Cueva Mayor (Portalón, Galería de las Estatuas y Sima de los Huesos), y se han recuperado pequeños restos que unidos a los que ya tenían se han ido incorporando a las piezas. «Durante la tarde vamos montando estas piezas con nuevos trocitos que aparecen y vamos encajando los restos», apunta el codirector, Juan Luis Arsuaga. Si en otras campañas las piezas parecen casar de inmediato en este caso «de memoria no somos capaces de asociarlos a piezas que hemos recuperado estos años», apunta. Los restos extraídos en la Sima pertenecen, según se van completando con esas pequeñas piezas, con un individuo joven en el caso del occipital mientras que la mandíbula parece un ejemplar más viejo. «La mandíbula, en principio, yo creo que no se corresponde con algo que tenemos por el desgaste que presenta en los dientes y el occipital diría que tampoco, en principio», apunta el paleontólogo. Los estudios anatómicos definitivos se realizarán ya en el laboratorio del Instituto de Salud Carlos III de Evolución y Comportamiento Humanos de Madrid que dirige Arsuaga.
En esta última semana el equipo en la Sima ha realizado trabajos geológicos, «menos bonitos que encontrar fósiles pero necesarios para conocer mejor el yacimiento». Pero el equipo se ha sorprendido con los yacimientos recuperados en fases más modernas como en Portalón de Cueva Mayor.
Fuente: www.elcorreodeburgos.es
miércoles, 25 de julio de 2012
-Restos de homínidos en El Portalón (Atapuerca)
«Un premio a la constancia y al esfuerzo». Así definía ayer el investigador José Miguel Carretero el hallazgo del primer cuerpo entero de un homínido en El Portalón. No en vano, es un lugar donde hasta ahora habían aparecido restos de animales de numerosas épocas y huesos humanos de escaso valor. Pero la sorpresa llegó esta semana cuando las personas encargadas de la excavación de este yacimiento a la entrada de la Cueva Mayor de la Sierra de Atapuerca encontraron un cervatillo y el lunes aparecieron los restos de un niño con una antigüedad de 4.500 años.
El hallazgo del Portalón no llegó a entrar en el balance de la campaña de excavaciones de Atapuerca de este año que tuvo lugar la semana pasada, aunque los investigadores continuarán trabajando hasta el próximo viernes. Los restos del niño de unos 7 años, del que aún se desconoce el sexo porque es algo complicado de determinar en edades tan tempranas, fueron encontrados por la paleontóloga Rebeca García.
Los trabajos en El Portalón se remontan, de forma más importante, en los años 60 del siglo pasado y se trata del yacimiento de Atapuerca donde antes se iniciaron las excavaciones. Después de mucho tiempo y tras destapar durante varios años piedras acumuladas en la entrada de la cueva, ahora llega la recompensa en forma de un cuerpo completo de un homínido. Hasta este importante hallazgo, los trabajos de esta campaña habían permitido encontrar fragmentos de cerámica -algunas con decoraciones ricas y de otras regiones de la Península Ibérica- y restos de fauna doméstica como oveja, cabra y vaca, entre otros.
Carretero explica que el hecho de que el niño encontrado estuviera junto al pequeño ciervo puede estar relacionado con un rito funerario. Es una teoría que cada vez cobra más fuerza en otro yacimiento de Atapuerca como la Sima de los Huesos, donde la importante recuperación esta campaña de un dedo de un pie de niño Homo heidelbergensis (500.000 años) se interpreta como que fuera un santuario. Durante los últimos años se han encontrado restos que van desde el Neolítico hasta la época medieval pasando por la Edad del Bronce y la del Hierro. Una variedad de momentos que ponen de manifiesto un uso continuado de este lugar por los habitantes de la zona, pero que también supuso una alteración de toda la cueva.
Lo más destacable, hasta ahora, habían sido los hallazgos de varias vértebras humanas en conexión con numerosos fragmentos cerámicos rotos a su alrededor y también restos de oveja y vaca. Los principales trabajos se han centrado desde hace unas campañas en las excavaciones correspondientes al periodo Calcolítico, de unos 4.000 años de antigüedad. Una vez finalizados estos trabajos, se procederá a levantar las grandes lajas y pasar a los niveles neolíticos, que, en principio son los más interesantes de la región.
«Hablamos de un yacimiento tan grande y tan difícil de excavar que ralentiza mucho las labores de excavación», reconocía hace unos días su director José Miguel Carretero. No en vano, recordaba que las condiciones de toda la cueva son muy húmedas y todo el sedimento está empapado en agua. Algo muy diferente a lo que ocurre en El Mirador, un yacimiento de características similares.
Fuente: www.diariodeburgos.es
lunes, 23 de julio de 2012
-Descubiertos los restos de un poblado romano en Buniel.
Las obras del desvío del
ferrocarril han sacado a la luz vestigios de un poblado romano
en Buniel, lo que viene a confirmar que en la localidad hubo un
interesante asentamiento de aquella época que se completaría con la
necrópolis que se descubrió el pasado año en un montículo a unos 500
metros de la villa ‘destapada’ ahora por la UTE Ave Variante de Burgos,
contratada por el Adif para ejecutar el proyecto ferroviario.
La aparición de esta villa romana no afecta a los trabajos del cercano trazado del AVE, sino a un camino de servidumbre previsto para poder acceder a las fincas del entorno. De hecho ha sido al realizar las prospecciones para iniciar los trabajos de ese camino rural sobre una finca de cereal que previamente se había expropiado, cuando la constructora se topó, hace unas semanas, con unos muros que prácticamente lindaban con el viejo trazado actual del ferrocarril Valladolid-Burgos; la empresa, como debe proceder en estos casos, comunicó el hallazgo a la Junta de Castilla y León, que tiene las competencias en materia de patrimonio y que ya ha encargado un informe para determinar la importancia del descubrimiento.
Un equipo de cuatro arqueólogos de la empresa Antequem Arqueología y Medio Ambiente, y 15 peones han venido trabajando minuciosamente desde entonces en desenterrar la zona dejando al descubierto muros, columnas, habitáculos o zonas de estancia, corredores, canalizaciones de aguas ... que se han ido limpiando. A partir de hoy se comenzará a proteger la zona, sobre todos los mosaicos, para evitar expolios y posibles destrozos y para preservar su conservación. Igualmente, estos días se está fotografiando la zona a través del sistema cenital para establecer coordinadas geométricas de cara a la realización de posibles reproducciones virtuales.
Los restos localizados entre la actual vía ferroviaria y las obras del nuevo trazado están conformados por muros (algunos de ellos conservan una altura bastante considerable), estancias como cocinas, corredores, salas, zona de entrada... y en los suelos, aunque bastante deteriorados, destacan tres mosaicos en los que predominan los tonos rojos, azules y amarillos que representan escenas florales.
Una de las curiosidades descubiertas es una sala denominada hipocausto, es decir que se calentaba como las populares glorias castellanas, pero que en vez de un solo tiro, todo el subsuelo está hueco con varios arcos, y se calentaba a través de una boca de horno; el derrumbe circunstancia en una esquina ha dejado al descubierto este sistema calefactor, que está en perfecto estado.
En otro de los habitáculos, un sótano, se han descubierto bastantes piezas que han dado mucha información sobre la villa romana, como varios útiles de cocina, vasijas, tiradores de bronce con cabeza de felinos, horquillas y también se han hallado algunas monedas.... Se cree que ese habitáculo era una cocina que pudo hundirse por un incendio y quedar tapada con otra capa de tierra, por lo que se han podido conservar las piezas en buen estado.
Estas piezas se han trasladado ya al Museo de Burgos para su estudio y conservación, mientras en el resto del poblado romano se trabaja en la limpieza de estructuras y desde mañana, en su consolidación y recubrimiento.
Aunque de momento, los arqueólogos solo han excavado en la parte expropiada para ejecutar el camino de servidumbre, todo parece indicar que la extensión de los restos es muchos más amplia que el espacio ahora al descubierto y que se puede extender debajo de las actuales vías del ferrocarril Valladolid-Burgos e, incluso, bajo el puente que hay que prolongar para que pase por encima del nuevo trazado ferroviario.
Se han realizado, por otra parte, catas en dos fincas de cereal colindantes y los expertos tienen la certeza de que continúa la villa. Respecto a estas fincas, el Ayuntamiento de Buniel, según explica su alcalde, Roberto Roque, intentará alcanzar acuerdos con los propietarios para hacerse con su titularidad a través de permutas u otras fórmulas para poder excavar y sacar a la luz los restos romanos, «quién sabe si en un futuro, se podrían poner en valor», dice Roque.
El abandono de esta villa lo datan los expertos en el siglo III-IV y pudo ser a consecuencia de un incendio. El expolio de muros y columnas -solo ha aparecido restos de una- es algo posterior, a lo que se suman los propios desperfectos ocasionados con la maquinaria agrícola, sobre todo en los muros de las construcciones, patios circulares y mosaicos.
Hay que tener en cuenta que se trata de tierras de cultivo que han sido aradas y cultivadas durante siglos, con lo que la maquinaria agrícola ha ido dañando los elementos estructurales de la ciudad romana dada la escasa profundidad a la que se encontraba. Lo mismo sucedería en las fincas de cereal colindantes que siguen cultivándose.
Fuente: www.diariodeburgos.es
La aparición de esta villa romana no afecta a los trabajos del cercano trazado del AVE, sino a un camino de servidumbre previsto para poder acceder a las fincas del entorno. De hecho ha sido al realizar las prospecciones para iniciar los trabajos de ese camino rural sobre una finca de cereal que previamente se había expropiado, cuando la constructora se topó, hace unas semanas, con unos muros que prácticamente lindaban con el viejo trazado actual del ferrocarril Valladolid-Burgos; la empresa, como debe proceder en estos casos, comunicó el hallazgo a la Junta de Castilla y León, que tiene las competencias en materia de patrimonio y que ya ha encargado un informe para determinar la importancia del descubrimiento.
Un equipo de cuatro arqueólogos de la empresa Antequem Arqueología y Medio Ambiente, y 15 peones han venido trabajando minuciosamente desde entonces en desenterrar la zona dejando al descubierto muros, columnas, habitáculos o zonas de estancia, corredores, canalizaciones de aguas ... que se han ido limpiando. A partir de hoy se comenzará a proteger la zona, sobre todos los mosaicos, para evitar expolios y posibles destrozos y para preservar su conservación. Igualmente, estos días se está fotografiando la zona a través del sistema cenital para establecer coordinadas geométricas de cara a la realización de posibles reproducciones virtuales.
Los restos localizados entre la actual vía ferroviaria y las obras del nuevo trazado están conformados por muros (algunos de ellos conservan una altura bastante considerable), estancias como cocinas, corredores, salas, zona de entrada... y en los suelos, aunque bastante deteriorados, destacan tres mosaicos en los que predominan los tonos rojos, azules y amarillos que representan escenas florales.
Una de las curiosidades descubiertas es una sala denominada hipocausto, es decir que se calentaba como las populares glorias castellanas, pero que en vez de un solo tiro, todo el subsuelo está hueco con varios arcos, y se calentaba a través de una boca de horno; el derrumbe circunstancia en una esquina ha dejado al descubierto este sistema calefactor, que está en perfecto estado.
En otro de los habitáculos, un sótano, se han descubierto bastantes piezas que han dado mucha información sobre la villa romana, como varios útiles de cocina, vasijas, tiradores de bronce con cabeza de felinos, horquillas y también se han hallado algunas monedas.... Se cree que ese habitáculo era una cocina que pudo hundirse por un incendio y quedar tapada con otra capa de tierra, por lo que se han podido conservar las piezas en buen estado.
Estas piezas se han trasladado ya al Museo de Burgos para su estudio y conservación, mientras en el resto del poblado romano se trabaja en la limpieza de estructuras y desde mañana, en su consolidación y recubrimiento.
Aunque de momento, los arqueólogos solo han excavado en la parte expropiada para ejecutar el camino de servidumbre, todo parece indicar que la extensión de los restos es muchos más amplia que el espacio ahora al descubierto y que se puede extender debajo de las actuales vías del ferrocarril Valladolid-Burgos e, incluso, bajo el puente que hay que prolongar para que pase por encima del nuevo trazado ferroviario.
Se han realizado, por otra parte, catas en dos fincas de cereal colindantes y los expertos tienen la certeza de que continúa la villa. Respecto a estas fincas, el Ayuntamiento de Buniel, según explica su alcalde, Roberto Roque, intentará alcanzar acuerdos con los propietarios para hacerse con su titularidad a través de permutas u otras fórmulas para poder excavar y sacar a la luz los restos romanos, «quién sabe si en un futuro, se podrían poner en valor», dice Roque.
El abandono de esta villa lo datan los expertos en el siglo III-IV y pudo ser a consecuencia de un incendio. El expolio de muros y columnas -solo ha aparecido restos de una- es algo posterior, a lo que se suman los propios desperfectos ocasionados con la maquinaria agrícola, sobre todo en los muros de las construcciones, patios circulares y mosaicos.
Hay que tener en cuenta que se trata de tierras de cultivo que han sido aradas y cultivadas durante siglos, con lo que la maquinaria agrícola ha ido dañando los elementos estructurales de la ciudad romana dada la escasa profundidad a la que se encontraba. Lo mismo sucedería en las fincas de cereal colindantes que siguen cultivándose.
Fuente: www.diariodeburgos.es
sábado, 21 de julio de 2012
-Resultados de la campaña de excavaciones 2012 en Atapuerca.
La campaña de excavaciones de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca (Burgos) han culminado con el "excelente" descubrimiento de varios restos de Homo Heidelbergensis, según han explicado este viernes, durante el balance de los trabajos, los codirectores del proyecto, Juan Luis Arsuaga; Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro.
En la presentación de los resultados de esta última campaña en el yacimiento burgalés ha estado presente la consejera de Cultura, Alicia García.
"Existe un gran futuro para estos yacimientos y su contribución a la sociedad de Burgos, Castilla y León y España", ha señalado Arsuaga en declaraciones recogidas por Europa Press, antes de insistir en la relevancia de los últimos hallazgos, que permitirán conocer más sobre la especie del Homo Heidelbergensis, sus hábitos de vida y el entorno en el que desarrollaban sus actividades.
Entre los huesos descubiertos, que poseen una antigüedad cercana a los 400.000 años, se encuentran un occipital, parte del húmero, una mandíbula y una falange distal del dedo meñique de un pie, además de otros restos, que determinarán si los hallazgos pertenecen a un mismo individuo o a un colectivo.
Estos fósiles, se suman a los más de 6.500 encontrados desde 1984 en el yacimiento de la Sima de los Huesos, con una datación de entre 300.000 y 500.000 años, que suponen la "mayor" acumulación de restos humanos del mundo.
Por otro lado, la campaña de excavaciones ha permitido avanzar en los conocimientos biológicos de los yacimientos burgaleses, gracias al descubrimiento de varios huesos fósiles de fauna, que facilitan un mejor entendimiento de la población que un día habitó el enclave burgalés.
Entre ellos, destaca la aparición en el yacimiento de la Gran Dolina de una especie "exclusiva" de la Sierra de Atapuerca, un oso "muy particular", denominado 'Ursus Dolinensis', que se ha definido a partir de los restos hallados en este nivel. Se trata de un oso cuya posición filogenético se sitúa muy cerca al ancestro común entre el oso de las cavernas y los actuales osos pardos.
Los trabajos realizados durante este periodo, han permitido extraer y restaurar un cráneo entero de esta especie, que permitirá clarificar el árbol evolutivo de los osos.
A este hallazgo, hay que sumar los registrados en el yacimiento de El Mirador, donde se han descubierto, al menos, ocho nuevos individuos en un sepulcro colectivo, cuya posición y "excelente" confirmación han permitido deducir que la boca del enterramiento permaneció cerrada por una estructura de madera, que evitó las mordeduras de carnívoros en los cadáveres allí depositados.
En la campaña, en la que han participado más de 140 expertos de diferentes universidades y centros de investigación, también se han encontrado varias herramientas y se ha trabajado en el asentamiento al aire libre de Fuente Mudarra, donde existen evidencias de la presencia de neandertales. TRASCENDENCIA MUNDIAL
Por su parte, la consejera de Cultura se ha referido a la importancia que el proyecto Atapuerca tiene para Castilla y León, para España y para la Comunidad científica internacional, y la trascendencia de su declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000.
La consejera también ha destacado la correspondiente responsabilidad a la hora de llevar a la práctica un plan de gestión del conjunto de yacimientos a través de la conservación y difusión de su riqueza patrimonial, acompañadas de un proyecto científico de excelencia y con reconocimiento internacional.
Alicia García ha insistido en que el reto actual se centra en aprovechar todos los recursos para convertir el Espacio Cultural Atapuerca en un modelo de desarrollo sostenible y potenciador en la generación de empleo local. En este sentido, ha realizado un llamamiento a todos los sectores implicados en el esfuerzo común para poner en práctica aquellos mecanismos de sostenibilidad y de retorno económico del conjunto de infraestructuras construidas.
Fuente: www.diariodeburgos.es
-Nuevos descubrimientos en Atapuerca. Campaña 2012.
Fotos de © César-Javier Palacios en su blog crónicaverde
En la imagen, Eudald Carbonel, codirector de la excavaciones de Atapuerca, muestra uno de los bifaces aparecidos este verano en el yacimiento burgalés (Foto: © César-Javier Palacios).
Impresionante mandíbula de Ursus doliensis, antepasado del oso de las cavernas de hace un millón de años, localizado este año en las excavaciones de Atapuerca (Foto: © César-Javier Palacios).
Fuente: http://blogs.20minutos.es/cronicaverde/
En la imagen, Eudald Carbonel, codirector de la excavaciones de Atapuerca, muestra uno de los bifaces aparecidos este verano en el yacimiento burgalés (Foto: © César-Javier Palacios).
Impresionante mandíbula de Ursus doliensis, antepasado del oso de las cavernas de hace un millón de años, localizado este año en las excavaciones de Atapuerca (Foto: © César-Javier Palacios).
Fuente: http://blogs.20minutos.es/cronicaverde/
viernes, 20 de julio de 2012
-Hallada una mandíbula de bisonte con varios dientes de más de 900.000 años.
Una impresionante
mandíbula, con varios dientes adosados muy bien conservados, de un
bisonte que se calcula vivió en la sierra de Atapuerca entre 900.000 y
un millón de años atrás, se ha convertido en uno de los últimos
hallazgos del equipo de investigación de los yacimientos burgaleses, que
esta misma mañana presenta los resultados más relevantes de la campaña
desarrollada durante el último mes.
El viajero Jesús Calleja, que durante estos días ha compartido el día a día de los investigadores con motivo del rodaje de un programa para Cuatro, ha colgado en sus perfiles de Facebook y Twitter una imagen del hallazgo, desenterrado en el nivel TD4 de Gran Dolina, según ha podido confirmar este periódico.
En ese yacimiento han aparecido también bastantes fósiles de oso de la especie Ursus Dolinensis, que permitirán conocer más datos sobre la evolución de este ancestro común a los osos pardos actuales y al oso de las cavernas. Mientras, en la Sima del Elefante, el emplazamiento más antiguo, han sido encontrados un diente de caballo, restos de un castor y diferentes elementos de macrofauna, según ha podido saber este periódico.
Mientras en la cueva de Galería se ha desenterrado, al parecer, un fragmento de mandíbula de ciervo de hace 250.000 años, según la cronología de este yacimiento.
En la Sima de los Huesos, donde no hay evidencias de animales herbívoros, solamente carnívoros; Juan Luis Arsuaga ha dejado caer que también de la excavación de este año saldrán «buenas noticias», que él mismo dará a conocer hoy, en compañía de los otros dos codirectores, Eudald Carbonell y José María Bermúdez, y de la consejera de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, Alicia García.
Hace unos días, los responsables de la excavación explicaron que tenían depositada su esperanza en el nivel TD9 de la Sima del Elefante, donde ya apareció una mandíbula de 1,2 millones perteneciente al primer europeo, si bien aún no se ha podido determinar la especie a la que pertenece. Los investigadores están convencidos de que allí tienen que aparecer más restos de este antepasado, lo que confirmaría al de Atapuerca como el yacimiento más antiguo del Viejo Continente.
Mañana, la Asociación Cultural Amigos del Hombre de Ibeas/Atapuerca celebrará la tradicional jornada de convivencia con los 140 integrantes del equipo de investigación de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca y los vecinos de Ibeas de Juarros. Este año, como novedad, se celebrará antes la primera edición de la carrera popular «Los 10 de Ibeas».
Fuente: www.diariodeburgos.es
El viajero Jesús Calleja, que durante estos días ha compartido el día a día de los investigadores con motivo del rodaje de un programa para Cuatro, ha colgado en sus perfiles de Facebook y Twitter una imagen del hallazgo, desenterrado en el nivel TD4 de Gran Dolina, según ha podido confirmar este periódico.
En ese yacimiento han aparecido también bastantes fósiles de oso de la especie Ursus Dolinensis, que permitirán conocer más datos sobre la evolución de este ancestro común a los osos pardos actuales y al oso de las cavernas. Mientras, en la Sima del Elefante, el emplazamiento más antiguo, han sido encontrados un diente de caballo, restos de un castor y diferentes elementos de macrofauna, según ha podido saber este periódico.
Mientras en la cueva de Galería se ha desenterrado, al parecer, un fragmento de mandíbula de ciervo de hace 250.000 años, según la cronología de este yacimiento.
En la Sima de los Huesos, donde no hay evidencias de animales herbívoros, solamente carnívoros; Juan Luis Arsuaga ha dejado caer que también de la excavación de este año saldrán «buenas noticias», que él mismo dará a conocer hoy, en compañía de los otros dos codirectores, Eudald Carbonell y José María Bermúdez, y de la consejera de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, Alicia García.
Hace unos días, los responsables de la excavación explicaron que tenían depositada su esperanza en el nivel TD9 de la Sima del Elefante, donde ya apareció una mandíbula de 1,2 millones perteneciente al primer europeo, si bien aún no se ha podido determinar la especie a la que pertenece. Los investigadores están convencidos de que allí tienen que aparecer más restos de este antepasado, lo que confirmaría al de Atapuerca como el yacimiento más antiguo del Viejo Continente.
Mañana, la Asociación Cultural Amigos del Hombre de Ibeas/Atapuerca celebrará la tradicional jornada de convivencia con los 140 integrantes del equipo de investigación de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca y los vecinos de Ibeas de Juarros. Este año, como novedad, se celebrará antes la primera edición de la carrera popular «Los 10 de Ibeas».
Fuente: www.diariodeburgos.es
jueves, 19 de julio de 2012
-Exposición ‘PlayEvolución’, el mundo de Atapuerca visto desde la perspectiva Playmobil.
El Museo de la Evolución Humana (MEH) ha
presentado la exposición ‘PlayEvolución.
Atapuerca y el MEH en paisaje
playmobil’, que se podrá ver en la zona
de talleres del Museo desde el 20 de
junio hasta el 20 de septiembre de forma
gratuita. Esta exposición, nacida de la
colaboración de Playmobil Ibérica, la
Asociación de Coleccionistas de
Playmobil (Aesclick), el MEH y la
Librería Luz y Vida, muestra el mundo de
Atapuerca y el Museo visto desde el
paisaje y la perspectiva Playmobil.
La curiosa instalación se divide en tres partes. La primera recrea la vida prehistórica en la Sierra de Atapuerca. Así, se puede ver la cavidad de la Sima de los Huesos convertida en una trampa natural para animales y seres humanos y que se ha convertido en el mayor yacimiento de fósiles jamás descubierto o cómo era la vida de nuestros antepasados: tallando la piedra para fabricar las herramientas, construyendo cabañas de madera u obteniendo alimentos por medio de la caza o la recolección. Asimismo, el diorama muestra cómo era la fauna prehistórica que habitó en la Sierra como rinocerontes, mamuts, osos o tigres dientes de sable.
Otro espacio es el dedicado a la zona de excavaciones de los Yacimientos de Atapuerca, cuya última campaña ha comenzado precisamente hace unos días. Allí figura una recreación del Yacimiento la Gran Dolina, varios arqueólogos excavando y los tres codirectores de los Yacimientos de Atapuerca, Eudald Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga. También se ha representado la zona de triado de los fósiles.
Por último, se ha construido una maqueta del Museo de la Evolución Humana en la que se pueden ver los espacios más emblemáticos del Museo. Los tres módulos, cuya parte superior recrean los ecosistemas fundamentales de la Sierra y que contienen los fósiles originales, el Cerebro realizado por el artista Daniel Canogar, el Beagle de Darwin o el Audiovisual del Fuego son algunos de los elementos reconocibles en la maqueta. También están representados los visitantes, así como algunos muñecos Playmobil anacrónicos que no han querido perderse el Museo.
En total, la exposición cuenta con algo más de 600 figuras pertenecientes a distintas colecciones privadas de miembros de la Asociación Aesclick de Burgos, Madrid, Bilbao, Valladolid y Barbastro (Huesca) así como de Playmobil Ibérica, que ha cedido los elementos de su colección de la vida en la Edad de Piedra, que se puede adquirir en España desde hace poco más de tres meses. Esta nueva colección incluye la recreación de los primeros hombres cazadores-recolectores, sus primeros utensilios para la caza y sus grandes descubrimientos como el fuego. Además, se han recreado las cuevas y los campamentos en los que vivían.
Paralelamente a la exposición se van a realizar varios concursos y sorteos de lotes de Playmobil. Por ejemplo, los más jóvenes van a tener que encontrar algunos elementos extraños que se han colado dentro del diorama o van a participar en concursos de pintura. Así, la muestra se plantea como una forma lúdica de aprender más sobre la Prehistoria y el mundo de Atapuerca.
La curiosa instalación se divide en tres partes. La primera recrea la vida prehistórica en la Sierra de Atapuerca. Así, se puede ver la cavidad de la Sima de los Huesos convertida en una trampa natural para animales y seres humanos y que se ha convertido en el mayor yacimiento de fósiles jamás descubierto o cómo era la vida de nuestros antepasados: tallando la piedra para fabricar las herramientas, construyendo cabañas de madera u obteniendo alimentos por medio de la caza o la recolección. Asimismo, el diorama muestra cómo era la fauna prehistórica que habitó en la Sierra como rinocerontes, mamuts, osos o tigres dientes de sable.
Otro espacio es el dedicado a la zona de excavaciones de los Yacimientos de Atapuerca, cuya última campaña ha comenzado precisamente hace unos días. Allí figura una recreación del Yacimiento la Gran Dolina, varios arqueólogos excavando y los tres codirectores de los Yacimientos de Atapuerca, Eudald Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga. También se ha representado la zona de triado de los fósiles.
Por último, se ha construido una maqueta del Museo de la Evolución Humana en la que se pueden ver los espacios más emblemáticos del Museo. Los tres módulos, cuya parte superior recrean los ecosistemas fundamentales de la Sierra y que contienen los fósiles originales, el Cerebro realizado por el artista Daniel Canogar, el Beagle de Darwin o el Audiovisual del Fuego son algunos de los elementos reconocibles en la maqueta. También están representados los visitantes, así como algunos muñecos Playmobil anacrónicos que no han querido perderse el Museo.
En total, la exposición cuenta con algo más de 600 figuras pertenecientes a distintas colecciones privadas de miembros de la Asociación Aesclick de Burgos, Madrid, Bilbao, Valladolid y Barbastro (Huesca) así como de Playmobil Ibérica, que ha cedido los elementos de su colección de la vida en la Edad de Piedra, que se puede adquirir en España desde hace poco más de tres meses. Esta nueva colección incluye la recreación de los primeros hombres cazadores-recolectores, sus primeros utensilios para la caza y sus grandes descubrimientos como el fuego. Además, se han recreado las cuevas y los campamentos en los que vivían.
Paralelamente a la exposición se van a realizar varios concursos y sorteos de lotes de Playmobil. Por ejemplo, los más jóvenes van a tener que encontrar algunos elementos extraños que se han colado dentro del diorama o van a participar en concursos de pintura. Así, la muestra se plantea como una forma lúdica de aprender más sobre la Prehistoria y el mundo de Atapuerca.
Fuente: http://www.flickr.com/photos/evolucionhumana/sets/72157630208838298/
-Conferencia sobre enfermedades que nos afectaban hace 500.000 años.
Elvis tenía la columna llena de alteraciones degenerativas que le impedían andar correctamente. Benjamina sufrió una fusión temprana de las suturas del cráneo y el famoso Miguelón, de cuyo hallazgo se cumplen ahora dos décadas, arrastraba procesos relacionados con patologías orales como una inflamación del maxilar izquierdo que estaba activa en el momento de su muerte. Este era -contado de una forma resumidísima- el panorama de las enfermedades que acongojaban a los habitantes de la Sierra de Atapuerca hace 500.000 años.
Así lo contó ayer la investigadora de la Universidad de Alcalá de Henares Ana Gracia, en su charla Miguelón y los suyos: enfermedades y comportamientos de hace medio millón de años, que dio ayer en el Museo de la Evolución Humana (MEH) y en la que destacó que existen indicios de que aquellas personas cuidaban unas de otras: «La primera lectura que se puede hacer de la supervivencia de Elvis o Benjamina es que fue muy difícil y que alguien se ocupó de ellos. Aparece un componente altruista, social y de solidaridad de grupo tan humano, que sorprende interpretarlo en un registro tan antiguo y comprobar que ya eran unas sociedades complejas».
Ante tanto dolor físico es de suponer que estos individuos utilizaban plantas de su entorno para aliviarse pero, desafortunadamente, no se ha encontrado ningún rastro en los huesos que pueda acreditarlo. Aún así, Gracia dice que su opinión personal es que seguramente hubo sustancias con las que intentaban curarse: «Nos encantaría que hubiera algún rastro en los huesos pero no los hemos hallado».
Lo que sí saben -de hecho, fue materia de uno de los primeros artículos- es que aquella población intentaba cuidarse porque hay evidencias de que usaban algo similar a un palillo de dientes para limpiarse los restos que les quedaban. Lo que no se sabe es qué objeto usaban aunque es fácil pensar que fuera algo blando: «Tienen un surco muy peculiar y llamativo y está en fase de estudio conocer qué utilizaban para este aseo pero ni siquiera estamos seguros de que el resultado sea concluyente».
Así las cosas, es muy sencillo que los profanos piensen que aquellas personas morían muy jóvenes. Pero no. Ana Gracia reconoce que es difícil calcular la edad a la que fallecieron pero que, en el caso de Elvis, por ejemplo, creen que pudo pasar largamente de los 50 años: «Es un tópico pensar que en Atapuerca se morían jóvenes. En el caso de Miguelón, que se sabe seguro que tenía más de 35 años, tiene un desgaste muy marcado de los incisivos centrales y casi no le queda corona y esto solo puede producirse por el uso de la dentadura durante mucho tiempo, por eso estamos seguros de que era muy mayor».
No se han encontrado secuelas de los partos pero Ana Gracia sabe que hay una patología relacionada con un proceso degenerativo en las mujeres provocado por las hormonas, «aunque en Atapuerca no se ha hallado, de momento», concluye la investigadora.
Fuente: www.diariodeburgos.es
miércoles, 18 de julio de 2012
martes, 17 de julio de 2012
-El mayor misterio de la prehistoria se oculta en Atapuerca.
Artículo publicado por Eva Rodriguez en http://www.agenciasinc.es/
¿Qué sucedió en la Sima de los Huesos? ¿Cómo llegaron hasta allí los cuerpos humanos? Se barajan varias explicaciones: desastre natural, intervención de carnívoros que acumularon los cadáveres, o enterramiento funerario, entre otros. Los expertos que trabajan estos días en los yacimientos de Atapuerca emplean parte de su tiempo en desvelar este y otros misterios de la prehistoria.
El enigma mejor guardado es el de la Sima de los Huesos, donde se han hallado los restos fósiles de unos 30 individuos de Homo heidelbergensis, entre los que destaca el cráneo 5, denominado ‘Miguelón’, el más completo del registro fósil mundial y que este año cumple 20 años desde su descubrimiento. Pero la pregunta que todos tratan de resolver es ¿qué les pasó realmente?
La polémica hipótesis de Juan Luis Arsuaga, codirector de los yacimientos de Atapuerca, es que se trataría de un comportamiento simbólico e intencionado. “No encuentro otra explicación que no sea que los cadáveres fueron acumulados por otros humanos. No me importaría cambiar de opinión, pero con los datos que vamos obteniendo creo sinceramente que la explicación antrópica es la que mejor se corresponde con los hechos”.
Esta teoría, ampliamente discutida, supone atribuir conciencia a unos humanos que vivieron hace entre 600.000 y 250.000 años. Según los científicos, solo existen pruebas fehacientes de conciencia de sí mismos en los últimos 100.000 años.
La Sima de los Huesos es el yacimiento que ha proporcionado más fósiles humanos de la historia, y gracias a su estudio se conocen algunas de las costumbres, hábitos y enfermedades de los Homo heidelbergensis. Miguelón –llamado en honor al ciclista Miguel Induráin que ganó su segundo Tour de Francia el año en que fue descubierto su cráneo, 1992– pudo morir de septicemia debido a una infección en un diente que se generalizó al no ser tratada. Pero ante la ausencia de grandes traumatismos óseos surgen aún más dudas.
La evidencia humana europea más antigua
Este lugar situado en Cueva Mayor no es el único que se resiste a revelar sus secretos. En la Sima de los Elefantes –el primer yacimiento de la Trinchera del Ferrocarril que incluye además la Galería y la Gran Dolina– se descubrió en 2007 una mandíbula de 1,2 millones de años, que hizo retroceder casi medio millón de años la llegada de los primeros homínidos a Europa.
“En principio pensábamos que era un Homo antecessor,
pero los minuciosos estudios de tipo antropológico desvelan que no
podemos relacionarlo con esta especie. Tenemos que encontrar nuevos
fósiles para poder contrastarlo”, explica a SINC Eudald Carbonell,
catedrático de Prehistoria de la Universidad Rovira i Virgili y
codirector de los yacimientos. Se le ha denominado provisionalmente Homo sp.
En él trabajan durante la actual campaña el equipo de investigadores que coordina Rosa Huguet, científica del Instituto Catalán de Paleontología Humana y Evolución Social (IPHES), que está excavando en una nueva zona hasta llegar al nivel donde se encontraron los restos de más de un millón de años.
Además, los arqueólogos excavan ahora por debajo de ese nivel para evidenciar una presencia humana aún más antigua. “En Atapuerca, si algo nos sobra es antigüedad”, asegura Arsuaga. De encontrar restos humanos serían los más antiguos de todo el yacimiento y, por tanto, de Europa.
“Sabemos por el momento que hay restos paleontológicos en ese nivel, porque se han encontrado restos de animales, pero todavía no tenemos ninguna evidencia de presencia humana (industria lítica) o animales con marcas de corte”, asegura a SINC Huguet.
¿Caza selectiva en la Gran Dolina?
Hace unos 370.000 años, la mayoría de los animales que vivían cerca de Atapuerca caían por agujeros en la superficie de las cuevas y morían. Los homínidos entraban en las cavidades con herramientas para descuartizar y llevarse la carne, y dejaban los restos. De ahí que se hayan encontrado, de forma puntual, bóvidos, ciervos y caballos, entre otros. Sin embargo, una de las sorpresas en la excavación de la Gran Dolina es el hallazgo de cerca de 50.000 huesos de bisontes en el mismo nivel.
“Hemos encontrado una especie de campamento muy
especializado en la caza de bisontes. Esto sin lugar a dudas responde a
una estrategia muy selectiva por parte de los grupos humanos que
ocuparon este lugar, porque no hay otros restos de animales. Lo más
común es encontrar algún bisonte, algún rinoceronte o algún león”,
explica a SINC Andreu Ollé, investigador de la Universidad Rovira i
Virgili y uno de los dos responsables de este yacimiento.
Jordi Rosell, de la misma universidad y del IPHES, es el otro arqueólogo responsable de este yacimiento que trabaja con su equipo en otro nivel de la cueva (TD4). En este estrato han encontrado nuevas pistas que podrían ayudar a definir la especie de oso endémico de Atapuerca bautizado como Ursus dolinensis, muy cercana a un ancestro común entre el gran oso de las cavernas y los osos pardos actuales.
“Por ahora hemos encontrado un par de mandíbulas y esperamos encontrar bastantes piezas más. En los años ‘90 encontramos ejemplares más antiguos que estos, que nos servirán para conocer cómo evolucionó la especie”, apunta el científico. Los ejemplares hallados, de hace entre un millón y 800.000 años, pertenecerían a animales viejos o cachorros que perecieron durante la hibernación en la cueva, donde vivían.
Isótopos que muestran el camino
Como los osos de la Gran Dolina, los humanos que habitaron en la Sierra de Atapuerca hace entre 6.800 y 4.800 poblaron la cueva de El Mirador, que luego se utilizó como cueva sepulcral durante un tiempo. Contrariamente a otros yacimientos donde solo hay indicios de ocupaciones esporádicas (por presencia de herramientas de corte), en el yacimiento están surgiendo los restos de una sociedad agrícola ganadera. “La aparición de agricultura y la ganadería hace que exista un boom demográfico, asienta a las poblaciones y empieza la estructura de clases”, informa a SINC Josep M. Vergès Bosch, investigador del IPHES en Atapuerca.
Al igual que en el Portalón (Cueva Mayor), los fósiles encontrados cuentan historias de cómo se abandonó un estilo de vida (caza y recolección), y se empezó a producir el alimento a través de la agricultura y la ganadería. Pero para entender los cambios en la población, desde esta campaña, el estudio de isótopos está permitiendo a los científicos entender la movilidad de los grupos, además de la dieta.
“Permite saber si esos individuos se han movido, si han estado en un periodo de su vida en un lugar y luego han cambiado, o si unos se quedan en la zona donde otros están viniendo, y si hay intercambio con otros grupos. Pero hasta el momento no tenemos datos”, aclara Vergès.
A esto se añade estos días la búsqueda de ocupaciones de neandertales en la Galería de las Estatuas (Cueva Mayor), que son los restos fósiles humanos que faltarían por encontrar para completar toda la secuencia evolutiva del yacimiento, porque como sugiere Rosell: “Atapuerca registra absolutamente toda la prehistoria. Así de sencillo”.
¿Qué sucedió en la Sima de los Huesos? ¿Cómo llegaron hasta allí los cuerpos humanos? Se barajan varias explicaciones: desastre natural, intervención de carnívoros que acumularon los cadáveres, o enterramiento funerario, entre otros. Los expertos que trabajan estos días en los yacimientos de Atapuerca emplean parte de su tiempo en desvelar este y otros misterios de la prehistoria.
El enigma mejor guardado es el de la Sima de los Huesos, donde se han hallado los restos fósiles de unos 30 individuos de Homo heidelbergensis, entre los que destaca el cráneo 5, denominado ‘Miguelón’, el más completo del registro fósil mundial y que este año cumple 20 años desde su descubrimiento. Pero la pregunta que todos tratan de resolver es ¿qué les pasó realmente?
La polémica hipótesis de Juan Luis Arsuaga, codirector de los yacimientos de Atapuerca, es que se trataría de un comportamiento simbólico e intencionado. “No encuentro otra explicación que no sea que los cadáveres fueron acumulados por otros humanos. No me importaría cambiar de opinión, pero con los datos que vamos obteniendo creo sinceramente que la explicación antrópica es la que mejor se corresponde con los hechos”.
Esta teoría, ampliamente discutida, supone atribuir conciencia a unos humanos que vivieron hace entre 600.000 y 250.000 años. Según los científicos, solo existen pruebas fehacientes de conciencia de sí mismos en los últimos 100.000 años.
“En Atapuerca, si algo nos sobra es antigüedad”, dice Juan Luis Arsuaga
“Es una teoría muy arriesgada, pero por eso hacemos estudios
geológicos, para intentar averiguar cómo se han acumulado, cuáles han
sido la sucesión de procesos geológicos”, subraya a SINC Arsuaga, que
también es catedrático de Paleontología en la Universidad Complutense de
Madrid, y director del Centro UCM-ISCIII Evolución y comportamiento
Humanos.La Sima de los Huesos es el yacimiento que ha proporcionado más fósiles humanos de la historia, y gracias a su estudio se conocen algunas de las costumbres, hábitos y enfermedades de los Homo heidelbergensis. Miguelón –llamado en honor al ciclista Miguel Induráin que ganó su segundo Tour de Francia el año en que fue descubierto su cráneo, 1992– pudo morir de septicemia debido a una infección en un diente que se generalizó al no ser tratada. Pero ante la ausencia de grandes traumatismos óseos surgen aún más dudas.
La evidencia humana europea más antigua
Este lugar situado en Cueva Mayor no es el único que se resiste a revelar sus secretos. En la Sima de los Elefantes –el primer yacimiento de la Trinchera del Ferrocarril que incluye además la Galería y la Gran Dolina– se descubrió en 2007 una mandíbula de 1,2 millones de años, que hizo retroceder casi medio millón de años la llegada de los primeros homínidos a Europa.
En él trabajan durante la actual campaña el equipo de investigadores que coordina Rosa Huguet, científica del Instituto Catalán de Paleontología Humana y Evolución Social (IPHES), que está excavando en una nueva zona hasta llegar al nivel donde se encontraron los restos de más de un millón de años.
Además, los arqueólogos excavan ahora por debajo de ese nivel para evidenciar una presencia humana aún más antigua. “En Atapuerca, si algo nos sobra es antigüedad”, asegura Arsuaga. De encontrar restos humanos serían los más antiguos de todo el yacimiento y, por tanto, de Europa.
“Sabemos por el momento que hay restos paleontológicos en ese nivel, porque se han encontrado restos de animales, pero todavía no tenemos ninguna evidencia de presencia humana (industria lítica) o animales con marcas de corte”, asegura a SINC Huguet.
¿Caza selectiva en la Gran Dolina?
Hace unos 370.000 años, la mayoría de los animales que vivían cerca de Atapuerca caían por agujeros en la superficie de las cuevas y morían. Los homínidos entraban en las cavidades con herramientas para descuartizar y llevarse la carne, y dejaban los restos. De ahí que se hayan encontrado, de forma puntual, bóvidos, ciervos y caballos, entre otros. Sin embargo, una de las sorpresas en la excavación de la Gran Dolina es el hallazgo de cerca de 50.000 huesos de bisontes en el mismo nivel.
Jordi Rosell, de la misma universidad y del IPHES, es el otro arqueólogo responsable de este yacimiento que trabaja con su equipo en otro nivel de la cueva (TD4). En este estrato han encontrado nuevas pistas que podrían ayudar a definir la especie de oso endémico de Atapuerca bautizado como Ursus dolinensis, muy cercana a un ancestro común entre el gran oso de las cavernas y los osos pardos actuales.
“Por ahora hemos encontrado un par de mandíbulas y esperamos encontrar bastantes piezas más. En los años ‘90 encontramos ejemplares más antiguos que estos, que nos servirán para conocer cómo evolucionó la especie”, apunta el científico. Los ejemplares hallados, de hace entre un millón y 800.000 años, pertenecerían a animales viejos o cachorros que perecieron durante la hibernación en la cueva, donde vivían.
Isótopos que muestran el camino
Como los osos de la Gran Dolina, los humanos que habitaron en la Sierra de Atapuerca hace entre 6.800 y 4.800 poblaron la cueva de El Mirador, que luego se utilizó como cueva sepulcral durante un tiempo. Contrariamente a otros yacimientos donde solo hay indicios de ocupaciones esporádicas (por presencia de herramientas de corte), en el yacimiento están surgiendo los restos de una sociedad agrícola ganadera. “La aparición de agricultura y la ganadería hace que exista un boom demográfico, asienta a las poblaciones y empieza la estructura de clases”, informa a SINC Josep M. Vergès Bosch, investigador del IPHES en Atapuerca.
Al igual que en el Portalón (Cueva Mayor), los fósiles encontrados cuentan historias de cómo se abandonó un estilo de vida (caza y recolección), y se empezó a producir el alimento a través de la agricultura y la ganadería. Pero para entender los cambios en la población, desde esta campaña, el estudio de isótopos está permitiendo a los científicos entender la movilidad de los grupos, además de la dieta.
“Permite saber si esos individuos se han movido, si han estado en un periodo de su vida en un lugar y luego han cambiado, o si unos se quedan en la zona donde otros están viniendo, y si hay intercambio con otros grupos. Pero hasta el momento no tenemos datos”, aclara Vergès.
A esto se añade estos días la búsqueda de ocupaciones de neandertales en la Galería de las Estatuas (Cueva Mayor), que son los restos fósiles humanos que faltarían por encontrar para completar toda la secuencia evolutiva del yacimiento, porque como sugiere Rosell: “Atapuerca registra absolutamente toda la prehistoria. Así de sencillo”.
lunes, 16 de julio de 2012
jueves, 12 de julio de 2012
-Perspectivas de la campaña de excavaciones 2012.
El equipo de investigación de Atapuerca está convencido de que encontrará restos humanos de más de 1,2 millones de años en el yacimiento de la Sima del Elefante, lo que les convertiría en los más antiguos de Europa.
Durante esta campaña han comenzado a excavar por debajo del nivel TD9 en el que se encontró una mandíbula de 1,2 millones, que ya se determinó que correspondería al primer europeo aunque no ha podido atribuir a una especie concreta. Los investigadores han tenido que derribar un gran bloque de piedra para poder llegar a esos niveles más antiguos.
«Hemos dejado la excavación antigua para centrarnos en la parte del yacimiento situada debajo del puente y unificar las dos partes. Queremos ver si aparecen más restos humanos asociados a industria lítica y huesos con marcas de corte que nos informen claramente que la presencia humana continúa. También estamos excavando en un rincón en el nivel TD7, que es más antiguo, para ver si podemos evidenciar si hay presencia humana más antigua de 1,2 millones de años», indicó la responsable del yacimiento, Rosa Huget.
Por el momento, no se dispone de una datación exacta, pero se han encontrado restos de animales más antiguos y ahora el siguiente paso sería hallar fósiles humanos. «No sabemos si el nivel es 200.000 ó 300.000 años más antiguo que en el que se encontró la mandíbula, pero sabemos que hay restos paleontológicos. Por ahora, no hay evidencias de restos humanos ni de industria, pero llevamos pocos días de excavación», añadió la investigadora.
Aunque en un principio la mandíbula del homínido más antiguo de la Europa occidental se atribuyó a la especie Homo antecessor, posteriores investigaciones pusieron de manifiesto que no era así y se la calificó de Homo SP (especie indeterminada).
El codirector de los yacimientos, Eudald Carbonell, reconoció ayer que será muy «difícil» realizar precisiones sobre la especie si no aparecen más restos fósiles, mientras que Juan Luis Arsuaga, otro de los codirectores, señaló, a título personal, que está convencido de que puede tratarse de un Homo Erectus.
Por lo que se refiere al yacimiento de Gran Dolina, los investigadores han vuelto a excavar en el nivel TD4, donde se han encontrado piezas de cuarcita que indican que hace 1 millón de años los homínidos seguían habitando la Sierra de Atapuerca. También se han hallado más fósiles de oso de la especie Ursus Dolinensis, el ancestro común entre los osos pardos actuales y el oso de las cavernas. «Tenemos dos mandíbulas y aparecerán bastantes piezas, lo que nos permitirá conocer más sobre la evolución del animal», indicó el investigador Jordi Rossel.
También se trabaja en la parte superior con cronologías de entre 350.000 y 500.000 años. Por el momento, en esta campaña se han encontrado dos bifaces de cuarcita que permitirán conocer el modo de vida de estos homínidos, los mismos que los de la Sima de los Huesos. «Es una tecnología Achelense que también utilizaban los homínidos de la Sima de los Huesos y Galería para cazar», indicó Andreu Ollé.
También avanza a buen ritmo la excavación en el yacimiento de Galería, cuya cronología es de 250.000 años. Fue ocupada por el Homo heidelbergensis como trampa para cazar animales, que descuartizaban allí mismo. Los investigadores han escaneado la cueva para conocer cómo utilizaban el espacio. No se descarta hacerla visitable para el público.
La singularidad de los yacimientos de Atapuerca es que registran en su interior toda la Prehistoria al permitir estudiar el modo de vista de desde hace 1,2 millones de años a 100.000 años.
Fuente: www.diariodeburgos.es
miércoles, 11 de julio de 2012
-Descubren 8 nuevos individuos en un enterramiento colectivo de El Mirador.
Los investigadores de los yacimientos arqueológicos de la Sierra de Atapuerca han descubierto ocho nuevos individuos en el sepulcro colectivo de la cueva de El Mirador, que presentan un "muy buen" estado de conservación.
Se trata de una zona del enterramiento "muy bien conservada", gracias a las características del enclave, en la que se han encontrado, al menos, ocho nuevos individuos con una antigüedad de entre 4.300 y 4.400 años, según ha explicado este martes el investigador, Josep María Vergés, que participa en la campaña de excavaciones de 2012.
Las primeras investigaciones, han desvelado que el sepulcro se utilizó durante un tiempo "relativamente largo" como zona de enterramiento de toda una comunidad o familia, dado el alto nivel de restos hallados desde que se iniciaron las excavaciones en el sepulcro.
Pese a que este tipo de yacimiento es "común" en la península Ibérica y varios países de Europa, las características del sepulcro burgalés permitirán extraer una información valiosa para conocer más sobre la población de la sierra de Atapuerca, sus ritos sepulcrales y ofrendas.
La excavación del enterramiento será "lenta" y "rigurosa", para profundizar en cada uno de sus detalles y, de este modo, completar la información que se tiene acerca de la época.
En estos momentos, los investigadores se encuentran documentando los restos gracias a un escáner de planta que, junto a un escáner de laboratorio, facilitará la realización de un estudio concreto sobre el sepulcro y la distribución exacta de los individuos hallados.
En ese mismo lugar, se han encontrado cuencos semiesféricos y varias conchas aunque, por el momento, no se ha hallado ningún enterramiento infantil, lo que ha sorprendido a los propios expertos, dado el alto índice de mortalidad de la época.
En 2009, un sondeo en el centro de El Mirador determinó el potencial del yacimiento, en el que el pasado año se encontró el enterramiento individual de una mujer de quince años, y en el que los investigadores creen que se hallarán "sorpresas" en el futuro, dadas las numerosas galerías que penetran hacia el interior de la cueva.
Fuente: www.diariodeburgos.es
martes, 10 de julio de 2012
-Dos parques eólicos ponen en peligro una mina prehistórica.
Científicos del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana
(Cenieh) y de la Universidad del País Vasco mueven Roma con Santiago
para intentar paralizar la puesta en marcha de los parques eólicos
Castilletes I y II en el Monte de Araico, en Treviño. Es una instalación
eólica de seis aerogeneradores que se ubican en un área que se ha
definido, según los primeros estudios realizados por ambas
instituciones, como la segunda mina prehistórica más antigua de Europa.
«Se trata de un yacimiento que se sale de los parámetros habituales pero
por su rareza y contribución a la Prehistoria debería intentar
conservarse», asegura el científico del Cenieh, Andoni Tarriño. Un asta
de ciervo y un resto de madera carbonizada han puesto fecha a esta mina:
6.000 años de antigüedad. Es un espacio neolítico similar al de Casa
Montero en Madrid que en 2003 obligó a parar y replantear las obras de
la M-40. Los científicos ya han presentado las alegaciones pertinentes a
la instalación de estas 12 torres, dos de ellas previstas en el mismo
espacio donde se ha realizado el sondeo arqueológico. Al mismo tiempo se
tramita la solicitud de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC)
porque, a pesar de contar con evidencias de presencia prehistórica en la
zona desde los años 50, no figura como terreno de valor arqueológico.
Los estudios científicos aún están en ciernes. En otoño del año pasado se realizó una prospección arqueológica de cuatro metros cuadrados de superficie y presenta cuatro metros de profundidad. Por el momento el equipo ha alcanzado los 2,5 metros en un espacio donde se han extraído 3.000 piezas entre ellas percutores, picos y cuñas dedicados a la extracción minera que en la zona se hace desde el Neolítico, y otras piezas más comunes en contextos prehistóricos como raederas, raspadores o denticulados.
El trabajo de los científicos es contrarreloj para determinar fehacientemente estos indicios de la mina más antigua de España. «Aquello es descomunal, es todo muy sutil porque está en zanjas que con el tiempo se ha enmascarado con la erosión y la montaña pero cuando te detienes a analizarlo ves los agujeros y las zanjas y te das cuenta de lo que es», apunta. Afirma que la presencia de sílex es «descomunal, hay por todas partes». Se trata de un área que Tarriño ya inspeccionó hace 20 años. Especialista en determinar la procedencia geológica de las herramientas de piedra que aparecen en los yacimientos prehistóricos, sabía de la existencia de sílex en diferentes áreas procedentes de Treviño aunque no se había identificado el punto de origen. Las caraterísticas de la composición del sílex del Monte de Araico evidencian que es éste. Un tipo de roca que los prehistóricos desperdigaron por diferentes yacimientos separados entre Asturias y el suroeste de Francia. Entre los usuarios de este material de Treviño, los hombres que vivieron en las Cuevas de Altamira. «Miles y miles de años usándolo, pasa el tiempo y cuando caemos en la cuenta de lo que es vienen a instalar estos aerogeneradores...» se lamenta Tarriño.
Fuente: Marta Casado www.elcorreodeburgos.com
Los estudios científicos aún están en ciernes. En otoño del año pasado se realizó una prospección arqueológica de cuatro metros cuadrados de superficie y presenta cuatro metros de profundidad. Por el momento el equipo ha alcanzado los 2,5 metros en un espacio donde se han extraído 3.000 piezas entre ellas percutores, picos y cuñas dedicados a la extracción minera que en la zona se hace desde el Neolítico, y otras piezas más comunes en contextos prehistóricos como raederas, raspadores o denticulados.
El trabajo de los científicos es contrarreloj para determinar fehacientemente estos indicios de la mina más antigua de España. «Aquello es descomunal, es todo muy sutil porque está en zanjas que con el tiempo se ha enmascarado con la erosión y la montaña pero cuando te detienes a analizarlo ves los agujeros y las zanjas y te das cuenta de lo que es», apunta. Afirma que la presencia de sílex es «descomunal, hay por todas partes». Se trata de un área que Tarriño ya inspeccionó hace 20 años. Especialista en determinar la procedencia geológica de las herramientas de piedra que aparecen en los yacimientos prehistóricos, sabía de la existencia de sílex en diferentes áreas procedentes de Treviño aunque no se había identificado el punto de origen. Las caraterísticas de la composición del sílex del Monte de Araico evidencian que es éste. Un tipo de roca que los prehistóricos desperdigaron por diferentes yacimientos separados entre Asturias y el suroeste de Francia. Entre los usuarios de este material de Treviño, los hombres que vivieron en las Cuevas de Altamira. «Miles y miles de años usándolo, pasa el tiempo y cuando caemos en la cuenta de lo que es vienen a instalar estos aerogeneradores...» se lamenta Tarriño.
Fuente: Marta Casado www.elcorreodeburgos.com
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