El
Museo de la Evolución Humana acoge desde ayer, en la Sala de Pieza
Única, la exposición temporal ‘La Sima de los Osos’, que muestra un
cráneo de oso de más de 400.000 años y una magnífica escultura de un
individuo adulto de la misma especie, antepasada de los osos de las
cavernas. Ambas piezas están acompañadas de un audiovisual que narra la
larga aventura que hubo que recorrer para que estos restos fósiles hayan
llegado a nosotros. La Sima de los Huesos es, sobre todo, la Sima de
los Osos, ya que a lo largo del tiempo cayeron a ella muchos osos que
hibernaban en la Cueva Mayor de Atapuerca. Gracias a la abundancia de
fósiles de todas las partes esqueléticas se han podido llegar a conocer y
a establecer los rasgos distintivos de la especie ‘Ursus deningeri’.
La Sala muestra también una original escultura de un ejemplar erguido
sobre sus patas traseras, de gran fuerza plástica, realizada por Sonia
Cabello, profesora de escultura en la Facultad de Bellas Artes de la
Universidad Complutense de Madrid y que ha sido concebida con un
impecable rigor científico a partir del asesoramiento de las Dras.
Nuria García y Elena Santos. Asimismo, por medio de un audiovisual
realizado por Javier Trueba, los espectadores podrán adentrarse en la
Sima de los Huesos y contemplar, en su entorno, los vestigios dejados
por los osos -zarpazos, camas-, así como el proceso de excavación y el
trabajo de laboratorio de limpieza y estabilización de los fósiles; en
suma, todo aquello que ha hecho posible que el cráneo haya llegado en
magníficas condiciones.
«Hemos querido combinar el rigor con el arte» sentenció durante la
presentación de la muestra Juan Luis Arsuaga, director del MEH, quien
entiende que el público que acceda a la exposición en la sala 1 del MEH
podrá conocer un poco más de un «lugar mágico» y «algo desconocido». «Es
un sitio en el que los fósiles se han convertido en leyenda» matizó. En
ese intento, la Sima de los Osos adentra al espectador en el interior
de un espacio que no es visitable al público y en el que se han
adentrado escasos medios de comunicación. Solos los más privilegiados
conocen los recovecos de un yacimiento que en sus inicios se conocía
como ‘El Silo’ y que solo paso a llamarse Sima de los Huesos cuando
aparecieron los primeros restos de la especie Homo Heilderbergensis.
«Antes era solo la Sima de los Huesos», aseveró el también director de
este yacimiento.
Para visitantes más especializados o con curiosidad científica habrá
explicaciones -sencillas pero rigurosas- de la estirpe de estos osos, de
sus familiares más cercanos y del tronco del que proceden. Un breve
espacio en el que se mostrarán los resultados de las líneas de
investigación más recientes, como los obtenidos en biología molecular o
los de determinación de rasgos para establecer los linajes de los
distintos tipos de oso, fundamentalmente a partir de imágenes
radiográficas -TAC-.
En el año 1999, en el fondo de la Sima de los Huesos, a unos quinientos
metros de la entrada de Cueva Mayor, se descubrió un cráneo
prácticamente completo de un ‘Ursus deningeri’, la especie de oso que
habitaba en el Pleistoceno Medio en la Sierra de Atapuerca. El oso al
que pertenecía este cráneo cayó al fondo de la Sima, como tantos otros,
probablemente mientras, desorientado, buscaba la salida de la cueva al
salir de la hibernación. Esta especie de úrsido vivió en Europa y Asia
en la época central de un periodo geológico conocido como Pleistoceno
Medio. La mayor parte de su registro fósil se concentra entre hace unos
600.000 años y hace aproximadamente un cuarto de millón de años. El
gigantesco oso de las cavernas sobrevivió a los neandertales y fue
pintado por los artistas del Paleolítico superior, pero desapareció
durante la última glaciación. Hoy solo habitan en Europa los osos
pardos.
Fuente: http://www.diariodeburgos.es/noticia/Z98D46733-D05C-6198-E0760804AD1C2A5C/20150730/resurreccion/oso
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