La Fundación del
Patrimonio Histórico cuenta ya con los primeros datos que se extraen de
su segunda campaña arqueológica en el castillo de Castrojeriz, asociada a
la rehabilitación de la fortaleza, que también en curso. La excavación
se ha centrado en una superficie de 600 metros cuadrados, en el patio de
armas y las torres. El desescombro de las torres ha alcanzado los 8
metros de profundidad y entre los restos arqueológicos hallados destacan
veinte proyectiles de piedra de unos 40 cm de diámetro y varias fichas
de juego cuadradas, de hueso, pintadas por una de sus caras. Los
arqueólogos han encontrado también muchas placas de hierro con remaches
de bronce, posiblemente de puertas.
La excavación en el patio de armas confirma y completa la información
en la campaña anterior, cuando se descubrió una calle enlosada que
recorre el patio de norte a sur. A un lado de esta calle hay varias
dependencias comunicadas, con hornos y fogones que indican su uso
doméstico. Al otro, las dependencias tienen doble altura. Los
arqueólogos creen que debieron de ser pabellones para la servidumbre y
los hombres de armas. Aquí, junto a la escalera de acceso a las torres,
hay un aljibe, construido entre el siglo XVII y el XVIII, con bóveda y
muros muy potentes enfoscados con mortero.
Además del estudio arqueológico, se han leído los
muros para interpretar la secuencia constructiva, desde el siglo IX
hasta su abandono en época contemporánea. Los de la torre oeste denotan
una construcción acelerada, seguramente por la presión de las continuas
incursiones musulmanas en el siglo IX. Esta torre se asienta sobre un
cimiento anterior de opus caementicium, hormigón romano compuesto de
mortero y guijarros, y se construyó reutilizando sillería también de
época romana.
La torre este fue una gran construcción de cinco plantas, rematada con
almenas. Los arqueólogos han documentado cuatro nuevas ventanas saeteras
y confirman que no hay puertas en las tres plantas inferiores, lo que
apunta a la clara función defensiva del imponente torreón, construido en
una época convulsa -s. XI-XII- de luchas entre los reinos de Castilla y
Navarra.
La torre central o del homenaje se hizo entre los siglos XIII y XIV.
Tenía tres plantas, la superior, de dos cuerpos, con ventanas amplias y
bóvedas de crucería, y tendría un uso señorial. Se transformó en las
obras de fortificación del siglo XV y en el XVI construyeron una cuarta
planta. En su sótano, hay otro depósito de agua subterráneo, con paredes
de ladrillo y bóveda de cañón de sillería. Este aljibe, probablemente,
anterior a la construcción de la torre, está bajo el patio de armas,
pero quedó oculto por las numerosas modificaciones, recrecidos y
enlosados.
Esta es la segunda investigación arqueológica en el castillo de
Castrojeriz. En 2009, excavó unos 300 m2, en el patio de armas y las
lizas, sur y este, y extrajo datos importantes para la redacción del
proyecto de rehabilitación.
El abandono del edificio, el hundimiento de cubiertas y
forjados hasta su desaparición, la agresión atmosférica que erosiona la
ladera y las fábricas y el expolio han causado el estado de ruina que
hoy presenta el castillo de Castrojeriz. Varios tramos del muro están
descarnados y desprotegidos, dejando vía libre a la entrada de agua. Los
cimientos de la torre llamada albarrana y de la esquina norte de la
muralla principal del patio de armas están al aire, con tramos de muros
vencidos y descolgados. Los peldaños de la escalera del cuerpo central
están cubiertos de vegetación y desgastados, los muros, desplomados, y
se observan pérdidas en jambas, dinteles y dovelas de los vanos que aún
se conservan.
La FPH plantea estabilizar y conservar las estructuras que permanecen
en pie y facilitar que puedan ser visitadas de forma segura. La
intervención proyectada busca consolidar los elementos más
significativos: las tres torres que integran su cuerpo principal. Está
previsto estabilizar la ladera de la esquina norte y la torre y cerrar
el patio de armas al norte. También se define el perímetro y volumen de
las defensas exteriores de la fortaleza, además de desescombrar el patio
y otros espacios y acondicionarlos para que se puedan transitar.
El seguimiento arqueológico de las obras y la instalación de señales
informativas para hacer más fácil el recorrido por el castillo,
completan este capítulo. Una vez concluya la intervención, el
ayuntamiento gestionará las visitas.
Fuente: www.diariodeburgos.es
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