La IX Campaña de Excavaciones Paleontológicas en la Sierra de la Demanda ha obtenido buenos resultados tanto en el terreno de la paleobotánica como en el de las icnitas. Por un lado, se han registrado numerosos fósiles de distintas especies de plantas, destacando la presencia de angiospermas (plantas con flores). Y por otro, han aparecido un centenar de huellas de dinosaurios bien conservadas entre las que destaca un rastro de saurópodo compuesto por varias pisadas de manos y pies.
Los trabajos se desarrollaron del 18 al 31 de julio y se dividieron en dos fases, una de paleobotánica y otra de huellas de dinosaurios, ambas de una semana de duración cada una. La primera se enmarca dentro del proyecto Paleoflora de los ecosistemas cretácicos en la provincia de Burgos, que promueve la Junta desde el año 2008 para reconstruir el paisaje vegetal de los dinosaurios.
El balance que hace de la campaña y, sobre todo, de la primera fase, su director, Fidel Torcida, es «muy positivo» porque hay una variedad muy alta de plantas. Se han recuperado tallos y hojas de helechos, equisetales y coníferas, así como granos de polen. Pero lo más interesante para este experto es la aparición de angiospermas. «Estas plantas son muy primitivas y estaban compitiendo con las gimnospermas en un momento clave de esa lucha en el periodo cretácico. Esta batalla finalmente la ganaron las angiospermas o plantas con flores», explica.
Los fósiles de las angiospermas de la Sierra de la Demanda son de los más antiguos encontrados en la Península Ibérica. Esta fase de paleobotánica se ha desarrollado en los yacimientos de Horcajuelos, en las proximidades de Salas, y Vallazmorra, en el barrio silense de Hortezuelos, y ha sido coorganizada por la Universidad de Vigo. Asimismo, estos trabajos se han completado con labores de prospección en una amplia zona de la comarca serrana para buscar nuevos yacimientos sacados a la luz por la erosión o recuperar los fósiles en peligro de destrucción.
En este sentido, Fidel Torcida subraya la importancia de un yacimiento de Rabanera del Pinar del que se tenía constancia y sobre el que se quiere profundizar. Todo parece indicar que será objeto de atención en la campaña del próximo año.
Con respecto a la fase de las icnitas de dinosaurios, cabe destacar que se han encontrado restos bien conservados de huellas en el macroyacimiento cercano a Quintanilla de la Viñas. Este año se ha trabajado en los afloramientos conocidos como Las Sereas 6 y 7, con una antigüedad de 144 millones de años. «Las icnitas poseen detalles anatómicos, por ejemplo, en los dedos que no aparecen en otros sitios», comenta el director de la campaña.
Entre todo lo encontrado destacan dos rastros de terópodos de tamaño grande y, especialmente, uno de saurópodo. Respecto a este gran herbívoro, las pisadas de pies y manos están muy bien conservadas con rebordes de barro fosilizado que las patas del dinosaurio removieron al penetrar en el suelo fangoso de la laguna.
Todos estos hallazgos de huellas, que llegan al centenar, completan los del año anterior y permiten «reconstruir ese escenario de las orillas de un gran lago y desentrañar poco a poco lo que ocurrió en ese momento y cómo se relacionaban los dinosaurios entre ellos», explica Torcida.
La organización de esta campaña ha corrido a cargo del Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas, la Fundación para el Estudio de los Dinosaurios y el Museo de los Dinosaurios de Salas. En estas excavaciones han participado cerca de treinta personas en el trabajo de campo y procedentes de diferentes ciudades españolas y también de México y Francia.
Fuente: diariodeburgos.es
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