jueves, 15 de octubre de 2009

-Huellas de dinosaurios en Salas de los Infantes.


La comarca de Salas de los Infantes cuenta con importantes yacimientos paleontológicos. Cronológicamente, el primero es el de Cantera Cavila; allí, en una potente serie de calizas bien estratificadas, encontramos sedimentos del Jurásico Inferior, depositados entre hace 160 y 140 millones de años cuando esta zona estuvo sumergida bajo el mar. Destaca su enorme riqueza fosilífera, siendo rico en Ammonites, Belemnites e incluso reptiles marinos como el Ictiosaurio.

Relacionado con los dinosaurios, Salas cuenta con dos yacimientos, ambos con sus huellas: Costalomo y Peña Uñor. En Costalomo encontramos rastros de dinosaurios carnívoros y herbívoros. Durante julio de 2003 se han realizado excavaciones de dinosaurios datados en el intervalo del Jurásico superior al Cretácico Inferior, con una antigüedad de entre 140 y 120 millones de años. Las excavaciones han sido organizadas por el Colectivo Arqueológico Paleontológico de Salas (CAS).


El dinosaurio que se ha excavado en La Revilla-Ahedo es un rebaquisáurido, herbívoro cuadrúpedo de cuello y cola largos. Al espécimen de este yacimiento se le ha calculado unos 12 metros de longitud en base a su fémur, de más de un metro de altura, expuesto en el Museo de Dinosaurios de Salas.
Este dinosaurio tiene un indudable valor científico ya que sólo se habían encontrado sus restos en África y Sudamérica, por lo que el ejemplar burgalés apoya una hipótesis que postula que hubo una conexión terrestre entre estos tres continentes en algún momento del Cretácico Inferior.
Además, el rebaquisáurido de La Revilla es varios millones de años más antiguo que sus parientes africanos y sudamericanos, siendo el primer representante conocido de esta familia de dinosaurios.


El yacimiento de Tenadas de Costalomo fue el primer lugar en que se citan huellas de dinosaurios en la provincia de Burgos y ha sido objeto de diversas publicaciones científicas.
Hay una característica que hace realmente especial a Costalomo y es el modo en cómo se han conservado las huellas. No están hundidas en la roca sino que sobresalen del estrato como relieves redondeados. Imaginemos un dinosaurio a la orilla de un río pisando sobre barro muy blando y plástico, y bajo éste, una capa de arenas. El animal hunde su pie en el fango, llegando a contactar con las arenas inferiores. Debido a la textura del barro el dinosaurio no ‘rompe’ su huella al sacar el pie, sino que lo retira hacía atrás dejando su molde en el barro. Tras esto nuevas arenas cubren el fango rellenando las huellas. Las arenas, una vez consoliden, llegarán a soldarse con la capa de arenas inferiores, que sujetarán la huella.

Millones de años después la erosión hace aflorar las primeras huellas en Costalomo, que actualmente no tienen paralelismos conocidos en ninguna otra parte del mundo.


Fuente: sierradelademanda.com

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