Las excavaciones arqueológicas realizadas en la calle de Las Murallas, en la capital burgalesa, han dejado al descubierto una parte de la vieja muralla medieval de la ciudad, restos de cerámica de origen judío, así como esqueletos y artillería de la Guerra de la Independencia (1808-1812)
Las excavaciones, visitadas hoy por el alcalde en funciones, Javier Lacalle, son previas al acometimiento de obras unas obras de peatonalización y preceptivas por tratarse de una zona del centro histórico de especial protección. "Se han encontrado restos muy importantes que permiten conocer un poco más de nosotros mismos", consideró Lacalle.
Se trata de una zona delimitada por el Plan Especial del Centro Histórico como de "especial protección arqueológica", lo que llevó a redactar el proyecto de intervención, con una inversión de 400.000 euros. Este espacio era conocido como "Villaviejas", núcleo original del Burgos altomedieval donde confluyeron las comunidades cristiana, islámica y judía, aunque está última fue la que tuvo en esta zona una mayor presencia. Se han recuperado diversos fragmentos de "hanuquillas", cerámicas relacionadas con la fiesta hebrea del Hanuka, así como restos de yeserías artísticamente trabajadas. "Se cree que en este lugar estaba ubicada la famosa judería de la ciudad de Burgos", precisó Lacalle.
En la zona media de la calle también ha salido a la luz un lienzo de 95 metros lineales de muralla, y se han desenterrado tres pequeños cubos semicirculares. Ha aparecido además una puerta en el punto más elevado de la muralla que podría tratarse de un acceso vinculado a la judería. También se han encontrado restos vinculados a la Guerra de la Independencia, ya que entre 1808 y 1812 la fortificación de Burgos tuvo un gran interés militar para las tropas napoleónicas. Se han desenterrado esqueletos de soldados sorprendidos por el fuego francés a pie de muralla y se han hallado restos de balas de cañón, algunas sin explosionar, y abundantes restos de artillería. Los cadáveres de estos soldados encontrados, según denuncias de los vecinos recogidas en las actas municipales, no fueron en su momento retirados del frente, quedando expuestos a la intemperie y siendo desmembrados por perros y otras alimañas, tal y como se ha evidenciado durante la intervención arqueológica. "Este fue el lugar protagonista, la zona cero, de los ataques de reconquista del general Wellington y del general Castaños hacia la fortaleza del Castillo cuando en este lugar se atrincheró el Ejército francés", señaló el alcalde en funciones.
Según Javier Lacalle, el Ayuntamiento recibirá en unos dos meses la memoria arqueológica de las excavaciones y decidirá el destino de los hallazgos.
Fuente: Diario de Burgos
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