sábado, 16 de noviembre de 2019

-Exposición 'Burgos, legua cero del viaje de Magallanes-Elcano' .

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Adentrarse estos días en la sala de exposiciones del Fórum es como zambullirse en una novela de Stevenson o de Salgari, o hacerlo directamente en una de las más fabulosas aventuras, la de la propia Historia, a través de uno de sus capítulos más fascinantes, que se escribió -como tantos- con ‘letra’ burgalesa. La epopeya de circunnavegar el globo terráqueo, gesta de la que se están cumpliendo quinientos años, es honrada en una exposición espléndida que tiene el mejor reclamo posible: de la fantástica proa que ha creado el totémico Cristino para la ocasión no se puede salir indemne. Ese hallazgo de acero, además de un acierto absoluto que rebosa talento, es un símbolo poderoso: vestigio marítimo varado en el corazón de Castilla, recuerda que esta fue la ciudad desde la que se dirigieron numerosas singladuras transoceánicas.

Y, desde luego, la ciudad sin la que no podría comprenderse aquella hazaña sin parangón. Por eso la exposición organizada por la Fundación VIII Centenario de la Catedral es pertinente: Burgos no podía quedar al margen de los actos y celebraciones que llevan meses desarrollándose aquí y allá, obviando injustamente a la metrópoli que impulsó y facilitó la primera vuelta al mundo de la historia. La exposición, muy bien estructurada, comienza por el origen, concretamente por un personaje sin el que no podría comprenderse cuanto vino después: Isabel la Católica. El espléndido retrato que le hizo Juan de Flandes y que perteneció a la Cartuja abre la muestra. Con ella empezó todo: bajo su reinado, se impulsó el viaje de Cristóbal Colón que le habría de llevar a descubrir el Nuevo Mundo. Junto al retrato de la Católica puede contemplarse la espada y el testamento de ésta, así como el bellísimo oratorio portátil de los Condestables de Castilla, con el escudo de Portugal, otra reino clave en la epopeya transoceánica.

Al cabo nos adentramos en el floreciente Burgos del siglo XVI, esa urbe cosmopolita y deslumbrante en la que coinciden los mejores artistas, los mejores comerciantes y los más poderosos hombres de finanzas. Destacan en la exposición los espléndidos relieves de Hernando de Castro y Juana García de Castro procedentes de San Gil, así como legajos del Consulado del Mar y de la Universidad de Cónsules; una caja de caudales, una Vara de Castilla o Vara de Burgos, letras de cambio, libros de contabilidad, balanzas y un fantástico mapa de las costas y el mar de Castilla, firmado por Pedro de Teixeira, muestran al visitante la pujanza que explica por qué buena parte de los dineros con que se finació el proyecto de Magallanes salió de Burgos.

Así, junto a valiosas piezas artística de la época -como una navata de plata o un copón de Nuremberg procedentes de la Catedral de Burgos, una Virgen con Niño y San Juanito, espectacular pieza esculpida en mármol de Carrara o un San Sebastián de Siloe, se exhibe el busto orante de uno de los principales protagonistas de la historia de la primera circunnavegación del globo terráqueo: Cristóbal de Haro, el comerciante que financió buena parte de expedición encabezada por el navegante portugués Magallanes. También, en el mismo espacio expositivo, pueden contemplarse piezas pertenecientes a otro personaje esencial de este episodio histórico: el obispo Fonseca. Su cáliz y su libro de horas muestran el poder y la influencia que tuvo el prelado, sin cuyas dotes de persuasión jamás hubiese emprendido el emperador Carlos aquella aventura insólita.

Héroes de la epopeya. Retratos de Colón o los Pinzón, cartas y el testamento del almirante genovés, un mapa de la Especiería y de Juan de la Cosa, una reproducción de la nao Victoria (la que dio la vuelta al mundo con Elcano al frente), un cuadrante, un astrolabio, un globo terrestre y otro celeste remiten a la estirpe marina de la epopeya, que se completa con todos los aparejos y las armas sin los que jamás se hubiese podido emprender tamaña empresa. El remate de la muestra, amén del vídeo ilustrativo, que puede verse cual si se estuviera en la bodega de uno de aquellos barcos, es la referencia a todos los burgaleses que participaron en la expedición: Gonzalo Gómez de Espinosa, natural de Espinosa de los Monteros, alguacil mayor de la Armada, capitán de la nao Trinidad a la muerte de Magallanes; Francisco de Espinosa, natural de Brizuela, muerto junto a Magallanes en combate con los indios de Mactán en 1521; Pedro Gómez, criado de Gonzalo Gómez de Espinosa, natural de Hornilla y asesinado también en Mactán; Juan de Cartagena, capitán y veedor general de Armada, natural de Burgos, capitán de la nao San Antonio y líder del motín contra Magallanes; Gerónimo Guerra, natural de Burgos, enrolado en la Nao San Antonio; Alonso del Río, natural de Burgos, criado de Juan de Cartagena; Pedro de Valpuesta, natural de Burgos, enrolado en la nao San Antonio; Juan de Sagredo, merino natural de Revenga, muerto en Malaca en 1525; y Juan Gómez de Espinosa, criado del contador Antonio de Coca, natural de Espinosa.

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