Fuente:http://www.elcorreodeburgos.com/
El trabajo en la zona superior de la Sierra de Atapuerca se
multiplica campaña tras campaña pero nunca ha sido tan evidente como
este año. Tras ganar un yacimiento enorme en Cueva Fantasma con los
ansiados restos de neandertal ahora la parte más alta de la sierra, las
cavidades del sector meridional del Monte de San Vicente, empiezan a
reclamar su hueco. Son los yacimientos de Mirador y Paredeja.
En
el primero se trabaja desde los años 90. Se inició un sondeo que se
convirtió en un pozo de 22 metros en busca de neandertales. No tocaron
el techo de la cavidad porque cuando fue inseguro se cerró.
Cambiaron de estrategia y se abrieron dos espacios en los laterales
de la cueva ya que el equipo se mostraba convencido de estar en la
entrada de un complejo interno de galerías colmatado hasta el techo.
«Nuestra hipótesis es que Mirador es la entrada a un sistema similar al
de Portalón pero se colmató hasta el techo. Por eso hicimos sondeos
escalonados entre el techo y la pared para busca la conexión y, de
momento, la cosa va bien porque la cueva se abre, no se cierra, y
podemos seguir bajando porque hay recorrido», señala el coordinador del
yacimiento, Josep María Vergés.
Explica, además, que «si realmente es un sistema, estamos en las cotas altas y podíamos encontrar ocupaciones muy antiguas».
En cuanto a la Paredeja, se empezó a analizar el año pasado. Un
pequeño espacio en la pared que dejó abierta una cantera, de las muchas
que hay en la zona. «El año pasado limpiamos el corte e hicimos unos
escalones para verificar el depósito, pero hemos descubierto que en
realidad es una cueva que se ha colmatado y que la cantera ha dejado al
descubierto», explica la responsable de los trabajos, Marta Navazo. De
esta manera, en los trabajos que se siguen desarrollando y que han
cambiado totalmente la zona, se han descubierto tres grandes paquetes,
aunque de momento solo se trabaja en uno.
También están
realizado trabajos con maquinaria pesada porque «nos han aparecido
bloques muy grandes y estamos eliminándolos para ver si hay niveles
arqueológicos por debajo ya que el sondeo previo parece que bajaba
bastante». En la próxima campaña tratarán de analizar la profundidad de
la Paredeja para abordar si se excava en extensión como un yacimiento
tradicional al estilo de Dolina y Fantasma. «Aquí están mirando hacia el
Arlanzón, debajo justo de la Cueva del Mirador y es como otro complejo
que se diferencia un poco en las herramientas y material que fabrican
aquí y nos complementa con los yacimientos de esta cronología que
tenemos en la sierra en la zona del río Pico y en Trinchera», explica la
profesora de la UBU.
De sepulcro a redil
La cueva de Mirador, además
de intentar abrir el interior de las galerías, obtiene al mismo tiempo
un importante registro. Ahora trabajan en niveles Neolíticos en las dos
áreas de excavación (en la fase final del periodo con 5.700 años y otro
antiguo de 6.700 años). Las dos se usan como redil de ganado,
principalmente cabras y ovejas aunque han aparecido restos de caballo
salvaje. «Este yacimiento es famoso por ser una de las mejores cuevas
redil de la península a nivel de registro», explica Vergés.
La
información que aporta sobre el pastoreo entre los primeros ganaderos de
la historia pero que «no ha cambiado mucho frente a lo que ha nos ha
llegado a nosotros». Entre las diferencias está la gestión del estiércol
que ellos quemaban pero ahora se utiliza como fertilizante. Sí
coinciden prácticas como la separación de hembras gestantes o recién
paridas organizando los espacios de la cueva. Otra práctica que se
mantiene es el ramoneo.
Los pastores de Mirador recogían ramas
de la zona que conservaban para dar a los animales en momentos donde no
podían salir a pastar. Una práctica conocida en la cuenca mediterránea y
en la península ibérica. «Estamos viendo que las prácticas ganaderas de
la actualidad tienen su origen en el Neolítico», señala Vergé.
Los estudios se suceden. Un grupo de químicos del País Vasco analizan
el estiércol donde localizan progesterona la hormona asociada al parto y
que coinciden con los abortos y la presencia de individuos inmaduros
que aporta el registro arqueológico.
El cambio de uso de esta
cueva es lo que sorprende al equipo de Atapuerca. Porque, en niveles
superiores se han encontrado usos funerarios y ambos se intercalan. Se
localizó un sepulcro colectivo del Calcolítico (4.500 años) que terminó
de excavarse el año pasado con restos que habían sido canibalizados,
hervidos en concreto. Otros restos del Neolítico aparecieron en el
sondeo vertical. Eran unos cráneos cortados que también habían sido
hervidos. También hay enterramientos en el Bronce inicial y medio para
después utilizar este abrigo como redil de nuevo. «El cambio de uso de
la cueva podría estar relacionado con la sustitución de poblaciones, se
despobla la zona, y vienen después a utilizarlo sin saber que se usó
como redil», explica Vergés.
350 herramientas
De la Paredeja se sabe que
pertenece al Paleolítico medio y la tecnología de la herramientas habla
de un asentamiento neandertal. Solo se excava la parte superior del
yacimiento y se encuentran «muchísimas herramientas de una clase de
sílex cretácico parece todo tipo de herramientas, las lascas, cuchillos
de piedra elaborados con material de la zona», resume Navazo.
Desde
que arrancaron la campaña, a mediados de junio, han obtenido 350 piezas
lo que «nos indica una densidad muy grande y la posibilidad de que gane
profundidad». Una situación «emocionante» que «nos saca de nuestra zona
de confort». De esta manera, pasan de las ocupaciones esporádicas de
yacimientos al aire libre de comunidades neandertales al borde del río
Pico, a un yacimiento que parece mucho más potente de lo que se pensaba
en un inicio.
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