martes, 22 de abril de 2008

-Paseo de La Quinta.


El Paseo de la Quinta está situado en el margen izquierdo del Arlanzón, en el camino de la Cartuja de Miraflores. Se encuentra entre el área natural de Las Veguillas, los Viveros Municipales y el Parque de Fuentes Blancas, una de las zonas arboladas más importantes y próxima a los extensos pinares de la Cartuja. Es una superficie boscosa, deliciosa para los paseantes, e inspiradora para los artistas.

El Paseo de la Quinta recibe el nombre de una antigua propiedad de los prelados burgaleses, conocida como la Quinta del Arzobispo. Fue en el siglo XIX cuando se convirtió en un paseo urbano, que unía el Convento de San José y Santa Ana de las Carmelitas, fundado por Santa Teresa en 1582, con el camino a la Cartuja de Miraflores. En esos años se regularizó su trazado y se plantaron numerosos árboles, que convirtieron este espacio en uno de los lugares predilectos de recreo para los burgaleses.

Grandes chopos y frondosos castaños de indias eran los árboles dominantes, y aún lo siguen siendo en buena parte del trayecto hasta la Fuente del Prior y Fuentes Blancas. Pero la vejez de la mayoría de los ejemplares y el mal estado de salud de algunos de ellos, empujó al ayuntamiento a acometer una intensa remodelación en el primer tramo del paseo, en los últimos años del siglo XX. El tramo del nuevo paseo se proyectó a caballo entre el parque urbano y la naturalidad de un espacio silvestre, intentando recrear los distintos ecosistemas vegetales existentes en la provincia de Burgos. De esta forma el terreno aparece ondulado, con montículos y grandes piedras que aportan variedad y espontaneidad al conjunto.

Aquí tienen su propio espacio especies arbóreas mediterráneas, como la encina o la sabina, rodeadas de su cohorte de plantas aromáticas, y especies características de los bosques mixtos caducifolios propios de la Iberia húmeda existentes en el norte de la provincia, como robles, hayas, tejos, brezos, etc. También los pinos, sauces y olmos están representados. Pequeñas sendas de tierra entre la variada masa forestal permiten realizar paseos íntimos, cargados de olores, colores y sensaciones. Todas las estaciones del año tienen su encanto en este paseo, debido a la diversidad de ritmos vitales que presenta la variadísima vegetación que lo compone.

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