domingo, 10 de febrero de 2008

-El puente de Frías.


Sobre el Ebro, en el valle de Tobalina, se levanta el imponente puente medieval de Frías, paso obligado en la comunicación de la Meseta y la Rioja con el Cantábrico desde tiempos de los romanos.

El puente es asimétrico y se asienta sobre nueve arcos anclados en la roca.
Es un paso imprescindible para salvar el Ebro y fue un punto neurálgico de las comunicaciones del norte burgalés. A este puente siempre se le ha conocido con el apellido de “romano”, aunque este calificativo es erróneo. Ciertamente fueron los romanos los primeros en descubrir la importancia estratégica de este paso para sus comunicaciones. Por ese motivo trazaron una calzada, de la que aún se conservan restos en buen estado, que partiendo de Briviesca cruzaba el Portillo de Busto y, trasatravesar la estrecha garganta del Molinar, se adentraba a la búsqueda del Ebro.

El puente, sin embargo, aparece por primera vez citado en el fuero de Medina de 1181 y es coetáneo del de Trespaderne. La construcción de lo que hoy se conserva, al igual que la torre, se remonta a finales del siglo XIV y comienzos del XV.

La base del puente y los tajamares son de época romana y por él cruzaba la calzada romana antes citada. Ya en tiempos medievales fueron necesarios importantes reconstrucciones.
Este puente fortificado de Frías es un portento de longitud y belleza. Mide 143 metros de largo y una altura máxima de 11,3 de petril al río y otros tanto tiene la gran torre central .
Consta de nueve arcos de distinto perfil (apuntados y rebajados) y su trazado algo irregular responde a la necesidad de aprovechar las rocas que emergen distintos puntos del río para asentarlo.
Esta torre construida en el centro tiene planta poligonal, se aboveda con cañón apuntado y por encima está la propia sala de la torre con saeteras para los vigilantes del mismo.
La función de la torre era controlar el paso y cobrar el impuesto de paso o "pontazgo" que permitía, entre otras cosas, sufragar las continuas reparaciones que serían necesarias para mantener su integridad.

En la Edad Media el sentido del puente fue triple: económico, estratégico y religioso; éste
último se explica por la construcción dentro de la torre, de la ermita del Santísimo Cristo de la Salud y por su imagen religiosa.

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