Un nuevo estudio explica ahora el canibalismo del antecessor desde un nuevo punto de vista. Aquel comportamiento registrado hace 800.000 años es casi idéntico al que puede observarse hoy en día en chimpancés que compiten por el territorio, según un estudio que será publicado en Journal of Human Evolution.
El trabajo, liderado por los directores de las excavaciones de Atapuerca, recorre las evidencias de canibalismo entre homínidos desde aquel primer caso hace 800.000 años. Tanto neandertales como sapiens lo han practicado a lo largo de la prehistoria y la historia por muchos motivos. El trabajo repasa casos de canibalismo por placer, por hambruna, por guerra o por respeto ritual. Pero en ningún caso pasado o actual se reproduce un patrón tan marcado en el que una especie se coma sólo a los niños y no los adultos.
La única excepción a esta regla, resalta el trabajo, son los chimpancés, los homínidos actuales más emparentados con los humanos. El trabajo cita varios casos en los que un grupo atacante mata y se come a las crías de sus rivales. El primero fue documentado por la célebre primatóloga Jane Goodall en 1977 y la lista de casos se extiende durante los 30 años siguientes. Las edades de los fallecidos son muy parecidas a las de los antecessor que fueron aniquilados en la Gran Dolina, resalta el estudio.
Los niños de Atapueca fueron víctimas de la lucha por el territorio, opinan los autores. Los homínidos de Atapuerca “montaban ataques de bajo riesgo a grupos rivales para defender su acceso a los recursos en sus territorios y para expandirse a costa de otros grupos”, detalla el trabajo. En la mente de aquellos miembros del género Homo estaba “impedir que evolucionasen otros animales que pudieran ser competencia”, explica el paleoantropólogo Eudald Carbonell, codirector de Atapuerca y coautor del trabajo. “Eliminar a los niños era más eficaz y menos peligroso”, añade.
El estudio es novedoso en su comparación del canibalismo de un miembro del género Homo con el que se da en chimpancés. “Es muy interesante porque rompe el círculo vicioso de establecer comparaciones sólo con el Homo sapiens e introduce una especie como el chimpancé que está lejana pero próxima a nosotros”, opina el paleoantropólogo del CSIC Antonio Rosas, que no ha participado en el trabajo pero conoce a fondo el canibalismo de los neandertales de la cueva de El Sidrón (Asturias). “Es una hipótesis bien fundada”, añade sobre el nuevo estudio.
Pero a fin de cuentas el trabajo no explica el canibalismo del antecessor en sí. Matar a los infantes del grupo rival bastaba para conseguir echar al grupo de sus territorios, ¿por qué comérselos además? “La única explicación”, reconocen los autores, “era el beneficio nutricional”.
Fuente: esmateria.com
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