El papel de Briviesca como nudo de comunicaciones era algo
conocido desde la antigüedad y especialmente importante en la época
romana. No obstante, resultaba muy complicada la identificación de las
antiguas calzadas romanas, en parte por el paso del tiempo, pese a lo
cual el investigador Isaac Moreno se fijó en la zona ya hace más de una
década.
Tras lograr identificar la antigua vía romana que unía la
antigua Virovesca con Segisamunculum, actual Cerezo de Río Tirón, la
referencia en el itinerario Antonino de una segunda calzada le llevó a
profundizar en su localización.
Esta segunda vía imperial se
describía en el itinerario de Astorga a Aquitania por Pamplona y unió
hace más de dos milenios Briviesca con la entonces Veleia, actual
Vitoria.
Cabe destacar que de esta calzada nadie había encontrado
nunca vestigios físicos que confirmaran su existencia, algo clave para
referenciarla con el debido rigor histórico, pero Moreno si lo ha
logrado.
El investigador señala que se encuentra muy destruida y que
fue clave para su localización entre Briviesca y Pancorbo el mapa de
Manuel Echanove, constructor de la actual N-I, dibujados en el año 1790.
Los trabajos desde el desfiladero pancorbino no han contado con esta
ayuda cartográfica y se basan en un complejo estudio de la orografía del
terreno y estudio de mapas antiguos.
Según el estudio, la antigua
calzada entraba en Briviesca procedente de Tritium, Monasterio de
Rodilla, y tras cruzar la villa romana continuaba adelante coincidiendo
en casi todo el recorrido con la actual N-I hasta Calzada de Bureba.
En
ese punto sigue hasta el arroyo Grillera continuando por el Camino Real
Viejo, actualmente también desaparecido y que se le conoció como
Calzada Vieja, hasta el paraje de Entrambosrríos.
Cabe destacar que
en la cartografía más antigua de la comarca se encuentran referencias a
las vías romanas que abalan su existencia decenas de siglos después del
fin de la ocupación romana.
De hecho en la localización de la
calzada a Cerezo se descubrió un antiguo mapa en el que se denominaba a
la senda Camino de los Romanos por lo que la toponimia ha sido un
importante auxilio en la investigación.
En el estudio de esta
cartografía antigua Moreno también ha constatado que en el mapa de
Echanove se encuentran dibujadas las conexiones entre Briviesca y Cameno
así como la de Santa María Ribarredonda y Pancorbo de la calzada
romana.
La exhaustividad de este estudio ha sido notable ya que tras
la localización documental se ha procedido a excavaciones arqueológicas
que han certificado la sección estructural de la vía romana que
Echanove había dibujado.
Fuente: http://www.elcorreodeburgos.com
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