domingo, 26 de julio de 2009

-Historias del Santo Grial.


Durante siglos, el arte no sólo fue la más alta y hermosa forma de expresión con la que el ser humano interpretaba la realidad o los sueños. En determinadas épocas, hizo las veces de código cifrado, de arcano insondable en que eran depositados ciertos conocimientos que pretendían ser ocultados. Así sucedió en la Edad Media, tiempo de fanatismos religiosos, supersticiones, misterios y leyendas. Al abrigo de la literatura de la época, tendente al mito sobre el que sostener personalidades políticas y identitarias, fueron surgiendo, de la mano de poetas, amanuenses, canteros y algunas órdenes seudoreligiosas, lenguajes cifrados que escondían mensajes.

Así, a finales del siglo XII e impulsados por las Cruzadas, aquellas campañas militares impulsadas por el Papa con el objetivo de reconquistar Tierra Santa, entonces en manos de los sarracenos, autores como Robert de Boron o Chrétien de Troyes escribieron poemas épicos y alegóricos nacidos de la bruma de la leyenda que tenían un mismo protagonista: el Santo Grial. Este deseado enigma sería, según los relatos de la época, el cáliz que Jesús utilizó en la Última Cena y a la sazón una reliquia mágica con poderes ultraterrenales. Las versiones más actuales, activadas por la literatura seudohistórica, señalan que el Santo Grial es la Sangre Real, esto es, el linaje de sangre de Jesús, quien habría tenido descendencia, preservada en secreto durante siglos hasta la actualidad.

Sin embargo, todo son hipótesis. La del Grial es la leyenda sobre la que más tinta se ha vertido en toda la historia de la Humanidad. No existe un solo documento o manuscrito que avale su existencia. Es un mito antológico que, eso sí, ha cautivado al hombre desde tiempo inmemorial. Las teorías sobre su presunto emplazamiento, aun sin saberse a ciencia cierta qué es el Grial, son infinitas. Una de las más recientes sugiere la posibilidad de que se encuentre en algún punto del norte de la provincia de Burgos, en concreto entre tres lugares que remiten y guardan reminiscencias toponímicas y artísticas en torno al Santo Grial.

Fue Mar Rey Bueno, escritora e investigadora, la primera en llamar la atención (ahora son legión los que apoyan la tesis) sobre ese triángulo mágico del norte de la provincia que es depositario de numerosas coincidencias que sugieren una conexión mística con el gran secreto de la Cristiandad. La mitología griálica, realidad o fantasía, señala que el Grial se esconde en un lugar llamado Mont Salvat. Durante siglos, se buscó en media Europa; también en España, sobre todo en Cataluña, atraídos por Montserrat. Sin embargo, Rey Bueno indica que sólo existe un lugar en España con un nombre idéntico al que cita la leyenda, y que es la Sierra Salvada, el macizo montañoso que hace de frontera natural entre la provincia de Burgos y las de Álava y Vizcaya.

Al abrigo de esta cordillera, y en la misma época en que la Orden de los Templarios y la Orden de Sión -según numerosas fuentes los guardianes del Grial- se extendían por Europa tras la conquista de Jerusalén, fueron levantándose en sus valles del lado burgalés de Mena y Losa varias construcciones religiosas que son hoy el argumento principal sobre el que la investigadora asienta su tesis.

Una de las más relevantes y misteriosas es San Pantaleón de Losa (cerca de Criales, cuyo nombre también tiene comparte la raíz Grial). Encaramada sobre una atalaya rocosa, como un buque varado que acariciara el cielo y muy a menudo envuelta por la niebla, esta iglesia -o lo que oculta- está custodiada por una extraña y hierática figura que hace las veces de pilastra en el pórtico de entrada: se trata de un Atlante, que porta en su regazo una especie de bolsa. ¿Significa que tiene algo dentro, tal vez el Grial? La construcción está enteramente adornada de monstruos y figuras grotescas, animales fantásticos, todas ellas de un insólito movimiento, alejado de los cánones arquitectónicos de la época. Esta ermita es también por eso una rareza, aunque destaca principalmente por el famoso ‘milagro’ que, todos los años, hacia el 26 de julio, se produce en su interior: se trata de la licuefacción de la sangre de San Pantaleón, mártir del siglo IV a quien está consagrado el templo. Este prodigio lo relaciona aún más con el Grial, al vincular esa sangre licuada con la que contendría el famoso cáliz sagrado.

Otro de los templos mágicos es Santa María de Siones, cuya relación griálica está implícita desde su toponimia. Siones (de Sión) es de origen templario, está situada en paralelo a la de San Pantaleón y su rica iconografía remite también a la leyenda artúrica del San Grial: luchas entre caballeros, seres demoníacos, guardianes enigmáticos, representaciones de personajes y episodios bíblicos... Y, entre la decoración de elementos vegetales, destaca una flor, que bien podría ser una rosa que simbolizara el vientre fértil de María Magdalena, la madre de los primeros descendientes de Jesús según la teoría más reciente en torno al Grial. Resulta curioso que la peña que hay frente a Siones se conozca precisamente con el nombre de La Magdalena.

Por último, y cerrando el triángulo griálico, se erige la iglesia de San Lorenzo de Vallejo de Mena. La mayor parte de los rasgos decorativos de este templo coinciden con los de los anteriores: escenas bíblicas, seres monstruosos, fantásticos junto a imágenes esotéricas. Esa iconografía compartida hace que este triángulo arquitectónico del norte de la provincia parezca esconder un secreto. ¿Será un cúmulo de casualidades? ¿Oculta este rincón telúrico de Burgos algún misterio relacionado con el San Grial? Todo son hipótesis, sugerencias, presunciones. Pero ninguna respuesta. Sólo la piedra esculpida por los canteros; sólo las leyendas de una época repleta de atavismos y supersticiones; sólo la magia que desprende cada templo. Nada más.
¿Nada más?

Fuente: diariodeburgos.es

1 comentario:

  1. Felicitaciones.¡!!Muy bien documentado;y sobre todo claro.Les
    cuento que en Argentina,Provincia de Cordoba,Capilla de Monte,dicen que tambien se puede encontrar.
    Ni creo,ni dejo de creer;siendo pequeña andaba a caballo en el lugar,mis abuelos tenian campos y jamas note nada raro...pero todo vale.Un abrazo.Silvi.

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