viernes, 7 de octubre de 2011

-Bien de Interés Cultural para el monasterio de Fresdelval.

El monasterio de Fresdelval, fundado en el siglo XV, ha recibido la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Monumento, lo que amplía su protección en un radio aproximado de 200 metros según han informado fuentes de la Junta de Castilla y León. La catalogación de Monumento Histórico Artístico de este complejo monacal de titularidad particular databa de 1931 pero no protegía el entorno de la finca. Con esta declaración, aprobada por el Consejo de Gobierno, garantiza «la protección de sus valores, su contemplación, apreciación y estudio».

El Real Monasterio Jerónimo de Nuestra Señora de Fresdelval, que es su nombre completo, ocupa una extensión de 120 hectáreas, toda vez que sus posesiones se extienden más allá de las espectaculares ruinas de esta abadía entre gótica y renacentista.
Sus propietarios se hallan inmersos en la rehabilitación del palacio anejo al monasterio para convertirse en un futuro en una fundación cultural dedicada a los Jerónimos -orden originaria del cenobio- y al emperador Carlos V, quien se alojó en una ocasión allí y que a punto estuvo de elegirlo como destino para sus últimos días, algo que declinó en favor de Yuste por recomendación de sus médicos. La propiedad de todo el complejo está dividida en tres partes pero tienen un mismo y ambicioso objetivo: rehabilitarlo en su totalidad para convertirlo en hotel de lujo. El complejo monacal, a diez kilómetros de Burgos, fue fundado hace poco más de 600 años por Gómez Manrique. En poco tiempo, y gobernado por los jerónimos, ganó en importancia y poder, especialmente en el siglo XVI. Su declive comenzó un siglo más tarde, agravándose totalmente en el XIX, maltratado primero por el brutal expolio de las tropas napoleónicas y posteriormente por los no menos terribles procesos desamortizadores de ese siglo.

Sus ruinas cobijaron a escritores y artistas, cautivados hasta el tuétano por su prestigio melancólico. Entre ellos destacó el pintor romántico Francisco Jover Casanova, que llegó a convertirlo durante en centro de reuniones para todo tipo de artistas. Ya en el siglo XX, personalidades de la talla de Manuel Azaña, presidente del Gobierno durante de la II República, o del universal poeta granadino Federico García Lorca, que llegó a dedicarle uno de sus primeros textos en prosa posteriormente recreados en su primer libro, Impresiones y paisajes. 

Fuente: www.diariodeburgos.es

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