sábado, 14 de mayo de 2022

-El yacimiento de La Quivilleja de Valparaíso revela nuevos secretos de los preneandertales.

 Fuente: https://www.elespanol.com

 

 Excavaciones en el  yacimiento de La Quivilleja de Valparaíso

La segunda campaña de excavación en el yacimiento La Quivilleja de Valparaíso, en el término municipal de Hortigüela, aporta nuevos datos sobre la tecnología de los preneandertales, y permite constatar la existencia de material arqueológico en posición estratigráfica en una antigua terraza del río Arlanza. Esta nueva intervención arqueológica, financiada por la Fundación Palarq y la Fundación Atapuerca, en colaboración con la Universidad de Burgos, finalizó hoy y estuvo dirigida por el arqueólogo y vicepresidente de la Fundación Atapuerca, Eudald Carbonell, según ha informado la agencia Ical. 

Según informaron desde la Fundación Atapuerca y la Universidad de Burgos, durante esta semana, un equipo de diez arqueólogos, muchos de ellos estudiantes de la UBU, terminó los trabajos de la cata de 25 metros cuadrados iniciada en la primera intervención, y se abrió una nueva cata de 15 metros cuadrados en otra área del yacimiento. Entre las herramientas recuperadas destaca una importante presencia de bifaces, hendedores, picos y lascas de gran formato, la mayor parte de ellas realizadas en cuarcita.

 Los bifaces, denominados así porque están tallados por sus dos caras, son las piezas más características del modo tecnológico II o achelense. En Europa esta tecnología la comenzaron a desarrollar los preneandertales hace medio millón de años y está bien documentada en los yacimientos de Galería y Gran Dolina en la sierra de Atapuerca. Estos yacimientos se encuentran a tan sólo 32 kilómetros en línea recta del yacimiento de La Quivilleja de Valparaíso.

Por este motivo el estudio de la colección de herramientas del yacimiento va a permitir conocer la relación tecnológica entre los grupos cazadores y recolectores que ocuparon la sierra de Atapuerca y los que se desplazaron por la cuenca media y alta del río Arlanza. Las herramientas descubiertas fueron talladas para se ser utilizadas directamente con la mano, sin necesidad de ir enmangados. Con estos objetos, los prenandertales podían despiezar un bisonte o trabajar una rama para fabricar una jabalina de madera.

Además del material descubierto en la excavación, toda una serie de prospecciones arqueológicas permitieron recuperar otro importante conjunto de piezas líticas de las mismas características. Estas herramientas quedaron dispersas por las tierras del alrededor, como resultado del desmantelamiento geológico de la plataforma donde se ubicaba el yacimiento. Una vez los grupos humanos abandonaron La Quivilleja de Valparaíso, el paso del tiempo y procesos naturales de carácter hídrico "fueron erosionando el antiguo yacimiento y dispersando por el espacio limítrofe las herramientas que estos humanos habían tallado", explican.

Los 35 metros cuadrados excavados permiten constatar la gran extensión de este sitio, que ocuparía la antigua vega del río Arlanza. "El estudio de La Quivilleja de Valparaíso nos introduce en la problemática de análisis del establecimiento de los nodos ocupacionales de las primeras redes poblacionales del territorio del Arlanza y establecer su relación con otras zonas como la cuenca del Arlanzón o la cuenca del Duero", afirman desde la Fundación. La recuperación de la industria en estratigrafía y el material en superficie permite caracterizar los procesos técnicos de talla y conocer la complejidad de las industrias del modo 2 contemporáneas a los yacimientos de la sierra de Atapuerca en la segunda parte del Pleistoceno medio.

La Quivilleja de Valparaíso es un yacimiento al aire libre ubicado en la margen derecha del río Arlanza en el término municipal de Hortigüela, localidad situada en el centro de la provincia de Burgos en las proximidades de la sierra de la Demanda. Estas excavaciones están dirigidas por vicepresidente de la Fundación Atapuerca, Eudald Carbonell i Roura; la profesora titular de Prehistoria de la UBU, Marta Navazo Ruiz; el investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh), Alfonso Benito Calvo; el beneficiario de una ayuda económica para investigación de la Fundación Atapuerca, Francisco Javier García Vadillo; y Rodrigo Alonso Alcalde del Museo de la Evolución Humana – Universidad de Burgos. Junto a ellos participaron un equipo de varios becarios predoctorales y alumnos de grado de la UBU. Esta intervención arqueológica organizada por la Fundación Atapuerca es posible gracias a la colaboración del Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Hortigüela (Burgos).

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario