lunes, 13 de abril de 2009

-Ojo Guareña, una cavidad interminable.


El complejo kárstico de Ojo Guareña continúa hoy, medio siglo después de las primeras exploraciones en profundidad, un arcano inagotable, un filón que expedición tras expedición arroja nuevos hallazgos. El Grupo Espeleológico Edelweiss acaba de recoger en el enésimo número de su revista, ‘Cubía’, los últimos descubrimientos de este complejo, que con más de un centenar de kilómetros de galerías topografiadas, es el karst más singular de la tierra, por cuanto tiene un valor didáctico incomparable que resume a la perfección qué es un karst.

«Tras 50 años de exploraciones en el karst y el buen hacer de varias generaciones de espeleólogos puede dar la impresión de que Ojo Guareña tiene pocos secretos que revelar», apuntan en ‘Cubía’ los miembros de Edelweiss. Sin embargo, nada más lejos de realidad: «pensamos que la realidad es bien distinta y la gran caverna aún plantea incógnitas».

Así, creen que la red de conductos anegados en los niveles inferiores podría en un futuro «aumentar considerablemente el desarrollo conocido en Ojo Guareña». Además, en cada exploración se descubren nuevas galerías de poca importancia pero que prometen la existencia de otras que puedan ayudar a resolver las citadas incógnitas.
Los espeleólogos del grupo burgalés señalan que en las últimas incursiones se ha descubierto un yacimiento arqueológico en una de las cavidades, donde había, entre el sedimento arenoso del suelo, dos fragmentos de restos humanos óseos atribuidos a un enterramiento. «Parecen corresponder con un temporal perteneciente a un individuo infantil y un húmero de adulto. En espera de una datación de los huesos que aporte nuevos datos y encuadre el hallazgo en el contexto arqueológico de Ojo Guareña, creemos que se trataría de una cavidad sepulcral», indican.

Otro de los descubrimientos realizado en los últimos tiempos en el conjunto de más de 400 cavidades de Ojo Guareña es el sendero llamada ‘Cueva del Sendero a Cueva la Mina’, un conducto que se adentra 20 metros hasta hacerse impenetrable. Algo similar ocurrió con la denominada por Edelweiss ‘Línea Verde’, un nuevo conjunto de 250 metros de galerías. Los integrantes de Edelweiss también han hallado, en el extremo oriental del ‘Circo de San bernabé’ una cavidad inédita: la ‘Cueva de San Tirso’, «que metafóricamente recuerda el culto más antiguo y a la vez menos conocido del cercano santuario cristiano. Análogamente la nueva cavidad sería más antigua que la Cueva de San Bernabé al ocupar una posición más elevada». La cavidad consta de una única galería horizontal, apuntan en ‘Cubía’.

‘Cubía’ también recuerda aquella epopeya histórica de la expedición ‘Ojo Guareña 1958’, bautizada como ‘La mayor aventura subterránea del mundo’. En ella participaron espeleólogos franceses, italianos, monegascos y españoles de grupos montañeros del país. En total, sesenta expertos. Además, la revista analiza las cavidades de la comarca de Juarros, da cuenta del estado de las exploraciones del karst de Yesos, en el Valle de Valleasnera y desentraña la aplicación del GPS en espeleología.

Fuente: diariodeburgos.es

-Meave Leakey en Atapuerca



El pasado miércoles día 1 de abril, los miembros del Grupo Espeleológico Edelweiss, Ana Isabel Ortega Martínez y Miguel Ángel Martín Merino, junto con Juan Luis Arsuaga y los miembros de su equipo Ignacio Martínez y Alejandro Bonmatí, tuvieron el honor de acompañar a Meave Leakey en su visita a la Sima de los Huesos de Cueva Mayor de la Sierra de Atapuerca.
Venía acompañada de Carlos Martínez de Campos, presidente de la Sociedad Geográfica Española, dado que el día anterior había recogido el Premio Anual, en la categoría internacional, que la SEG otorgó a la Familia
Leakey, saga de investigadores, originaria de Kenia, que ha encabezado algunos de los descubrimientos paleoantropológicos más relevantes de la historia.

La visita resultó inolvidable para Meave Leakey, tal y como ella misma se ha encargado de transmitir en un corto artículo:

“Visitar los yacimientos de Atapuerca con Juan Luis Arsuaga y parte de su equipo de investigación fue un sueño hecho realidad. Al llegar a primer hora de la tarde, visitamos los yacimientos al aire libre, incluyendo la Gran Dolina, que fue expuesta en el Siglo XIX por la trinchera de un ferrocarril. Gracias a la compleja red de andamios que los investigadores han levantado para dotar de acceso a los yacimientos, pudimos ascender para ver la parte más alta de las excavaciones. A continuación fuimos a la Sima de los Huesos, lo cual superó mis mejores expectativas. La Sima es única; combina el entusiasmo y los desafíos de adentrarse en las profundidades de la tierra a lo largo de estrechos conductos, a través de cavernas enormes, y finalmente hacia abajo por un agosto y profundo conducto vertical, con la sensación de estar en algún lugar del pasado remoto. Las evidencias por doquier de osos y humanos primitivos, que usaban las cuevas hace cientos de miles de años, dan la sensación de haber retrocedido lejos en el tiempo. El clímax de esta emocionante experiencia tuvo lugar cuando alcanzamos el conducto vertical que constituye la única entrada al propio yacimiento. Al llegar al fondo del pozo me costaba creer que me rodeasen miles de huesos fósiles; fue sobrecogedor. Nunca había experimentado nada tan cautivador y maravilloso. Mi admiración por el equipo de personas que pasan horas trabajando en el espacio confinado al fondo de este pozo profundo, un día detrás de otro, extrayendo cuidadosamente los miles de fósiles maravillosamente conservados pero fragmentados, es infinita. Nunca olvidaré este día, y estoy enormemente agradecida a todos aquellos que lo hicieron posible.”