Los trabajos de adecuación de la calle Las Murallas para dotar a los vecinos de un acceso peatonal a sus casas han sacado a la luz casi 95 nuevos metros de muralla. Los restos están divididos en cuatro tramos diferentes, aunque los dos extremos están interrumpidos por las voladuras llevadas a cabo durante la Guerra de la Independencia. Además, dentro de la construcción se ha descubierto una puerta en la parte más alta de la ladera, que se ha identificado como la Puerta de los Ferros y que sería el acceso a la judería.
La excavación también ha permitido recuperar importantes hallazgos de la Guerra de la Independencia entre los que destacan los fósiles de al menos seis soldados que perecieron al pie de la muralla durante el intento del ejército aliado de asaltar el Castillo, donde se encontraban las tropas de Napoleón. Al parecer la muerte les sorprendió bajo un intenso fuego de artillería pesada y ligera, tal y como lo demuestran las balas de cañón, fragmentos de metralla y balas de fusil encontradas junto a los restos.
Los estudios posteriores han servido para determinar que los soldados tenían unos 22 años y eran ingleses. «Las abotonaduras de sus casacas han puesto de manifiesto que pertenecían al ejército inglés, en concreto al 83º Regimiento de Infantería del Condado de Dublín y al 58º Regimiento de Infantería de Rytlandshire de Inglaterra, que estuvieron combatiendo desde 1810 a 1813 a las órdenes de Wellington», indicó la arqueóloga Ana Isabel Ortega, que ha dirigido las excavaciones junto a Ana Bores.
Uno de los soldados portaba a la espalda una pala de zapador. Los restos se han localizado agrupados y agazapados junto a la muralla.
El sitio y defensa del Castillo de Burgos culminó con la voladura de su estructura por el ejército francés en el momento de su retirada en 1813 destruyendo y asolando el conjunto. La arqueología ha sacado a la luz las evidencias de dicha destrucción, encontrando gran parte de la muralla desaparecida por las voladuras y llegando a identificar incluso las bocaminas en los cimientos de la muralla.
Los trabajos arqueológicos también han servido para descubrir 8.028 restos cerámicos medievales. «Tenemos una colección de producciones mudéjares de las mejores que hay en el país. Hay que restaurarlas y estudiarlas, pero la muestra que tenemos no desmerece a las de otras ciudades como Toledo», añadió Ortega. También se han hallado estucos y baldosas de un suelo que podría ser de una sinagoga o palacio, sí como 885 restos óseos de animales domésticos.
En este sentido, la arqueóloga apuntó la necesidad de mostrar estos hallazgos y otros posteriores que aparezcan a la sociedad a través de un museo sobre el origen de la ciudad.
Fuente: diariodeburgos.es
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