Fue levantado en apenas dos meses y, en no pocas ocasiones, se encontraron allí encerrados entre tres y cuatro mil presos republicanos, a los que se clasificaba en función de su "crimen" y vinculación política, aunque también fueron recluidos delincuentes comunes y homosexuales.
En total, al lugar fueron destinadas 65.000 personas. Posiblemente, el de Miranda fue uno de los que más "inquilinos" acogió. Y aunque las cifras son muy confusas, por los campos de concentración españoles pasaron entre 500.000 y 1.000.000 de personas. Allí, las condiciones de vida fueron inhumanas. Los presos eran mera mano de obra. Se dedicaban a trabajar organizados en batallones de obreros. Construyeron líneas de ferrocarril, pantanos, presas, canales... o monumentos; el más conocido de todos fue el Valle de Los Caídos.Pero el caso de Miranda es especial por otro motivo. Y es que tras la visita de Himmler, y en tiempos en los cuales Franco y Hitler aún se tanteaban, el oficial nazi Paul Vinzer fue "nombrado" director del centro y durante dos años dirigió los designios y labores de los presos que se encontraban en su interior. Además, a los nazis esta subsede de sus campos de exterminio les servía para encarcelar a los franceses que huían de la presión nazi y que cruzaban el Pirineo con la ayuda de los republicanos.
También en el lugar se encontraban judíos de diferentes nacionalidades -362 polacos en 1941-, que huían de los campos de concentración alemanes, pero que por unas razones u otras no lograron alcanzar su destino, que muchas veces era Portugal, para desde allí embarcar a America. Paradógicamente, tras el final de la guerra también hubo nazis allí, puesto que la connivencia de Franco ya había finalizado y al dictador español le interesaba estar del lado de los vencedores.Los campos de concentración españoles son unos grandes desconocidos para la historia. Algunos estudiosos han profundizado en su existencia y seguido la pista de los presos que recalaron allí, respecto a los cuales, a decenas de miles de ellos, apenas se sabe nada. Son un tabú, incluso para quienes recuerdan los horrores de la guerra...
Fuente: Artículo de Jesus Callejo publicado en la revista "Historia de Iberia Vieja"
Fotos del blog todoslosrostros.blogspot.com
