jueves, 31 de octubre de 2013

-Conferencia: La Sima, Elefante y Gran Dolina: el bueno, el feo y el malo de Atapuerca. María Martinón Torres

-Vídeo: "Redes". Homínidos Ibéricos en Atapuerca.

martes, 22 de octubre de 2013

-Las piezas encontradas en la villa romana de Buniel se expondrán en el Museo de Burgos.


Una pieza se ‘descompone’ en decenas. Se numeran para la reconstrucción. Miguel Ángel Valdivielso Una veintena de piezas halladas  en la villa romana que afloró en Buniel durante el verano de 2012, al realizar las obras del trazado del AVE a su pasado por la localidad, pasará a formar parte de la exposición permanente del Museo de Burgos a partir de diciembre, tras el trabajo de reconstrucción que está realizando Adelaida Rodríguez, restauradora del Museo.
 
La vitrina que acogerá este nuevo ‘tesoro’ desenterrado de las entrañas de una tierra dedicada tradicionalmente al cereal en el camino conocido como el Molino de Arriba, se instalará junto a los hallazgos de Baños de Valdearados para mantener la cronología histórica. Y es que estas piezas, pertenecientes a una vajilla doméstica, entre las que destacan varios calderines, cazuelas, ensaladeras y un colador, están datadas en el siglo IV después de Cristo, hacia el año 340 ó 350 más concretamente, según explica Adelaida Rodríguez, que lleva un año trabajando en recuperar estos utensilios de cocina, y que aún tiene trabajo por delante con el resto de material localizado en Buniel.
 
Como sucede cada vez que hay un descubrimiento arqueológico de esta magnitud, y tras la valoraciones iniciales, se procede a recuperar el material y una vez trasladado al Museo comienza su largo  proceso de restauración, del que queda constancia en un pertinente informe de cada pieza. Lo que se conserve en el Museo de Burgos es lo que se verá de la villa romana de Buniel, ya que ésta vuelve a reposar bajo toneladas de tierra como lo ha estado durante 17 siglos. «Es la mejor forma de preservar ese legado», apunta Marta Negro, directora del Museo. 
La información que proporciona el lote de vajilla, reconstruida  hasta donde ha sido posible, es en sí misma de una gran importancia para conocer qué tipo de asentamiento era éste de Buniel, una villa con dependencias principales, las de los dueños, y otras más modesta para el servicio y los aparceros; en todo caso, no estamos ante una familia romana de alta alcurnia, sino una familia terrateniente adinerada, pero sin acumular riqueza ni poder. «En definitiva, estamos hablando de una especie de minifundio», puntualiza la restauradora.
 
En este caso, las piezas dicen muchos más, son un libro abierto,  y sobre todo, destacan Adelaida Rodríguez y Marta Negro, se han podido recuperar porque la vivienda sufrió un incendio; la estancia donde se guardaba la vajilla se hundió quedando tapada por otras; por esta circunstancia se salvaron cuencos, cazuelas y el resto de utensilios. Rodríguez puntualiza que de haberse abandonado paulatinamente la villa, las piezas con toda probabilidad, no hubieran aparecido sino que se habrían fundido para fabricar nuevos útiles, práctica que era habitual. Las piezas presentan un color verdusco, el propio del bronce al oxigenarse, mientras que el hierro da un color amarronado o negro, el que se puede ver en una jarra (probablemente para guardar aceite) también procedente de Buniel, como un par de platos de cerámica. Esto significa que  el ‘cortijo’ podía tener dos estancias diferenciadas para guardar el ajuar doméstico. 
 
El lote de vajilla no es el único material procedente de Buniel. La restauradora sigue recomponiendo piezas y ya cuenta con un buen catálogo de ellas, entre las que destacan trébedes, llaves, colgadores, tiradores o cencerros.
El trabajo de limpieza es meticuloso y lento porque las piezas fueron sometidas al fuego y recibieron incrustaciones de otras similares u otro material que cuesta despegar y que en algún caso se ha dejado para que quede constancia de cómo llegan y como quedan tras el proceso restaurador. Proceso en el que una pieza puede ‘descomponerse’ en decenas, algunas minúsculas, que se numeran. Tras la limpieza y el tratamiento con los líquidos pertinentes, hay que construir el puzzle que es, al mismo tiempo, reconstruir la vida de nuestros antepasados.
 
Fuente: http://www.diariodeburgos.es/noticia/ZA02ED35F-E581-B9AF-4CA0CD55BB891954/20131022/veintena/piezas/villa/romana/buniel/expondran/museo/burgos

- Sapiens y neandertal, sin antepasado común.

¿De dónde venimos? La pregunta, cuya respuesta buscan con ahínco los paleontólogos desde hace décadas aún está muy lejos de resolverse. De hecho, casi cada estudio sobre la evolución humana arroja más dudas sobre nuestros antepasados y por ende, sobre el origen de la especie. Ahora, una investigación en la que participan los tres codirectores de Atapuerca, junto con otros expertos, establece que ninguno de los homínidos conocidos actualmente en Europa es el ancestro común de neandertales y sapiens. El trabajo será publicado esta semana por la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS). 

Para llegar a esta conclusión el equipo internacional, formado por los responsables de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, junto a la investigadora de la Universidad George Washington Aida Gómez-Robles, han analizado mediante métodos cuantitativos los fósiles dentales de 13 especies de homínidos. Los resultados fueron sorprendentes ya que ninguno de los restos analizados se ajustó al perfil del antepasado común entre neandertales y sapiens.
En total se estudiaron 1.200 molares y premolares fósiles de homo heidelbergensis, homo erectus y homo antecessor -muchos de ellos procedentes del yacimiento de Atapuerca- aplicando análisis morfométricos y técnicas estadísticas desarrolladas por la bióloga de la Universidad de Indiana Emilia Martins, otra de las firmantes del estudio multidisciplinar. 

«Nuestros resultados llaman la atención sobre la gran discrepancia que existe entre las estimaciones moleculares y paleontológicas del momento en el que se separaron ambas especies», asegura Gómez-Robles. Y es que, según el estudio, el linaje común entre sapiens y neandertales se separó hace casi un millón de años, una fecha que choca con los estudios moleculares y hace retroceder varios cientos de miles de años el ancestro común. «Estas diferencias no pueden ser ignoradas, sino que es necesario encontrar una forma de conciliarlas», asegura Gómez-Robles.
Es más, el estudio demuestra que las especies ancestrales descubiertas en Europa son morfológicamente más similares a los neandertales que a los humanos modernos. Según los investigadores el linaje neandertal surgió hace un millón de años y la divergencia, es decir, la separación del linaje se produjo hace unos 350.000 años. «Este estudio nos dice que aún hay hallazgos esperándonos y que los fósiles africanos de una antigüedad aproximada de un millón de años merecen una especial atención como posibles ancestros de los neandertales y los humanos modernos», declara el profesor del departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Indiana David Polly. Según los responsables de la investigación, el próximo paso es aplicar estos mismos estudios en los restos fósiles de homínidos en África. 

Esta investigación surge justo unos días después de que un trabajo publicado en 'Science' levantara una gran expectación en el mundo de la paleantropología al afirmar que todas las especies de 'homo' serían en realidad distintas variantes de la misma especie. Esta rompedora tesis se basa en un cráneo hallado en Dmanisi (Georgia) en 2005 y datado en 1,8 millones de años.
Según David Lordkipanidze, investigador del Museo Nacional de Georgia y principal responsable de esta investigación, los primeros miembros de nuestro género 'Homo', los denominados homo habilis, homo rudolfensis o el homo erectus formarían parte de una misma especie. Los homínidos de Dmanisi «son tan similares» a los africanos que «podemos asumir que ambos representan a la misma especie».

Fuente:  http://www.hoy.es/v/20131022/sociedad/sapiens-neandertal-antepasado-comun-20131022.html

viernes, 18 de octubre de 2013

-Un cráneo de 1,8 millones de años cuestiona la historia de la evolución.

Un cráneo de 1,8 millones de años descubierto en Georgia en 2005 sugiere que los primeros homínidos que poblaron el planeta pudieron pertenecer no a diferentes especies, sino a una sola, según una investigación que publica hoy la revista Science.
Portada de la revista 'Science'.Un grupo de científicos ha estado analizando ese cráneo desde hace años y han hecho un descubrimiento que, según ellos, puede reescribir la historia evolutiva de los humanos.

El llamado "cráneo 5" es "el más completo" de un Homo antiguo que se ha encontrado en el mundo, según el principal autor del estudio, David Lordkipanidze, investigador del Museo Nacional de Georgia en Tbilisi. "No estamos en contra de la idea de que podría haber habido más de una especie en algún momento hace unos dos millones de años", sostuvo Christoph Zollikofer, del Instituto y Museo de Antropología de Suiza y quien ayudó a analizar el cráneo. "Pero simplemente decimos (que) no tenemos suficiente evidencia fósil", apuntó.

El estudio del "cráneo 5" y de restos de otros cuatro homínidos hallados en la misma zona en Dmanisi (Georgia) ha hecho pensar a estos investigadores que fósiles reconocidos como provenientes de distintas especies como el Homo habilis y el Homo erectus podrían ser realmente variaciones de una misma especie.
Los primeros homínidos lucen diferentes unos de otros, al igual que los humanos, y las divergencias entre los fósiles hallados pueden haber llevado "a engaño" a los científicos hasta hacerles pensar que pertenecen a diferentes especies, de acuerdo con estos investigadores. Los homínidos de Dmanisi "son tan similares" a los africanos que "podemos asumir que ambos representan a la misma especie", argumentó Zollikofer.

Fuente:  http://www.publico.es/475540/un-craneo-de-1-8-millones-de-anos-cuestiona-la-historia-de-la-evolucion

viernes, 11 de octubre de 2013

-Restos de poblaciones de hasta 12.000 años antes de Cristo en Obécuri, Treviño.


El Condado de Treviño sigue dando importantes resultados en las investigaciones arqueológicas que se realizan. La última ha sido la realizada por un grupo de investigación de la Universidad del País Vasco, liderado por el profesor Alfonso Alday, que acaba de terminar los trabajos de campo desarrollados en el yacimiento prehistórico de Martinarri, en Obécuri. Las conclusiones reflejan que se trata de un amplio abrigo bajo roca con un explanada delante, que sirvió de refugio a comunidades humanas que allí estuvieron entre hace 12.000 a 8.500 años antes de Cristo.
 
«Los primeros grupos que habitaron en él, del final del Paleolítico, llegaron al lugar en las últimas fases de la época glacial. Los siguientes se alojaron cuando las condiciones ambientales se parecían ya a las nuestras, y el territorio estaba cubierto de densos bosques», explica el propio investigador. Algo que permitirá evaluar cómo se produjo el último cambio climático y cómo evolucionó la fauna y la flora de la región.
Las excavaciones arqueológicas han permitido detectar que la caza era una de las actividades principales, habiéndose localizado puntas de proyectil, «posiblemente montadas en flechas que se lanzaban con arcos», se detalla. Raspadores para el tratamiento de pieles y cuchillos para manipular los animales abatidos han sido otros de los restos hallados. «Todo este material se confeccionó en sílex, recogido en la Sierra de Urbasa (Álava-Navarra) e incluso más lejos, en el litoral cantábrico».
«Restos de hogares, estructuras levantadas con palos, abundante fauna, un colgante son otros de los elementos recuperados», avanzan los investigadores. Los arqueólogos resaltan la importancia del yacimiento por su riqueza y porque, junto al treviñés de El Montico de Charratu y los alaveses de Atxoste y Socuevas, «formaron una red de establecimientos que evidencia la instalación definitiva de nuestra especie en la región». Se trata así de unos resultados excelentes y que abre «muy buenas expectativas» para los siguientes años de actividad.
 
Fuente: www.diariodeburgos.es