viernes, 26 de abril de 2013

-La intervención humana desde el Neolítico ha sido clave en la disminución de la diversidad de especies .

Sierra de Atapuerca entrada yacimientosDesde sus orígenes más remotos, los Homo sapiens siempre ha intervenido de un modo u otro en su entorno, lo que se acrecienta con la aparición de la agricultura y el sedentarismo durante el Neolítico. Evaluar el impacto de este hecho sobre los cambios en la riqueza y la diversidad de los micromamíferos de la Península Ibérica durante el Pleistoceno superior-Holoceno, ha sido el objetivo de una investigación basada en el análisis de más de 3.000 individuos micromamíferos, entre ellos los hallados en Cueva Portalón y Mirador en la Sierra de Atapuerca.

El trabajo ha sido llevado a cabo por el IPHES (Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social) que ahora publica la revista Geology, un artículo encabezado por Juan Manuel López-García, vinculado al IPHES que actualmente investiga en la Università degli Studi di Ferrara (Italia).

Es conocido que durante el Pleistoceno superior (a partir de hace 125.000 años) el clima fue un factor determinante en los cambios observados en la diversidad de las especies, pero a partir del Neolítico es nuestra especie, Homo sapiens, quien tiene un papel decisivo con su intervención masiva sobre el paisaje, según la información del IPHES recogida por DiCYT.

Juan Manuel López-García asegura que es esta antropización el factor que determina la diversidad de las especies, “porque éstas son muy susceptibles a los cambios climáticos y ambientales”. Dicho de otra forma, “En el Pleistoceno superior la intervención humana sobre el medio natural no conllevaba consecuencias, en cambio, sí que empieza a influir a partir del Neolítico”, insiste.


Para realizar el estudio se seleccionaron seis yacimientos del Pleistoceno superior y el Holoceno, que corresponden a 18 niveles diferentes datados con una cronología que oscila entre los 22.000 y 3.000 años antes del presente. Además de Cueva Portalón y Mirador en Atapuerca (Burgos), los de Valdavara (Lugo), El Mirón (Cantabria), Colomera (Lleida) y Sala Chimenas en Maltravieso (Cáceres). En total se han estudiado 3.194 individuos micromamíferos.

“Analizando los índices de la riqueza y diversidad de especies, observamos que el clima desempeñó un papel importante en algunos sitios durante el Pleistoceno superior y al comienzo del Holoceno, pues la presencia de pequeños mamíferos estaba estrechamente relacionada con las temperaturas medias anuales y los cambios en el paisaje, variando según las diferentes fluctuaciones climáticas detectadas. Sin embargo, al comienzo del Holoceno, alrededor de hace 8.000 años, esto ya no es así y pasan a tener un papel fundamental las actividades humanas”, concluye Juan Manuel López-García.

Fuente:  http://www.dicyt.com

miércoles, 24 de abril de 2013

-Yacimientos arqueológicos catalogados cerca de Briviesca.

La milenaria presencia humana en la zona que actualmente conforma el término municipal de Briviesca, que incluye los barrios y pedanías, ha dejado tras de sí una amplia cifra de yacimientos arqueológicos.  Actualmente, se encuentran catalogados 66 de estos incluidos los más recientes localizados en 2004 y 2008 en la zona de Cerro Blanco.
Otro dato que resulta interesante es que los periodos que abarcan estos yacimientos constatan la presencia de humanos desde el Neolítico hasta la considerada etapa moderna. En su mayoría se encuentran dispersos por una amplia extensión de terreno, respondiendo al modo de vida de los pobladores según su época excepto en zonas muy concretas de larga presencia humana.

Entre estos se encuentra el denominado San Juan I en el que se han catalogado restos desde la segunda Edad del Hierro, hasta el periodo moderno pasando por el romano, alto y bajomedieval. Por número y antigüedad destacan los yacimientos de Quintanillabon y Revillagodos, donde se localizan yacimientos del Neolítico y Calcolítico así como de las primera Edad del Hierro.
Pese a esta gran variedad de yacimientos prácticamente todos permanecen sin ser estudiados de forma continuada ya que, una vez catalogados, fueron cubiertos nuevamente. De hecho, y a excepción de la protección administrativa asignada a estos yacimientos, no se les ha vuelto a estudiar ya que muchos se encuentran en zonas de cultivo. Incluso algunos que podrían ser susceptibles de investigación, por estar en zonas no usadas por la agricultura, carecen de aprovechamiento para investigadores o como atractivo turístico.
Los especialistas consideran que en la zona existen aún una cifra interesante de yacimientos arqueológicos sin descubrir dados los amplios periodos temporales de presencia humana constatados.
Yacimientos sin descubrir
Esa opinión se ve confirmada por el descubrimiento de dos nuevos yacimientos en 2004 y otros cuatro en 2008 en el Cerro Blanco próxima a Santa Casilda. Una de las peculiaridades de la capital burebana que ha permitido mantener intactos muchos de estos yacimientos es el cambio de ubicación del casco urbano impulsado por Doña Blanca de Portugal en el siglo XIV.

Así, en lugar de construir sobre los asentamientos más antiguos éstos fueron abandonados tras decenas de siglos ocupados, lo que hace pensar que una excavación adecuada permitiría su estudio.  Lógicamente hay zonas en las que apenas quedarían restos por obras y actuaciones realizadas antes de la catalogación, pero su alto número permite suponer que se conservan aún muchos de ellos.

Fuente: www.elcorreodeburgos.com

martes, 16 de abril de 2013

-Vidrieras del monasterio de Las Huelgas.

De los 12 apóstoles solo quedan tres (de izda. a dcha: San Juan, San Pedro y San Pablo). La cuarta vidriera de la época es una Virgen con Niño. Miguel Ángel ValdivielsoLa próxima vez que visiten la sala capitular del monasterio de Las Huelgas fíjense en el color rojo de sus vidrieras. Ahí está el quid de la cuestión. En la Antigüedad y a lo largo de la Edad Media, fabricar vidrios o esmaltes rojos de cobre era para los artesanos vidrieros uno de los problemas más difíciles, de resultados inciertos y a veces irrealizables. Solo lo conseguían los verdaderos expertos. Se obtenía colocando sobre un soporte traslúcido o de tonalidades verdosas diferentes capas de rojo que le daban una transparencia única -pero también complicaban su elaboración y el precio-.

Esa tonalidad y el modo de elaborarlo era propia de finales del siglo XIIy principios del XIV, lo que ha permitido confirmar la datación de las vidrieras de Las Huelgas, las más antiguas de España. Pero no solo eso. La composición del vidrio indica también su procedencia, y sitúa a sus creadores fuera de la Península, previsiblemente en Francia. «En aquella época en nuestro país no había tradición vidriera. Había artesanos que trabajaban el vidrio pero no talleres ni material adecuado. Para crear las del monasterio , Alfonso VIIIprobablemente tuvo que contratar a artesanos franceses porque en ese momento era un arte de importación», sostiene la profesora de la Universidad de Burgos, Pilar Alonso Abad.
 El origen francés de las vidrieras de Las Huelgas se ha confirmado con el análisis de la composición química, que indica altos niveles de potasio. Eso supone, según los expertos, que se utilizó ceniza de madera, un material que se utilizaban en la fabricación del vidrio en el periodo medieval y en la región centroeuropea.

La historiadora de la UBU forma parte del equipo del Instituto de Cerámica y Vidrio del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)que ha participado en la investigación sobre las vidrieras más antiguas de España. Utilizando técnicas innovadoras a base de rayos X y microscopía electrónica y de luz reflejada, los científicos han llegado a estas conclusiones  analizando un pequeño trozo de la vidriera de sanPedro, una de las 4 de esa época que se conservan junto a San Juan, San Pablo y una Virgen con Niño. Las de los 3 apóstoles están colocadas en la sala capitular del monasterio aunque fueron creadas para la iglesia. La de la Virgen se conserva en el oratorio, que tampoco es su lugar original.
El estudio histórico artístico elaborado por Alonso indica que existieron vidrieras para cada uno de los apóstoles, pero la llegada de nuevas modas las retiró de los ventanales del templo de oración y eso hizo que la mayoría se perdieran. «No se sabe en qué fecha se retiran de la iglesia. Lo que es cierto es que era un lugar poco habitual para un monasterio cisterciense. Para ellos Dios es la luz y la luz es claridad, por eso no eran necesarias las vidrieras. Además llaman a sus iglesias talleres de oración, y allí no pegan este tipo de vidrios que tiñen el interior de colorines».


En 1964, Santos Cuadrado reinstala las vidrieras conservadas en la sala capitular incorporando dos paneles más en la parte inferior para adecuarlas al tamaño de la nueva ventana. Al santo, en posición frontal con la cabeza ladeada y la cartela colocada por detrás -como los de las catedrales de Chartres y Reims-, le añade el escudo de Castilla y León.
En 2007 Patrimonio Nacional encarga al taller de los Hermanos Barrio su restauración. Desmontan vidrio por vidrio y plomo por plomo para tratar sus patologías: corrosión, suciedad adherida, deterioro... Y se selecciona el trozo de vidriera de San Pedro que suministrará toda esta información.


Fuente: www.diariodeburgos.es

lunes, 8 de abril de 2013

-OLIVER HOCHADEL. Historiador de la Ciencia y autor de 'El mito de Atapuerca. Orígenes, ciencia y divulgación'

Acostumbrado a lidiar entre científicos y su forma de divulgarla ya sea como historiador de la ciencia o como periodista científico, Oliver Hochadel (Bruchsal, Alemania, 1968), llegó a España y sintió curiosidad por el fenómeno Atapuerca. Durante 20 años ha trabajado en países como Suiza, Estados Unidos y en España (es científico titular de la Institución Milá y Fontanals del CSIC) y  reconoce que el proyecto de difusión de Atapuerca es casi único. «Es el más divulgador» pero «las críticas del exterior no llegan y el público español vive como en una burbuja nacional».

Pregunta.-¿Porqué surgió la idea de escribir un libro sobre la industria de divulgación generada en torno a Atapuerca?.
Respuesta.-El proyecto es tan conocido en España donde se alaba no sólo por sus resultados sino como un triunfo de más cosas. Lo hago además desde la total independencia porque no tengo filiación alguna al proyecto. Tampoco trato ni de alabar ni de criticar sino analizar el fenómeno Atapuerca desde el punto de vista de la Historia de la Ciencia, que es mi campo.
P.-¿La divulgación es necesaria en ciencia, hasta en la que da resultados?
R.-El libro se basa principalmente en eso, en el papel que la divulgación tiene en el éxito del proyecto. Partimos de la base que los hallazgos son necesarios, sin ellos no habría ningún impacto posible. Pero éstos no se pueden separar del trabajo de industria de divulgación que se construyó alrededor del proyecto desde los noventa con la aparición de los cráneos de la Sima de los Huesos y la definición de los restos de Homo antecessor como una nueva especie.
P.-¿Ha cuantificado ese impacto?
R.-Desde los años 98/99 los libros sobre paleontología y los orígenes del hombre han tenido mucho impacto. Es una temática muy divulgada en todo el mundo, interesa a la gente. Pero el proyecto de Atapuerca es el más divulgador. Desde entonces los codirectores han escrito más de 30 libros, se ha puesto en marcha el Parque Arqueológico, los centros de recepción en los pueblos y el Museo de la Evolución Humana en Burgos. No hay nada igual a efectos de divulgación. Y luego está el impacto de la prensa. Dicen los codirectores que había que suplir la falta de conocimiento de la sociedad sobre estas temáticas que no se habían estudiado con el franquismo. Pero también esa divulgación y socialización del conocimiento está ligada al apoyo al proyecto porque sin dinero no se puede excavar. Y lo lograron. A partir de los 90 la Junta de Castilla y León comienza a apoyar decididamente el proyecto. Así que en este caso la divulgación sí ha servido al proyecto y el Museo de la Evolución es producto de todo ese trabajo.
P.- ¿No es una rentabilización de toda la sociedad esa riqueza?
R.-A nivel local, me refiero a Burgos y a Castilla y león, la manera de recabar el apoyo de políticos y administraciones se vincula al incremento del atractivo turístico y económico de la ciudad y la región. A nivel nacional se apela a otros argumentos. Se dice que es un equipo procedente de todos los rincones de España, un proyecto nacional y casi un modelo para la política porque esa unión sí funciona. Se habla del gran éxito de Atapuerca , que lidera publicaciones mundiales y se vende que España ha superado ese retraso en ciencia y que puede competir de igual a igual con el resto. Atapuerca es como un orgullo nacional pero la financiación del proyecto es casi íntegramente regional. El argumento es tan atractivo que a los medios no llegan las críticas de fuera. Es como si los propios medios se pusieran filtros para que esas críticas no lleguen al público español. Hay que ver las cosas con más distancia y hay muchas hipótesis controvertidas.
P.-¿Cuáles?
R.-Hay polémica sobre la especie de Homo antecessor. Hay muchos que consideran que es un Homo mauritanicus, descubierto en los años 50. En su momento se habló de antecessor como ancestro común de neandertales y heidelbergensis que el propio equipo de Atapuerca ya ha abandonado pero aún está en los libros de texto. Pero la hipótesis más controvertida es la concepción de Excalibur como el primer objeto funerario. Es algo que apenas se conoce fuera de España, se publicó en una revista científica francesa de bajo impacto y la gente de fuera ni lo conoce. En España sí, pero es un extremo que se ha legitimado gracias a la divulgación realizada.
P.-¿En esto no puede influir que la paleontología no es una ciencia exacta es tendente a interpretar la información y por lo tanto llegar a conclusiones discutibles entre diferentes equipos?
R.-Es cierto que la paleontología es controvertida. En el extranjero existen ejemplos semejantes pero en Atapuerca hay una burbuja nacional lo creemos porque ellos tienen el monopolio y las críticas se filtran y no llegan.

Fuente: www.elcorreodeburgos.com

jueves, 4 de abril de 2013

-El canibalismo del homo antecessor no fue por la hambruna.

Imagen de los yacimientos de Atapuerca. Luis López AraicoUn estudio realizado en el  grupo de Paleoecología y Paleofisiología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) concluye que el canibalismo practicado hace 800.000 años por el Homo antecessor no era debido a periodos de hambruna.
El trabajo titulado ‘Modeling trophic resource availability for the first human settlers of E
urope: The case of Atapuerca-TD6’, publicado en la revista Journal of Human Evolution,  modeliza la disponibilidad de recursos alimenticios en Atapuerca hace 800.000 años para Homo antecessor y demuestra que habitaba un entorno muy rico en recursos, lo que les ha llevado a la conclusión de que su canibalismo no era debido a periodos de hambruna.
El trabajo se basa en un modelo matemático que permite estimar la cantidad de recursos que podían obtenerse de manera sostenible de las poblaciones de herbívoros presentes en el ecosistema de Atapuerca. Además, en este modelo se incorpora la competencia con los predadores y carroñeros por este tipo de presas. Los resultados demuestran cuantitativamente que Homo antecessor vivía en un entorno donde podía aprovisionarse de abundante carne y grasa a partir de los grandes mamíferos que habitaban la sierra y sus inmediaciones. Estos resultados permiten descartar la hipótesis de que antecessor practicara el canibalismo de manera habitual como consecuencia de una escasez de recursos continuada.
La excavación de Gran Dolina se inició en 1981 y en ella se hallaron los restos de la especie humana más antigua de Europa.


Fuente: www.diariodeburgos.es