domingo, 30 de septiembre de 2012

-Vídeo. Desfiladero de la Yecla.


sábado, 29 de septiembre de 2012

-Miraveche promocionará su pasado autrigón.


La casi permanente presencia de núcleos de población desde la prehistoria en la comarca burebana la dota de un extenso legado del que una mínima parte se ha revalorizado. De entre ellos, el que aún no se ha tocado es el correspondiente al periodo de la Autrigonia que contó con sus mayores ‘ciudades’ en el territorio hasta la invasión romana.
Esto cambiará en breve con la puesta en marcha del proyecto de la villa de Miraveche para recuperar este antiguo periodo como atractivo turístico además de dar a conocer el enorme legado aún por descubrir en la comarca.

Según se ha informado desde el grupo de acción local Adeco Bureba, que participa con una ayuda de 36.129 euros, la intención es recrear «en todos sus detalles un ritual funerario autrigón en los mismos lugares donde se radicaron los protagonistas».
Concretamente, se habilitará una zona en la cual se colocarán reproducciones de las urnas funerarias donde se depositaban las cenizas de los guerreros autrigones, así como el correspondiente ajuar que se sepultaba junto a las mismas.

Dependiendo del status del homenajeado en estos enterramientos se incluían espadas, puñales, piezas del vestuario bélico e incluso arreos de las caballerías, los famosos caballos losinos, según la costumbre.
La inversión total de este pionero proyecto ascenderá a 57.600 euros y tiene unas muy buenas perspectivas de resultar de interés para los visitantes, tanto los más informados en el pasado burebano como los que desean satisfacer su curiosidad. Esto es así ya que, en realidad, los yacimientos de la Edad del Hierro de Miraveche han sido objeto de investigaciones arqueológicas años atrás y se han recuperado piezas únicas de este periodo.

De hecho, las particularidades de los ajuares funerarios de la localidad ha llegado a ser incluida en los catálogos arqueológicos de forma diferenciada de las piezas de otros yacimientos, como lo prueba que en el caso de las armas estas cuenten con la denominación ‘tipo Miraveche’ en su catalogación científica.
Al estar todas estas piezas en museos fuera de la comarca, este legado es muy poco conocido por los burebanos pese a que tanto el nombre de la comarca como el de su capital derivan precisamente de la tribu prerromana.
Aunque este primer paso lo dará la villa con mayor peso, dentro del mundo arqueológico de la comarca existen, documentados pero aún no investigados, asentamientos autrigones por todo el territorio.

De cuajar este proyecto, se potenciará turisticamente un legado único en la provincia, ya que esta tribu se concentró casi exclusivamente en La Bureba y podría incluir a numerosas localidades con rutas por los asentamientos catalogados.

 GERARDO GONZÁLEZ / Briviesca www.elcorreodeburgos.com

domingo, 16 de septiembre de 2012

-Campeonato Europeo de Tiro Prehistórico en Ibeas de Juarros.

Hoy en día la mayoría de los niños cree que el pollo, el conejo o la ternera que comen de segundo plato un día sí un día no procede de las estanterías del súper o de la carnicería de la esquina. Los mataderos son un invento muy reciente. El hombre de Atapuerca se las tenía que arreglar con instrumentos manuales si quería llevarse a la boca un pedazo de carne. La práctica de la caza fue la que impulsó la evolución de los homínidos, al incorporar las proteínas a su dieta.

Y, claro, no tenían escopetas. Una de las primeras armas fueron las azagayas, unas lanzas de madera que impulsaban con un propulsor para proporcionar más potencia al disparo y alcanzar mayor distancia. ¿Están desuso? Por supuesto. Pero los aficionados a la arqueología han recuperado tanto esta arte de caza como la del arco prehistórico. De hecho, este fin de semana se desarrolla en Ibeas de Juarros el Campeonato Europeo de Tiro Prehistórico que organiza  el Ayuntamiento, Sierra Activa, Sistema Atapuerca y la Diputación.

Hay auténticos apasionados de este deporte. Hasta 50 personas procedentes de toda España se apuntaron a la competición, un número elevado teniendo en cuenta que en Huesca se celebraba otro evento de similar naturaleza. Ayer tuvo lugar la competición de tiro con azagaya y hoy le toca el turno al arco. El viernes, los participantes construyeron sus propias armas.
El arte de la azagaya es difícil de dominar. La lanza se apoya en un propulsor formado por una vara de madera terminada en un dispositivo de apoyo o espolón, donde se introduce el ástil. El cazador echa el brazo hacia atrás flexionado el codo. Coloca el propulsor a la altura de la cabeza y lo impulsa hacia delante. El objetivo es acertarle al centro de una dianas en las que están dibujados animales, conejos, osos, corzos, etc.
El fin es lograr la máxima puntuación en los 10 puestos que la organización dispuso en un área próxima al río Arlanzón, en Ibeas de Juarros.


Eduardo Cerdá, uno de los organizadores del torneo, explica que «hay más afición de la que parece e incluso en otras ediciones han acudido lanzadores franceses y belgas». Este año no han acudido extranjeros pero ha llegado gente desde Cantabria, Madrid o Valencia. Ahí es nada. José Aurelio García Munúa y su hijo Kevin García Estébanez son fijos en esta clase de competición. No es la primera vez que acuden a Ibeas. El padre trabajó durante años en Altamira y ahora dirige y organiza actividades de arqueología experimental y didáctica en prácticamente todas las cuevas de Cantabria, sobre todo en Monte Castillo.
Es el mejor. No lo dice él, su humildad no se lo permitiría. Lo dicen sus compañeros de ‘batida’. «Es el único capaz de vencer a los franceses», afirma uno de sus amigos. Y es que los galos deben ser los números uno del tiro prehistórico.


Gabriel González llega de Madrid. Su profesión no está relacionada para nada con la Arqueología, es informático, pero se aficionó al tiro con arco y cuando la practicaba comenzó a interesarse por el arco prehistórico. «Una cosa llevó a la otra y ahora también tiro con la azagaya, aunque es un arma muy complicada», reconoce. Pero bueno, quedar primero no es el objetivo, «lo bonito es construir las armas hacer el recorrido con el resto de compañeros y pasar un buen fin de semana». dice.


Miguel Ángel viene de aún más lejos, de Valencia. No lo hizo para participar sino para conocer Burgos junto a otro amigo. Se enteraron de que el fin de semana en que iban a visitar la provincia se celebraba el torneo y se apuntaron. «Hoy (por ayer) hemos visto los yacimientos por la mañana y por la tarde tiramos la lanza», comenta. Hoy acudirán al Museo de la Evolución Humana (MEH) y por la tarde competirán en el concurso de arco. Por cierto, las armas pueden se de la dimensión que desee su propietario pero han de estar construidas con materiales naturales. Los metales, los plásticos y los materiales sintéticos están proscritos. No obstante, por razones prácticas se permiten pegamentos y colas.
El primero en el torneo fue José Aurelio Munúa, seguido por José Ignacio Grande y Kevin García. En mujeres, ganó Chus Cortezón.


Fuente: www.diariodeburgos.es

domingo, 9 de septiembre de 2012

-Ruta de los carreteros.

Las salinas de Poza retrocedieron en el tiempo con la llegada de los carreteros serranos por la antigua ruta que desde el Páramo de Masa tenía su primera parada en la explotación pozana.
Como sus predecesores el carretero guió a los bueyes por un antiguo sendero que acortaba el camino desde las hoces de la entrada al castillo hasta las chozas donde se almacenaba el 'oro blanco'.
Al tiempo, en las eras los salineros realizan la monótona tarea de extracción de la sal regando con salmuera la superficie y recogiendo con los grandes rastrillos la sal depositada por evaporación.

Un buen número de espectadores contemplaban la escena que parecía arrancada de principios del pasado siglo, con los salineros produciendo y los carreteros esperando su carga junto a la choza.
De hecho, en este encuentro se reprodujo hasta el tradicional trueque de madera serrana, imprescindible para las conducciones de salmuera, por sacos de sal que antiguamente tenían como destino toda España. Pese a estar ya en los últimos coletazos del estío, hasta la meteorología era la del pasado con un sol de justicia que hacía que la evaporación de la salmuera fuera rápida en las eras.
Cabe recordar que la producción salinera con este sistema de extracción hacía que solo los meses con altas temperaturas resultaran hábiles para el trabajo pese a lo cual se producían más de un millón de fanegas en el salero pozano.
En el encuentro a pie de salina Antonio Chicote, de la Real Cabaña de Carreteros, recordó que ésta es la cuarta ocasión en la que los carreteros visitan la villa salinera «manteniendo la misma ilusión de unir estas salinas con las de Añana».

Chicote afirmó que la intención de que la Ruta de la Sal logre un puesto destacado, dado su papel clave en la historia castellana, es algo factible como proyecto conjunto de todas las salinas de interior que estuvieron bajo en control de la Corona de España.
En opinión de Chicote, el papel de la sal pozana fue tan importante que su existencia, explotación y comercio determinaron que Castilla naciera en la comarca burebana. En ese sentido, señaló que esta ruta que tiene como destino las salinas alavesas de Añana discurre precisamente por las tres localidades, Poza, Oña y Frías, que constituyen la mancomunidad Raíces de Castilla.
Por su parte el alcalde pozano, José Tomás López, expresó su agradecimiento al colectivo de carreteros al elegir Poza como punto de partida para apoyar la candidatura a Patrimonio de la Humanidad de las salinas de Añana, dentro del cual se incluye el complejo salinero pozano como elemento añadido.


López afirmó que estas iniciativas son indispensables para el desarrollo rural ya que ponen el valor los patrimonios culturales, industriales y naturales de los distintos territorios.  Finalmente el presidente de la asociación de Amigos de las Salinas, Narciso Padrones, calificó de "interesantísimo el espíritu" de esta ruta ya que se verá la complementación entre las salinas alavesas y pozanas.
Padrones detalló que en el caso de la zona de Añana la extracción se realiza de forma natural por caudal de manantiales, mientras que en el caso de la zona pozana se trata de un proceso industrial basado en la técnica de extracción de minerales que ya utilizaban siglos atrás los romanos.

Fuente: www.elcorreodeburgos.es

viernes, 7 de septiembre de 2012

-El hombre de Atapuerca practicaba el mismo canibalismo que los chimpancés.

Los chimpancés se comen a los individuos jóvenes de grupos rivales para luchar por el territorioEn 1994 se descubrió el caso de canibalismo entre homínidos más antiguo el mundo. Sucedió hace unos 800.000 años y lo perpetró una especie hasta entonces desconocida que sus descubridores bautizaron como Homo antecessor, el hombre de Atapuerca. Aquel homínido, posible ancestro del Homo heildelbergensis y los neandertales, vivía en excelentes cazaderos situados a unos 15 kilómetros al este de Burgos. Sus restos aparecieron en el yacimiento de la Gran Dolina mezclados con abundantes huesos de ciervo que le habían servido de comida. Lo más chocante fue que, a juzgar por el número de huesos, la segunda especie más consumida en Atapuerca era el propio antecessor, como probaban los restos de al menos 11 individuos, la mayoría niños de corta edad, que fueron devorados por sus congéneres. Las razones de aquella matanza siguen sin aclararse y, hasta ahora, no se habían encontrado prácticas comparables en ningún otro homínido.

Un nuevo estudio explica ahora el canibalismo del antecessor desde un nuevo punto de vista. Aquel comportamiento registrado hace 800.000 años es casi idéntico al que puede observarse hoy en día en chimpancés que compiten por el territorio, según un estudio que será publicado en Journal of Human Evolution.
El trabajo, liderado por los directores de las excavaciones de Atapuerca, recorre las evidencias de canibalismo entre homínidos desde aquel primer caso hace 800.000 años. Tanto neandertales como sapiens lo han practicado a lo largo de la prehistoria y la historia por muchos motivos. El trabajo repasa casos de canibalismo por placer, por hambruna, por guerra o por respeto ritual. Pero en ningún caso pasado o actual se reproduce un patrón tan marcado en el que una especie se coma sólo a los niños y no los adultos.
La única excepción a esta regla, resalta el trabajo, son los chimpancés, los homínidos actuales más emparentados con los humanos. El trabajo cita varios casos  en los que un grupo atacante mata y se come a las crías de sus rivales. El primero fue documentado por la célebre primatóloga Jane Goodall en 1977 y la lista de casos se extiende durante los 30 años siguientes. Las edades de los fallecidos son muy parecidas a las de los antecessor que fueron aniquilados en la Gran Dolina, resalta el estudio.
Los niños de Atapueca fueron víctimas de la lucha por el territorio, opinan los autores. Los homínidos de Atapuerca “montaban ataques de bajo riesgo a grupos rivales para defender su acceso a los recursos en sus territorios y para expandirse a costa de otros grupos”, detalla el trabajo. En la mente de aquellos miembros del género Homo estaba “impedir que evolucionasen otros animales que pudieran ser competencia”, explica el paleoantropólogo Eudald Carbonell, codirector de Atapuerca y coautor del trabajo. “Eliminar a los niños era más eficaz y menos peligroso”, añade.

El estudio es novedoso en su comparación del canibalismo de un miembro del género Homo con el que se da en chimpancés. “Es muy interesante porque rompe el círculo vicioso de establecer comparaciones sólo con el Homo sapiens e introduce una especie como el chimpancé que está lejana pero próxima a nosotros”, opina el paleoantropólogo del CSIC Antonio Rosas, que no ha participado en el trabajo pero conoce a fondo el canibalismo de los neandertales de la cueva de El Sidrón (Asturias). “Es una hipótesis bien fundada”, añade sobre el nuevo estudio.
Pero a fin de cuentas el trabajo no explica el canibalismo del antecessor en sí. Matar a los infantes del grupo rival bastaba para conseguir echar al grupo de sus territorios, ¿por qué comérselos además? “La única explicación”, reconocen los autores, “era el beneficio nutricional”.

Fuente: esmateria.com


-La Engaña: un icono de muerte en las Merindades


El túnel de La Engaña terminó de horadarse en la madrugada del 26 de abril de 1959. Fue ese día cuando se encontraron los dos obreros que horadaban el túnel, uno desde Cantabria y el otro desde Burgos.
Ni nadie ha sido capaz de recodar, 53 años después como se trabajó en el empeño; ya nadie recuerda las muertes en el tajo; nadie sabe nada del ‘runrún’ del agua al caer en la presilla junto al túnel; nadie recuerda besos robados en la entrada de esa semi cueva, ni en las viejas construcciones que servían de nido de amor a los adolescentes alocados.
Nadie. Porque es un lugar que sólo recuerda el paso inexorable de un tiempo que ya no volverá. Es un paisaje tétrico con las hiedras comiéndose las paredes de los viejos barracones que sirvieron de vivienda a los obreros. Todo un poblado se ordenó en torno a la construcción del túnel de siete kilómetros de longitud.

Ya no queda ni el silencio. Y debiera quedar para honrar la memoria de quienes entregaron su vida allí, algunos de ellos represaliados del régimen de Franco obligados a trabajos forzosos en el túnel.
Menos mal que hoy queda la melancolía para recordar; los ojos para reconocer qué fue aquello y contemplar en que estado ha quedado. El olfato para reconocer que áun quedan por allí robles, chopos, espineras, acacias, pinos y alisos.
El tacto para reconocer con las manos el paso de tiempo rugoso en las piedras; y el sabor amargo de tanta miseria tecnológica, aunque sea de los años 60.
Nos queda la ruta  que los amantes de la naturaleza y de deporte pusieron en marcha hace unos años. Una ruta que se inicia en la localidad de Santelices hasta el túnel de la Engaña, dónde el caminante pude observar todo tipo de vegetación como la citada antes y un paisaje que se hace más bello el paseo.
 Durante el recorrido, se puede visitar la iglesia y el puente de San Martín de Porres, y el Monumento Natural de Ojo Guareña, uno de los mayores complejos conocidos de cuevas. Pero también Pedrosa de Valdeporres  y ver pasar y para el tren de los Ferrocarriles de Vía Estrecha en el centro del pueblo.
La Engaña, que buen nombre para quien se deja, eso, engañar. Y está aquí a cien kilómetros.



Fuente: http://www.elcorreodeburgos.com/noticias/2012-09-05/la-engana-un-icono-de-muerte-en-las-merindades