martes, 3 de noviembre de 2009

-Campos de concentración en Miranda.


El líder nazi Himmler visitó Miranda de Ebro en 1940. Llegó a nuestro país para repatriar a prisioneros alemanes y buscar junto a una legión de agentes de la GESTAPO a espías del bando aliado. Pero, para entonces, ya había en Miranda uno de los !188 campos de concentración que existían en España! En concreto, el ubicado en Miranda fue construido en 1937 por sus habitantes de manera forzosa, puesto que abundaban allí los enemigos de Franco y los republicanos.
Fue levantado en apenas dos meses y, en no pocas ocasiones, se encontraron allí encerrados entre tres y cuatro mil presos republicanos, a los que se clasificaba en función de su "crimen" y vinculación política, aunque también fueron recluidos delincuentes comunes y homosexuales.

En total, al lugar fueron destinadas 65.000 personas. Posiblemente, el de Miranda fue uno de los que más "inquilinos" acogió. Y aunque las cifras son muy confusas, por los campos de concentración españoles pasaron entre 500.000 y 1.000.000 de personas. Allí, las condiciones de vida fueron inhumanas. Los presos eran mera mano de obra. Se dedicaban a trabajar organizados en batallones de obreros. Construyeron líneas de ferrocarril, pantanos, presas, canales... o monumentos; el más conocido de todos fue el Valle de Los Caídos.

Pero el caso de Miranda es especial por otro motivo. Y es que tras la visita de Himmler, y en tiempos en los cuales Franco y Hitler aún se tanteaban, el oficial nazi Paul Vinzer fue "nombrado" director del centro y durante dos años dirigió los designios y labores de los presos que se encontraban en su interior. Además, a los nazis esta subsede de sus campos de exterminio les servía para encarcelar a los franceses que huían de la presión nazi y que cruzaban el Pirineo con la ayuda de los republicanos.

También en el lugar se encontraban judíos de diferentes nacionalidades -362 polacos en 1941-, que huían de los campos de concentración alemanes, pero que por unas razones u otras no lograron alcanzar su destino, que muchas veces era Portugal, para desde allí embarcar a America. Paradógicamente, tras el final de la guerra también hubo nazis allí, puesto que la connivencia de Franco ya había finalizado y al dictador español le interesaba estar del lado de los vencedores.

Los campos de concentración españoles son unos grandes desconocidos para la historia. Algunos estudiosos han profundizado en su existencia y seguido la pista de los presos que recalaron allí, respecto a los cuales, a decenas de miles de ellos, apenas se sabe nada. Son un tabú, incluso para quienes recuerdan los horrores de la guerra...

Fuente: Artículo de Jesus Callejo publicado en la revista "Historia de Iberia Vieja"
Fotos del blog todoslosrostros.blogspot.com